

Cuando llegué a casa, preparé el biberón tal y como me había explicado la veterinaria pero me lo rechazó una y otra vez. Creo que fue al día siguiente cuando se acostumbró a la tetina y empezó a chupar como una loca. Desde el domingo y hasta el día de hoy se toma un biberón completo con toda felicidad. Cierra sus ojitos y estira las patas con señal de estar muy satisfecha.Es negra, de ojos azules y está rellenita, señal de que le sienta muy bien su biberón. No para de maullar y le encanta jugar y dormir con el mini peluche que le pusimos en su cajita. De vez en cuando la ponemos a pasear por el pasillo de casa pero normalmente pasa el tiempo en su cajita. Ya cuando comience a comer pienso la trasladaremos a la casa de campo de Diego porque allí ganará en libertad.



