Cuando el entretenimiento se adueña del protagonismo de cualquier acción. El resultado es más o menos el que podéis ver aquí.
Proyectos como el de James Murphy son los que precisamente dan sentido a un nuevo modelo de comunicación en el que lo importante es: atraer, sugerir o empatizar. Convertir lo feo o detestable en bello, encantador y entretenido.De esta forma creó una melodía que, ni más ni menos, que salía de los torniquetes de acceso a la parda de metro.
Seguramente estamos ante uno de los mayores retos de la industria de la comunicación. Innovar (para no morir) y hacerlo transformando radicalmente la experiencia del consumidor. Asombroso.