La semana pasada un viaje de trabajo me hizo recalar en Madrid y pasé por Lush. La verdad es que hacía muchísimo tiempo que no pasaba por una de sus tiendas y me encantó la sensación de volver a estar allí un ratito: son un paraíso para el olfato. Podría suceder que tantas fragancias y aromas juntos resultasen mareantes, pero a mi la verdad es que me inundan de bienestar.He visto muchas novedades, pero una de las que me he traído a casa y de la que me gustaría hablaros es de las gelatinas de ducha. Hay dos diferentes: Whoosh y Refreseher, pero ha sido la primera la que me he comprado. La duda que me asaltó inicialmente era si en la ducha la gelatina no se derretiría, pero ¡qué va! se comporta como un jabón sólido, te permite enjabonarte pero es imperceptible el desgaste. La sensación es magnífica, muy agradable, fresca, placentera y relajante. El aroma de este gel es muy fresco y vital y tiene la ventaja de que la gelatina la puedes enfriar o congelar y así darte una ducha revitalizante (de hecho, este producto lo venden como un gran remedio contra el jet lag).Lo más divertido ha sido la reacción de mi peque, que tampoco había conocido estos geles con textura de gelatina. Cada ducha se convierte en una diversión, llena de risas (porque la gelatina se le escurre) y no cuesta nada convencerla para ello.La única desventaja que le veo es la misma que a todos los productos de Lush: son de precio elevado, aunque siempre hay que recalcar que la calidad que tienen se corresponde con el precio. Este gel de ducha en gelatina lo tenéis en dos tamaños 100 gr o 240 gr, por 4.95€ y 9.95€ respectivamente.
Además de esta gelatina, también me compré unas cuantas bombas de baño, jabones y un bálsamo labial que también me encantaría mostraros porque es superhidratante y su aroma me ha cautivado. Se llama Honey trap y está formulado a base de chocolate blanco, vainilla y miel. Y vosotras, ¿conocéis la marca Lush?¿Habéis probado sus productos?