Gemelos voleibolistas destacan en juegos nacionales escolares

Pablo y Matías Valencia.
Aunque un problema de salud les impide crecer como sus compañeros y rivales, los hermanos Pablo y Matías Valencia son piezas fundamentales de su equipo, el Instituto O’Higgins de Rancagua, y sueñan con alcanzar el bicampeonato en casa.
Rancagua, octubre de 2012
Son piezas fundamentales dentro de su equipo. Los gemelos Pablo y Matías Valencia son comentario seguro para todo aquel que observa el voleibol masculino sub14 en la Final Nacional de los Juegos Deportivos Escolares 2012, que organiza el IND. Y lo son no tanto por su curiosa estatura de 1,53 en un deporte de red alta, sino más por el talento que exhiben. Problemas de salud les impiden crecer como el resto de sus compañeros y, sin embargo, no sienten impedimento para demostrar su talento en el equipo del Instituto O'Higgins de Rancagua.
Con gran entusiasmo están luchando por defender el título que consiguieron el año pasado y levantar, esta vez, la copa en casa. “No hay como sentir la energía que nos transmiten nuestras familias y amigos en cada uno de los partidos que hemos jugado. Ha sido fundamental en los triunfos y en el fortalecimiento del equipo. Nos motiva, nos corrige y nos insta a conseguir por segunda vez el campeonato”, comenta el líbero Pablo Valencia.
Desde que cursaban segundo básico están vinculados a esta disciplina. Pero fue en 2008 cuando tomaron la decisión de dedicarse de lleno. Fue su padre, el destacado entrenador Ismael Valencia, coach del equipo campeón en vóleibol damas de los Juegos Binacionales Cristo Redentor 2006, quien los inició en este deporte, llevándolos a torneos y viajes. "Ellos tienen problemas de crecimiento, están en tratamiento endocrinológico. Pero el deporte les ha ayudado mucho en ese tema. Me enorgullece verlos jugar", dice con emoción el progenitor, quien los acompaña en cada desafío.
El recuerdo del anterior campeonato escolar evoca a los gemelos Valencia un dulce aroma a café. Su título nacional los clasificó al Sudamericano Escolar, disputado en Bogotá, donde consiguieron un meritorio quinto puesto enfrentando en su grupo a Colombia, Venezuela y Bolivia. Aquella vez también dieron que hablar.
"Nos preguntaban si teníamos alas", recuerda Pablo, el líbero, entre risas. "Ahora también queremos ir al Sudamericano en Brasil: playa, sol y vóleibol, no hay nada mejor", dice con humor Matías, el armador.
Y están más cerca de ese sueño. Los dirigidos por Gabriel Cabello consiguieron una contundente victoria en cuartos de final ante la Escuela Ramiro Roa de Curanilahue por 2-0 (25-4 y 25-3). En semifinales deberán medirse ante la Escuela Hernando de Magallanes, que superó a Scuola Italiana di Copiapó.
“Estos son nuestros últimos Juegos Escolares en la categoría infantil. La última oportunidad de viajar representando a Chile. Sabemos que tenemos opciones. No las vamos a desperdiciar", concluyen los gemelos que no se achican en un deporte de altos.