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Gatos, Vivien Leigh y Laurence Olivier

Por Nazarinasociacion
Los Olivier con New Boy

Los Olivier con New Boy

A pesar del título de esta entrada, solo hablaremos de Laurence Olivier en referencia a Vivien Leigh, bellísima mujer, magnífica actriz y gran amante de los gatos. Nació el 5 de noviembre de 1913 en Darjeeling, entonces India Británica. Subió siendo muy pequeña a un escenario con el grupo de teatro aficionado de su madre. A los seis años ingresó como interna en un colegio de monjas en Gran Bretaña: “Era la más joven de las internas y supongo que también la más mimada. Recuerdo que me permitían dormir con unos gatos. Los gatos siempre me han vuelto loca”. Unos años después acompañó a sus padres en un largo periplo por Francia e Italia, y no regresó a Inglaterra hasta 1931. Al cabo de poco tiempo conoció a Leigh Holman, un famoso abogado que tenía 13 años más que ella. Se casaron un año después y en 1933 dio a luz a su única hija, Suzanne. Aún no había cumplido 20 años.

Con New Boy

Con New Boy

Desde que tuvo uso de razón quiso ser actriz, y como le dijo a su amiga y compañera de internado Maureen O’Sullivan, que también tuvo una exitosa carrera como actriz, no había abandonado su sueño. Cambió su nombre a “Vivien Leigh”, buscó un agente y en 1935 consiguió el papel principal en la obra teatral “The Mask of Virtue”, por la que fue muy aplaudida en los escenarios londinenses. Laurence Olivier se interesó por ella y ambos protagonizaron en 1937 la película “Inglaterra en llamas”. A pesar de estar casados, empezaron una apasionada relación que duraría hasta 1960.

Los Olivier

Los Olivier

No tardó en conseguir el papel que la catapultaría a la fama internacional y por el que ganó el Oscar, el de Scarlett O’Hara en “Lo que el viento se llevó”, producida por David O. Selznick. En 1940, Vivien Leigh y Laurence Olivier se divorciaron de sus respectivos cónyuges y pudieron casarse. Volvió a ser galardonada con un Oscar por su papel como Blanche Dubois en “Un tranvía llamado deseo”, con Marlon Brando, después de haber encarnado el mismo papel durante nueve meses en los escenarios del West End de Londres.

Con New Boy

Con New Boy

Se ha dicho que Vivien Leigh era una mujer caprichosa, con la que era difícil trabajar debido a sus bruscos cambios de humor, con una fuerte tendencia a la depresión, pero quizá no se sepa tanto que sufrió de un trastorno bipolar durante la mayor parte de su vida. La actriz tuvo tres pasiones, el teatro (prefería los escenarios a la gran pantalla), Laurence Olivier y los gatos. Casi nunca vivió sin un gato y, según su hija Suzanne, llegó a tener dieciséis siameses a la vez cuando vivía con Laurence Olivier.

Al poco de casarse, adoptaron un gatito callejero blanco y negro llamado Tissy. Cuando el ejército destinó a Laurence Olivier a Plymouth para aprender a volar, Vivien Leigh le siguió y se llevó a Tissy. En 1946, Laurence Olivier le regaló su primer siamés, New Boy, llamado así por el “New Theatre” de Londres (actualmente el teatro Noel Coward) donde trabajaba regularmente el actor. New fue uno de sus gatos más queridos, le consideraba casi como un amuleto y siempre le llevaba a su camerino cuando trabajaba. Posiblemente sea el más fotografiado de todos sus gatos con su elegante collar comprado en París. Por desgracia, New fue atropellado en Australia en 1948 mientras la pareja estaba de gira con la Compañía Old Vic.

A continuación llegó Armando, otro siamés muy parecido físicamente a New Boy que también llevaba el mismo collar y vivió hasta el principio de la década de los sesenta. Otro de los gatos más fotografiados de la actriz y que la acompañó hasta el último momento fue Poo Jones, un precioso siamés de ojos color violeta que dormía en su hombro e iba con ella a todas partes, incluso hizo una travesía en el Queen Elizabeth, donde salía a pasear por el puente con una correa. Poo Jones sobrevivió a la actriz y siguió viviendo con el ama de llaves, Mrs. Mac y, posteriormente, con el abogado Peter Hiley.

Con Poo Jones

Con Poo Jones

Otros gatos que vivieron con la actriz fueron Nicholas, Snow, la blanca Tiddly-iddly-iddly y Christmas, un gato rubio, entre otros.

A pesar de una complicada vida personal, su afecto por los gatos nunca cambió, pero no cabe duda de que prefería a los siameses. En una ocasión dijo: “Cuando se ha tenido un gato siamés, no puede tenerse a otro tipo. Son animales maravillosos, tremendamente inteligentes y capaces de seguirte como un perro”. Las delicadas facciones de la actriz y sus ojos de color cambiante, entre verde y azul, hicieron que muchos la compararan con un gato. Su compañera de reparto en “Lo que el viento se llevó”, Olivia de Havilland, con la que se llevaba muy bien, dijo que al verla por primera vez pensó en “una pequeña siamesa y en el tintineante encanto de una linterna china”. Rex Harrison, que coprotagonizó con ella “Tormenta a la vista” en 1937, también dijo que “era muy parecida a un gato. Podía ronronear y arañar. Y era divina haciendo ambas cosas”.

En casa con Armando

En casa con Armando

Después de divorciarse de Laurence Olivier, vivió con el actor John Merivale, con el que había entablado una relación en 1958. El actor reconoció que Vivien Leigh no solo le había enseñado a respetar a los gatos, sino también a amarlos.

El 7 de julio de 1967, Vivien Leigh murió de tuberculosis, enfermedad que le había sido diagnosticada veinte años antes. Esa noche se fue a la cama con su querido Poo Jones mientras John Merivale iba a trabajar al teatro. Se levantó para buscar un vaso de agua y se desplomó con los pulmones llenos de líquido. John Merivale la encontró a medianoche con Poo Jones maullando a su lado.

Vivien Leigh, Laurence Olivier y Tissy

Vivien Leigh, Laurence Olivier y Tissy

La noche del 8 de julio, día en que se anunció oficialmente que había fallecido, todos los teatros de Londres apagaron sus luces durante una hora. Las cenizas de Vivien Leigh fueron dispersadas en el lago donde tenía una casa de verano.


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