Revista Sociedad

Gana la banca

Publicado el 23 octubre 2018 por Salva Colecha @salcofa

El otro día nos llevamos una buena noticia (raro). El Tribunal Supremo dejaba claro clarinete que los señores de los bancos debían pagar el Impuesto de Actos Jurídicos
Gana la banca Documentados de la Hipoteca ya que, al fin y a la postre, el banco es el único interesado en ponerlo todo en una escritura pública para dejarlo todo “atado y bien atado” no vaya a ser que nos quedemos en la miseria y lo utilicemos como excusa para no pagar la mensualidad. Y ya que estamos también le podemos aplicar el mismo cuento a la linda factura del Notario y a los honorarios del Registro (que, oye, Rajoy también tiene derecho a comer).

A los banqueros orondos se le quedó la cara pálida al ver que cada hipotecado podrá llamar a su puerta (toc, toc toc) y pedirles unos 2500 o 3000 eurillos (más los intereses,

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por supuesto) y como en este país nos encanta eso de tener una casa propia sea como sea, el número de hipotecas roza lo sideral. En Resumen, los bancos acabarían pagando unos seis mil milloncejos de nada. Un pastizal que, visto lo visto, no me extrañaría acabásemos pagando todos como cuando los rescatamos para que continuasen haciendo barrabasadas.

Era de esperar que no se lo tomarían con mucha alegría y más en un país donde la derechona y lo conservador continúan campando a sus anchas y se ponen de los nervios por la idea de intentar subir el Salario Mínimo Interprofesional a unos 900€ (te acuerdas cuando en 2008 nos burlábamos de los mileuristas). Era de esperar que algo sucedería pero creo que nadie sospechaba el golpe que nos han dado y mucho menos lo que eso supone.

Han ido al extremo del latrocinio, la desfachatez les ha llevado hasta a cargarse en nuestras narices el principio de seguridad jurídica, que es una de las patas donde se sostiene el Derecho y eso no se recupera. Lo pagaremos caro porque supongo que los países civilizados deben sentir vergüenza al sentarse con uno al que, si se encanta, va a ser adelantado por las repúblicas bananeras en eso de derechos y garantías.
Se me cayeron los ojos de la cara y sentí un ridículo sólo equiparable a que te dejen desnudo, cubierto de brea y emplumado en mitad de la plaza mayor al ver que el

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Presidente de la Sección 2a de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo (un señor que curiosamente fué profesor del centro universitario de la Asociación Española de Banca) se burlaba de la mitad de los principios del Derecho y ponía en suspenso la efectividad de la sentencia que condena a la banca, dejando abierta la puerta a que el Pleno del Tribunal Supremo (allá para el día 5 de noviembre) diga “donde dije digo Diego” fundamentado “por la enorme repercusión económica y social”. Para entendernos es como si ganases un juicio, se condenase a alguien a devolverte el dinero que te “arrambló” y acto seguido el mismo juez dijese que no te los devolverán porque eso originaría que el condenado perdiese sus ahorros. Lo dicho, un escándalo. Seguro que pensabas que el Juez se había puesto de parte del condenado vete a saber a santo de qué.

Pues esto es lo mismo. Da qué pensar sobre la honestidad personal y profesional de

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algunos magistrados de TS. No sé quién les habrá llamado por teléfono pero es como si se hubiesen puesto al servicio de los bancos y hubieran olvidando, en un ataque de amnesia repentino, hasta lo que es el Derecho dejando de lado a los perjudicados. Otra cosa no se entiende porque hace falta tener cuajo para cambiar las reglas en mitad de la partida al grito de “porque yo lo valgo”. ¿Verdad que al que nos mata una ficha en el Parchís y pretende contar cuarenta le llamamos tramposo?.

Al final te das cuenta de que nada cambia y los poderosos se salen con la suya a pesar de que los burlados sean más de 8 millones de personas, no importa. Si es que va a ser verdad aquello de que “siempre gana la banca”.

El juez Díez-Picazo compaginó su puesto en el Supremo con dar clases para la banca (Cadena SER)

Es mejor esperar o reclamar ya el impuesto de tu hipoteca tras la sentencia?


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