Revista Comunicación
Generación democrática. Sin miedos, sin deudas
Publicado el 17 noviembre 2014 por Monirocampeona @monirocampeona
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Si aún sigue viviendo gente que sobrevivió la Guerra Civil española y la posguerra con su dictadura, un núcleo importante de la ciudadanía es fruto de la Transición hacia el periodo democrático, tras la aprobación de la Constitución de 1978. Ese grupúsculo de personas tuvieron un papel importante en esos años y aún siguen teniendo peso en la política española.
El fin de esa etapa y de sus mandos puede vislumbrarse en la irrupción del movimiento ciudadano en política -concretamente con los nuevos partidos y principalmente con Podemos-. El sistema implantado ha eclosionado en corrupción, privilegios y falta de transparencia y de coherencia.
Tanto las dos grandes formaciones del bipartidismo, PP y PSOE, podían haber lanzado una escalerilla desde sus aparatos para que subieran las generaciones jóvenes, que dicen representar. Pero parece que no se ha producido ese tránsito.
Esos simpatizantes podrían corresponderse con la población que está en la franja de edad por debajo de los 39 años. Según el Informe de Proyección de Población de España 2014-2064, el grupo más numeroso actualmente en España es el de 35 a 39 años (4.030.930 habitantes).
La Carta Magna se firmó hace 36 años y la población con derecho a votar en nuestro país, desde la mayoría de edad hasta casi esos 40 años, suma a más de doce millones de personas. Por hacer un perfil a vuela pluma, son personas que han tenido acceso a la universalización de la educación y un gran porcentaje tienen formación universitaria, que viven en una crisis económica desde 2008 y padecen los estragos del paro y que han nacido y crecido sin atisbos totalitarios, en plena democracia.
Los gestos de la Transición no valen
Seguramente en el avance del nuevo movimiento ciudadano, gestado desde el 15M y Democracia Real Ya, y su concreción en los partidos de nuevo cuño y el éxito de Podemos, debemos tener en cuenta que los gestos de la generación de la Transición no valen de ahora en adelante. Por varias circunstancias:
por falta de coherencia. Defienden en sus programas una cosa y aplican otra. Practican política de pose. El PSOE pone caras nuevas (Pedro Sánchez) y el PP auspicia una imagen más fresca en tertulias televisivas (Borja Semper), pero siguen mandando los postulados que ya no valen, los de antes, porque la democracia no ha madurado.
por falta de transparencia. Porque esconden sus actividades políticas por miedo a ser pillados en su falta de práctica democrática. En el ejercicio de representar a su pueblo se aprovechan de los instrumentos que les ofrecen las instituciones. Porque vienen de otra época, oscura.
por conservar privilegios. Porque se han convertido ambos partidos en que, al haber gobernado ya varias décadas, quieren conservar el poder y sus privilegios, no sus deberes como políticos, sino sus prebendas como representantes púbicos.
por la corrupción. Porque hay una carencia de asunción democrática, porque no la han mamado, son de una estirpe nacida en la dictadura franquista, que ha encumbrado sobremanera la Transición y se han apoderado de lo público como privado. Esto les pertenece.
La anuencia de todo esto ha supuesto una caída angustiosa para unos -como en el cuento de Alicia en el país de las maravillas- y la creacion de algo nuevo, para otros.Posted from Seville, Andalusia, Spain.
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