Estamos ante una ofensiva envolvente del PSE, el socialismo vasco, para facilitar la legalización de Sortu, la rama menos fiera de ETA, e iniciar una campaña proamnistía para los autores de los más de 800 asesinatos cometidos por la banda, de los que 300 siguen aún impunes.
Una acometida que obedece a la debilidad de Rodríguez Zapatero, que le ha tolerado al presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que lo retara llamándole cobarde en un artículo en El País para incitarlo a apoyar la legalización de Sortu.
Mientras, el consejero socialista del gobierno vasco, Rodolfo Ares, proponía que el Parlamento autonómico aprobara una moción a favor de esa misma legalización, aunque la retiró cuando el PP amenazó con dejar de apoyar al gobierno del PSE.
Y el lendakari Francisco Javier López Álvarez, Patxi, además de apoyar la legalización de los filoterroristas, advirtió que no aceptará órdenes de fuera del País Vasco en contra esa legalización, para la que recibió el visto bueno del ministro de Justicia, Francisco Caamaño, aunque después se retractó.
Simultáneamente, la directora general de Atención a las Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Maixabel Lasa, le pidió a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que fuera “generosa” con Sortu, para “alcanzar la paz”.
La AVT consideró “una infamia” esa demanda, de la que cree que es el primer paso además para para tratar de amnistiar a los terroristas presos.
Muchas víctimas ven estas demandas pro-Sortu del PSE como una muestra del añorado acuerdo de los socialistas con los post-etarras, nominalmente pacificados, para gobernar el País Vasco.
Temen que sería como el del PSC con los independentistas de ERC, fracasado por falta de músculo, aunque esta vez PSE-Sortu tendría una fuerza explosiva nazionalsocialista más brutal que la alianza catalana.
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SALAS tiene una tira lapidaria, aplicable a los candidatos y a sus errores políticos, sobre todo a los de quienes quieren ser de nuevo generosos con esta banda asesina: