«Cuando los jóvenes nacidos en los 70 comenzaban a llamar con desparpajo a la puerta de las grandes compañías reclamando su sitio, una exitosa campaña publicitaria les puso por nombre JASP: Joven Aunque Sobradamente Preparado. Llegaron tiempo después aquellos que no sabían qué querían ser, ni cuándo, y otro experto en etiquetas les denominó la Generación X. Lo de ahora reciben por apelativo los Ni-ni , los de ni-estudio-ni-trabajo. Es la generación del siglo 21 (dejemos los números latinos, que ya no se estudian). Suman un ejército de 750.000 chicos y chicas alumbrados en un país que les ofrecía las mejores oportunidades. Hoy son una potencia de brazos cruzados.
Si se cumplen los pronósticos de Dominique Strauss-Kahn, no hará falta buscar apodo alguno a todos esos chavales: directamente, ha dicho, será «una generación perdida». El director gerente del FMI ha patentado el nombre de esa marea de jóvenes que sigue bajo techo familiar (un tercio de los españoles menores de 34 años) porque no encuentran un jornal que echarse encima. En España el paro juvenil roza ¡el 38%! y subiendo. Conviene poner el contexto: uno de cada tres jóvenes españoles abandona el sistema educativo sin acabar la secundaria.
Con 27 años, a la edad en la que hoy cuatro de cada diez chavales rebuscan entre las escasas ofertas laborales, Dominique Strauss-Kahn ya estaba empleado como profesor en la Universidad de Nancy y mantenía su prometedora carrera política. Hoy, este dirigentes francés percibe un salario de 344.000 euros anuales (llega para pagar un año a casi 400 mileuristas»...
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Revista Economía
Escribe Rubén Santamarta: