Hace un par de semanas tuvimos la oportunidad de acercarnos a conocer Gata de Gorgos en familia. Cada año, en esta bonita localidad de la Costa Blanca, se celebra la Fira Gata al Carrer, una feria dedicada principalmente a promocionar el comercio local y en la que artesanos, comerciantes y empresarios sacan a la calle sus productos para que vecinos y foráneos puedan descubrir todo lo que tienen que ofrecer mientras se dan un tranquilo paseo por las calles de su bonito casco antiguo.
A mí, este tipo de ferias que suelen realizarse en los pequeños pueblos de la provincia de Alicante me encantan. Es una manera fantástica de conocerlos ya que además de practicar el turismo rural y de interior, de pasear encontrando la belleza de sus escondidos rincones, puedes sumergirte totalmente en su forma de vida, en su comercio local: panaderías, carnicerías, artesanos, bares, peluquerías, tiendas de ropa, ludotecas... En un día puedes recorrer un montón de comercios que la localidad ofrece y que de otro modo sería imposible. Así que cuando recibí la invitación para visitar en familia a la Fira Gata al Carrer, por parte de Vanessa, de Caputxeta creativa, y de Mª José, de La Alcoba de Blanca, no lo dudé ni un momento. Habría actividades programadas para peques, conocería la localidad de la mano de una de sus vecinas (Vanessa vive allí), me reencontraría con amigas a las que llevaba muchos meses sin ver, conocería a nuevas mamás bloggers (cosa que también me hacía mucha ilusión)... Vamos, que no habría oportunidad mejor para disfrutarla. Decidido. ¡Nos íbamos a Gata de Gorgos!
Esta feria de artesanía, gastronomía y comercio, organizada por la asociación Comerç de Gata, es una maravillosa oportunidad para disfrutar de Gata de Gorgos con los niños. En los diferentes puestos que llenaban el casco antiguo, podemos encontrar desde cesterías con sus conocidos capazos de mimbre o stands de muebles y decoración hasta otros dedicados al mundo del motor con sus flamantes vehículos. Mientras paseábamos por sus calles, nos invadía el olor de los puestos de embutidos y quesos, de los stands de las panaderías, de los platos recién preparados por los negocios de hostelería del pueblo... No veas como se iba abriendo el apetito... Mmmm.... Pero bueno, no adelantemos, voy a contaros qué fue lo que hicimos.
Quedamos a media mañana en la plaza de España, un punto de encuentro conocido y fácilmente reconocible de Gata de Gorgos. La verdad es que no tuvimos ninguna dificultad para encontrar aparcamiento cerca de allí y eso que era domingo y que se celebraba la feria. En esta plaza se encentran varias tiendas de artesanía y cestería, por eso se localiza tan fácil, porque tienen a la puerta sus capazos. Había cada uno más chulo... Además, en esta plaza hay un par de cafeterías o bares con una buena terraza para tomar algo. Al llegar, nos dimos cuenta que desde aquí se accedía al emplazamiento de la feria. Una gran gata roja y una banda colgada de ambos lados de la calle nos avisaba de ello. Allí, junto a un pequeño stand de información nos esperaban ya Vanessa y Paqui, la presidenta de la Asociación Comerç de Gata.
Poco a poco fuimos llegando todas, momento de reencuentros y presentaciones, de besos y abrazos. Estábamos muy contentos de ver de nuevo a María José, que como os he dicho antes había organizado el encuentro junto a Vanessa, y a mis compis del blogtrip El Campello #EsFamilia. Estaban Elisa de Planeta Mamy, Alicia de El Globo Rojo y Elena de 2Eloa. Desde que estuvimos juntas el pasado mayo, no habíamos podido volver a coincidir. A los cinco minutos los peques ya habían vuelto ha hacer piña y estaban jugando por los rincones. En esta ocasión tendría la oportunidad de conocer a Susana de Grow up with down y a Sandra y Esther, las chicas de Poleomenta y Missq40. Fue todo un placer desvirtualizarlas por fin. :) Nos faltaron dos compis a las que tenía también muchas ganas de ver y que al final no pudieron venir: Ana de ¿Mi mundo? Los míos y Lou de Pintando una mamá. Os eché de menos amigas. Pero bueno, no pasa nada, porque... ¡¡Nos resarciremos en unos días!!! :)
Una vez reunido el grupo, me cargué a Cesar a la espalda en mi Boba 4G, preparamos los móviles y nos dispusimos a disfrutar de la feria de Gata con nuestras anfitrionas. Nos adentramos en las estrechas calles y comenzamos a ver los diferentes puestos que había al tiempo que Vanessa nos iba hablando de la feria y de su pueblo. Primera parada que impresionó tanto a mayores como a pequeños: La exhibición de aves de raza organizada por Avival. Gallos, gallinas, pollos, pavos... Un montón de aves de corral que criadores de la zona habían llevado a la muestra de gata. Había ejemplares más comunes pero también otros que nos sorprendieron muchísimo por su gran tamaño o sus diferentes plumajes. Una vez vimos a los animales, volvimos a la calle para continuar nuestro paseo.
Los peques correteaban y jugaban. No había coches por las calles así que estaban seguros. Entraron en un tipi, se sentaron a tirar los dados de un parchis gigante, movieron las manivelas de antiguas máquinas de hacer embutidos, tocaban todo lo tocable y lo no también... Al momento ya iban cargados de globos y pidiendo que les comprásemos de todo. Tenían muuuuuuucha hambre. Y no me extraña. Viendo la de cosas ricas que llenaban los mostradores... Como era la hora de almorzar, nos sentamos en unas mesas que había junto al puesto que tenía la panadería Dulcipan. Con la pinta que tenía todo era muy difícil decidir qué probar. Yo al final me comí un trozo de quiche que estaba buenísimo. Nos pusimos como el kiko.
Después seguimos paseando por entre los puestos hacia la ludoteca que había instalado el Centro infantil Xiulet. Allí los peques podrían entretenerse un rato jugando, pintando o dejándose maquillar como ellos quisiesen. Al llegar, vimos que el stand está lleno de niños. Vamos, que fuimos en plena hora punta. Pues...cambio de planes. Con los peques ya pensando en el juego había que darles una alternativa. Decidimos que mejor iríamos primero a la otra zona infantil de la feria a subir a los hinchables.
De camino hacia allí pasamos por la preciosa plaza de la iglesia. Allí, a la sombra de la iglesia y frente una bonita fuente de piedra había un grupo de mujeres haciendo bolillos y otras labores de ganchillo, punto o lana. Además tenían expuestos algunos de los trabajos que hacían. A mi madre le hubiese encantado verlo. Ella es toda una apasionada del mundo de las labores y ver a esas mujeres como charlaban animadamente al tiempo que creaban moviendo, sin equivocarse, una infinidad de bolillos era todo un espectáculo. Hacían que pareciese tan fácil...
Al cruzar la plaza nos encontramos con la zona infantil. Dos hinchables, un mini juego de hockey y un cuatro en raya gigante hicieron las delicias de los peques durante un buen rato. Mientras tanto nosotras aprovechamos para charlar un poquito y hacer fotos. En esta misma zona, un poco más abajo, había montada una enoooorme tirolina por la que lo más valientes se lanzaban. También había un grupo de personas con sus carros tirados por caballos que daban paseos a todo aquel que quisiera subir. El sol pegaba fuerte, así que decidimos que era hora de volver a la ludoteca que estaba a la sombrita y de paso tomarnos algo para refrescarnos.
A Carla y a César es encantó la ludoteca. No había quien los sacara de allí. César iba cogiendo y probando, uno tras otro, los diferentes juguetes que tenían allí. Carla pintaba mientras esperaba su turno para maquillarse. Como os decía nosotras aprovechamos para charlar un poco, mientras los papás vigilaban a los peques, y para conocer la Factoría d'Idees de la que Vanessa forma parte y su fantástico proyecto para fomentar el comercio local de la marina Alta Comerç d'ací
Casi sin darnos cuenta, se había hecho la hora de comer. Sí, sí, de comer. Que si algo tienen las fiestas de los pueblos, es que te pasas el día comiendo. ¿Verdad Vanessa? Y la Fira Gata al Carrer no iba a ser una excepción. En el Gastrobar que había instalado la Pastissería La Pau nos estaban esperando con los brazos abiertos. Había arroz al horno o pollo asado para los peques. A nosotros, además de esto, nos ofrecieron musaka y arroz con curry. Por lo que decían los demás, sus platos estaban muy buenos. Lo que sí os puedo decir yo es que mi arroz con curry estaba genial. Y por si aun nos quedábamos con hambre, nos sacaron unas bandejitas con algunos de sus dulces de postre. Yo soy más de salado, he de reconocerlo, así que solo cogí uno para probar, pero vamos, que las bandejas se vaciaron en un momento. ;) Los peques tenían sitio para jugar, así que aprovechamos para tomarlo con relax y conocernos un poco más.
Se iba acercando la hora de nuestra siguiente cita, así que reagrupamos a la tropa y volvimos a la carga. Era el turno de disfrutar de un taller infantil de cócteles de la mano de La Coctelería de Exclusive&Drinks. En él aprendieron como con extractos de frutas, azúcar, agua y hielo pueden prepararse ricas bebidas y que no es necesario tomar alcohol para divertirse.
Nos quedaba un última cita gastronómica en la feria. Teníamos que probar la famosa agua limón y los helados artesanos de El Tramusser. Así que allí nos sentamos, junto a su precioso carro de helados de madera como los que antaño recorrían las calles de los pueblos. Hoy en día pocos son los heladeros que siguen fabricando sus helados de forma artesanal pero cuando pruebas uno de ellos esa diferencia se nota y mucho.
Allí, mientras saboreábamos los ricos helados, Vanessa nos entrego los detalles que la asociación Comerç de Gata habían preparado para cada una de nosotras. Se trataba de una preciosa mochila de Casa Barrera que estaba llena de riquísimos productos de Gata de Gorgos. Había embutido artesano de la carnicería Silvestra, mistela de El Celler de la Marina, una "coca amb panses" de Forn de pa Xaro e incluso unas chuches par los peques de Ca Doloretes.
Para terminar la tarde nos fuimos todos juntos a disfrutar con los peques de un paseo en carro por Gata. Yo creía que César no querría montarse ya que este verano tuvo un pequeño susto con uno cuando estábamos disfrutando de algunas actividades de agroturismo en Asturias pero... ¡que va! Se lo pasó bomba. Al bajar decía que los caballos son muy chulis y que había sido muy divertido. A mi también me gustó mucho dar ese paseo. Me hizo recordar los carros que antes también recorrían las calles de mi pueblo. Ahora aun se ve alguno de vez en cuando, pero ya mucho menos.
Fue una jornada fantástica en la que, sin lugar a dudas, nuestra anfitriona consiguió su objetivo: Contagiarnos su pasión por Gata.
Muchísimas gracias a la Asociación Comerç de Gata y todos los comercios y empresas participantes por tratarnos tan bien. Y mil gracias a las dos, sí, sí a vosotras dos, por organizar el evento y por contar nuevamente conmigo. Ha sido un autentico placer.
Las fotografías que ilustran el post son de El Globo Rojo
¿Qué os ha parecido la Fira Gata al Carrer? ¿Conocéis Gata de Gorgos? ¿Os gustan estas ferias de artesanía y comercio? ¿Me recomendáis alguna otra? Podéis dejarme un comentario más abajo contándome lo que queráis. Yo os responderé. No olvidéis que los blogs se alimentan de vuestras interacciones. Comentar, compartir, decir que os gusta... Todo eso es lo que nos ayuda a crecer y seguir en la brecha. ;)
Más información: Fira Gata al Carrer (Comerç de Gata)
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