Algo falla... Ya casi hemos asumido como un mantra que la mayor parte de los determinantes de la salud son sociales o dependen de nuestro entorno, y que el sistema sanitario solo contribuye en un 20% a la salud de la población. Sin embargo, la mayor parte de nuestras intervenciones como organización y como profesionales son puramente sanitarias. Ojo, no dudamos de su utilidad y de qué funcionan en los momentos más agudos de una patología, pero hace falta algo más.
Revisando la prensa nos tropezamos con esta noticia de la BBC: "Why the NHS could soon prescribe home improvements and knitting". El texto resume las nuevas tendencias en materia de salud comunitaria, centradas en promover actividades sociales como el ganchillo, la pesca o los paseos colectivos, o las mejoras estructurales como los arreglos de la vivienda del paciente. Dado que en este último tema (vivienda), entran en juego diversos organismos la estrategia debe ser mixta para obtener planes del tipo Healthy Homes Programme que han lanzado en Liverpool. Pero, ¿y eso del ganchillo o la pesca?
Lo llaman "prescripción social" y una de sus biblias es un informe del año 2013 de Nesta titulado "More than medicine". En dicho informe señalan la importancia de la prescripción social, entendida como el proceso colaborativo por el que los profesionales sanitarios derivan a sus pacientes a servicios comunitarios y de apoyo de todo tipo. Y todo con el objetivo de mejorar las relaciones sociales de las personas y evitar soledad, problemas emocionales, depresión, etc. Pero, ¿funciona realmente todo esto o de nuevo caemos en la trampa del agua con azúcar?Hay varios estudios, como "The Benefits of Knitting for Personal and Social Wellbeing in Adulthood: Findings from an International Survey" (publicado en British Journal of Occupational Therapy) o "Social prescribing in general practice: adding meaning to medicine" (British Journal of General Practice). El primero concluye señalando que el ganchillo y el punto tienen efectos positivos de tipo psicológico y emocional que pueden contribuir al bienestar y a la mejora de la calidad de vida. De hecho, la parte social es una de las claves, y es la que diferencia la prescripción de ejercicio (sin más) o la prescripción de un club de paseo (en el blog de PAPPS lo resumen muy bien).
En Inglaterra ya llevan un tiempo con una estrategia de promoción de este tipo de actividades, y otras muchas. Lógicamente no han descubierto la rueda, ya que todos conocemos ejemplos locales similares, como talleres de cocina, paseos colectivos o incluso las actividades que organizaba el Proyecto Fresneda. Pero la gran diferencia es que en Inglaterra, las actividades no las organiza cada centro de salud sino que es posible conocer las actividades que promueven otras entidades, ONG o incluso los ayuntamientos. De esta forma, es posible conocer el catálogo de actividades y elegir la más adecuada para nuestro paciente.¿Y qué debería ser lo primero? Empezar a planificar una integración entre servicios sociales y sanitarios, al menos en cuanto a sistemas de información se refiere. Además, hay que pensar que los servicios sociales no solo van dirigidos a las personas con problemas muy graves, ya que pueden proporcionar ayuda a todo tipo de personas. ¿Existe algún catálogo de actividades de este tipo en tu entorno? ¿Sería interesante integrarlo en la historia clínica electrónica? ¿Como profesional has acudido alguna vez a un taller de cocina o a un grupo de pesca? La comunitaria también era esto...Muchos se habrán sorprendido al hablar del ganchillo, o quizás no. Por si queréis profundizar algo más en la parte social que existe detrás de esta actividad, os recomendamos dos enlaces:- Stinchlinks. Una web sobre el ganchillo y el punto como herramientas de mejora de la salud.- Ravelry. La red social de ganchillo, con patrones, grupos, cursos, consejos, etc.