Garzón, ése iluso

http://www.publico.es/espana/340078/garzon-investigar-el-franquismo-es-compatible-con-la-reconciliacion
Yo no sé en qué mundo vive este hombre. Ha sido juez un montón de años y parece como si aún no hubiera abandonado la Facultad de Derecho, en la que lo que se enseña y se aprende es la Justicia ideal.

Pero nada de lo que hace el hombre se ajusta a lo ideal.Si existe un mundo cerrado en sí mismo y ferozmente corporativista es el de los jueces españoles y si alguien debería de saber esto es un tipo que ha pertenecido a ese mundo la mayor parte de los años de su vida adulta.Los jueces españoles son, que yo sepa, los únicos protegidos por una máxima constitucional que dice que son inamovibles y que sus resoluciones son intangibles si no es por medio de otra resolución jurisdiccional, lo que significa:1) que haga lo que haga un juez, así le pegue fuego a una ciudad como un Nerón cualquiera, no se le puede privar de su derecho a la jurisdicción algo muy semejante por cierto a esa máxima de la SICAR que dice que el sacerdote lo es siempre, que el sacramento de orden sacerdotal es también inderogable por nadie; esto hace al sacerdocio y a la judicatura absolutamente intocables en cuanto a su control, situándolos realmente fuera de este mundo pecador;2) y para completar el cuadro de intangibilidad de los jueces, éstos han impuesto por sí mismos una máxima más protectora aún de sus derechos que establece que cualquiera, dentro o fuera, de la carrera judicial que roce siquiera a un juez con una pluma del ala de un ángel, más le valiera atarse una piedra al cuello y arrojarse de cabeza al mar.En Garzón concurren una serie de circunstancias que hacen su caso desesperado, sin posible solución favorable:1-prestó su colaboración, absolutamente decisiva, para que su compañero de la Audiencia Nacional, Gómez de Liaño, fuera declarado por sentencia prevaricador, con lo que infringió gravemente la norma contenida en el nº 2), de modo que se ha hecho acreedor de la máxima sanción posible para un juez: su expulsión de la judicatura por ese mismo delito, la prevaricación: hay que dar un escarmiento decisivo a toda la judicatura para que ese imperdonable pecado no vuelva a cometerse;2-pero todavía ha hecho algo peor aún: la judicatura o no es nada o es un firmísimo reducto conservador, no hay precepto más conservador en el mundo que el que permite a un hombre, con todas sus filias y sus fobias, juzgar inapelablemente a otro hombre y si hay jueces conservadores en el mundo éstos son los españoles, como ya pusiera de manifiesto el reaccionario De Maistre cuando dijo aquello de que todo juez es y debe ser intocable pero si alguno debe serlo por antonomasia es el español, digno heredero de aquellos jueces que conformaron los Tribunales da la Santa Inquisición española, que unían su condición de jueces a la de sacerdotes, conjunción, a su juicio, absolutamente insuperable;3-de modo que los jueces o son conservadores o no son jueces, por lo que en realidad constituyen la salvaguarda del orden establecido, que se basa en la conservación a ultranza de las estructuras fundamentales de una sociedad como la existente actualmente en el mundo; pues, bien, el juez Garzón no tuvo inconveniente alguno en abrir un proceso a una trama que se pretende corrupta del partido que representa a la derecha más conservadora, el PP, lo que se dirige esencialmente contra los fundamentos actuales de la sociedad española, por lo que debe ser también corregido a efectos ejemplarizantes.En estas condiciones, el TS no tiene otro remedio que condenarlo porque ha infringido algunos de los principios intocables que rigen el funcionamiento de nuestra jurisdicción.