Dicho esto, los describo a continuación:
- Intentar no vestirles igual: En ninguno de los dos casos, ni gemelos ni mellizos, pero sobre todo con los primeros. Esto les ayudará a los demás a diferenciarlos y se fomentará la independencia de los dos. Podemos también hacerles un corte de pelo distinto. Ellos necesitan que a cada uno se le trate de manera especial.
- Tener momentos exclusivos con ellos: Si se puede, deberíamos tener actividades con cada uno de ellos, por separado, en función de sus gustos particulares.
- Separarles de clase: Por regla general, siempre hay uno más introvertido que el otro, más tímido, que sigue al otro... Por ello, en los centros siempre se aconseja separarles de clase. Así,tendrán sus propios amigos, distinto maestro, vivirán experiencias diferentes y les ayudará a ser más independientes. A veces los papás no están de acuerdo con esto, no quieren que sobre todo el más "débil" lo pase mal. Pero tienen que pensar que es necesario y que, a la larga, les beneficiará. Los dos obtendrán recursos muy valiosos de socialización para el futuro. Todos se adaptan, lo he visto en muchas ocasiones.
- No tienen porque estar siempre juntos: Parece que lo más lógico es que vayan juntos siempre a todos los lados, pero podemos llevarnos a uno a comprar y al otro dejarlo en casa si tenemos la posibilidad. Si no quieren ir a un cumpleaños al que han invitado al otro, no tenemos que obligarles, no tienen porqué tener los mismos amigos. Es más, si podemos llevar solo a uno de los dos, podremos aprovechar para hacer algo con el otro, y así los dos se verán premiados de alguna manera. Y si ellos quieren invitar a amigos distintos a casa dejadles. Podéis alternar el día de elección.
- No hablar en plural de ellos como si fueran un pack. Parece increíble pero el lenguaje a veces nos condiciona bastante en nuestros actos. Lo mejor es llamarles por su nombre, cuando nos dirijamos a ellos y ante los demás. Sería de esta manera: En vez de " los gemelos se van a ir a casa de la abuela", lo diríamos así " Gonzalo y Pablo se van a ir a casa de la abuela". Este pequeño matiz los distingue como personas no como pareja. O si les regañamos, ver claramente quién ha hecho la travesura, quién la ha ideado y actuar en consecuencia. No dar por hecho que han sido los dos.
- No etiquetar. Evitar colocarles un rol como este es "el bueno" o "el malo". Porque al final lo que estamos haciendo es compararles y, a la vez, dándoles a entender que lo que esperamos de ellos es que uno sea así y el otro de la otra manera. Siempre debe primar la individualidad.
No os preocupéis porque ellos mismos sacarán el lado positivo de ser gemelos y mellizos, no hace falta que nos esforcemos tanto en hacérselo ver.
En una ocasión en la que tuve a uno de dos gemelos, les hacía mucha gracia cambiarse de clase y ver si mi compañera o yo nos dábamos cuenta. Al final siempre hay algo que les diferencia, por muy iguales que sean. En este caso era un lunar en la oreja. Se lo pasaban genial haciéndolo.
Y, por último, no os sentáis culpables si tenéis más afinidad con uno que con otro. Evidentemente los queréis a los dos. Pero esto que os digo es algo normal. Somos personas y tenemos nuestras preferencias, a ellos les pasará lo mismo. Y además puede variar por épocas.