Yo no soy el garante de la democracia, ni mi voz es la voz del pueblo. Yo no defiendo la libertad de expresión con mis palabras ni mis palabras defiende a mi pueblo. Yo cuento historias y punto... y a veces ni eso.
Tampoco soy el culpable de la corrupción, ni fomento la sociedad del miedo. No decido quien va a gobernar, ni disparo la prima de riesgo. Yo cuento historias y punto... y a veces ni eso.
Esta no es la profesión más bonita del mundo, tampoco es la más fea. No se si habría democracia sin medios... pero se que sin medios habría también basura.