Artista: GenesisÁlbum: Selling England By The Pound
Año: 1973
Género: Rock sinfónico
Nacionalidad: Inglaterra
El título del álbum es una referencia al eslogan utilizado en el manifiesto laborista en Londres para las elecciones generales celebradas antes de que el álbum fuera lanzado. El álbum en si mismo es considerado por muchos como el disco más representativo del período de Peter Gabriel en el grupo.
La música de Genesis seduce con delicados episodios instrumentales en donde sobresalen el dominio asombroso de cada instrumento y, lo más importante, su perfecta conjunción. Letras sugerentes, metafóricas en canciones de claro carácter sinfónico.
Aquí, dejamos la opinión del Mago Alberto sobre este grandísimo disco:
Y si había un disco que no podía faltar en CDM es precisamente éste, y por supuesto como el paladar de los cabezones/as es muy fino vamos con la versión remasterizada del 2007, con pequeños detalles que el genesiano de pura cepa va a saber disfrutar.Mago Alberto
Quizás este disco como ningún otro fue un disco bisagra dentro del panorama que en esos años se daba dentro del rock progresivo mundial, Genesis venía de proyectos ambiciosos como Foxtrot y Nursery Crime y se daba también el caso que la tecnología daba un salto cuantitativo en relación a instrumentos, grabaciones, procesadores, etc. Y Genesis se puso a tono con ese presente y con la propia evolución del grupo y llegaron a plasmar esta verdadera obra de arte.
Selling es como el Close de Yes, un punto altísimo el cual es bastante difícil superar, el álbum es brillante por su armonía, como también es brillante el sonido, ni hablar del concepto lírico, y la relación de los solos en cada canción.
Un disco conmovedor que desde su primer oída te atrapa y te deja con el cerebro explotado, te supera en espectativas, te supera por su ambición, te supera por lo climático, son esa clase de discos que te marcan, te transforman, te sacuden las neuronas, te llevan a terrenos inexplicables, te modifican tu estructura mental hasta que llegas a sentir que la realidad te es ajena totalmente a tu sentimiento, no te deja ninguna fibra interior sana.
Genesis en aquellos años dejó la vara muy alta en lo que respecta a producción artística y musical, hasta la tapa del disco, los colores, todo encaja con lo que está dentro.
¿El mejor disco de Genesis? ¿Uno de los mejores discos de la historia de la música?. Vaya uno a saber o suponer, sólo podemos decir que esto es una joya tan invaluable que no hay medida o parámetro que la pueda referenciar.
Cuantos años y cuanto tiempo a pasado y recién desembarca en CDM, si había alguna deuda creemos haberla saldado. Aunque tenemos varias más, ni hablar de las que tiene el Vampiro. Así que vamos cumpliendo. Esta versión suena muy pero muy bien así que el disfute esta asegurado.
Tras el -moderado- éxito comercial que supuso Foxtrot, y apoyados por la espectacularidad de sus directos, Genesis tenía ante sí el cierto reto de estabilizar su carrera. Sus componentes eran aún veinteañeros y Peter Gabriel, metido en una intensa vida de experiencias paranormales y mallas de nylon, refinaba su papel como showman a costa de su salud mental.MeFuMo
En 1973 el grupo se armó tras la gira en la que se grabó el excelente Live para volver a grabar. Genesis había sido acusado de abandonar un poco el "estilo británico", ellos que se sentían poco menos que victorianos, para intentar acercarse al mercado americano, así que Gabriel escogió ese concepto y de título del disco una frase del Partido Laborista como burla a sus críticos. "Vendiendo inglaterra a peso", con un evidente juego de palabras con la moneda nacional.
Es esta sorprendente bajada de Gabriel de los planos astrales para basar su trabajo en un tema mundano lo primero que llama la atención del disco y lo acerca al término "madurez musical". Aunque por supuesto las letras del álbum no dejarán de ser poesía mitológica en crudo, en la mayoría de los temas la banda crea analogías entre personas y situaciones corrientes como personificaciones de antiguos protagonistas de fábulas y tradición clásica.
El creciente protagonismo de Anthony Banks en la composición de los temas haría el resto. Su nivel de experimentación musical, junto al del cada vez más discutido pese a su maestría a la guitarra Steve Hackett, había ido mucho más allá en el último año y disponían de instrumentos infernales (mellotrones sobrealimentados, sitares eléctricos, pedales de volumen)listos para su explotación.
Empieza el disco con la agridulce voz de Gabriel lamentando el destino de su Gran Bretaña.
"¿Puedes decirme dónde yace mi país?
Le pregunto el unifauno a los ojos de su amante.
"Yace conmigo", dijo la Reina del Quizás
Por la mercancía dio todo lo que tenía valor".
Dos personajes mitológicos en una sola estrofa. Eso es la educación privada inglesa.
"Dancing with the Moonlit Knight" es una de las mejores canciones de la carrera del grupo. Con una progresión de manual se alzan los arpegios excepcionales de Hackett, la flauta de Gabriel y gana protagonismo el que será el omnipresente teclado, creando unas texturas de piano excelentes que acunan la parte vocal. Solo esta primera parte de la canción ofrece un nivel altísimo de composición y muestra el protagonismo sonoro de los sintetizadores electrónicos, con partes corales inquietantes. Con un nivel de virtuosismo excepcional pero que no descarría en ningún momento y, pese a la calidad técnica de las composiciones, consigue transmitir emociones que acompañan a la temática de la canción y la convierten en algo redondo. Acompañando los teclados de Banks tenemos el trabajo de Hackett a las seis cuerdas, con partes de tapping, sweep-picking y efectos de feedback muy trabajados, que acompaña y sirve de contrapunto a la canción. Collins y Rutherford aportan grandes líneas, sobre todo al bajo, pero la producción, como sucederá en el resto del disco, le concederá mayor protagonismo a guitarra y teclados. El grupo suena como un mulo de carga y los diversos efectos son perfectamente acoplados en un sonido mucho más compacto que sus anteriores trabajos, a la vez que más "eléctrico" por el uso de sintetizadores, pero que no pierde sus partes más ambientales y delicadas. Sin duda alguna una de las cumbres de la carrera del grupo.
"I Know What I Like (In your Wardrobe)" fue el primer single como tal de Genesis y, tras la carga emocional del primer tema, nos ofrece un momento de calma. Una canción con estructura pop, con un interesante efecto inicial de Hackett y percusión diversa que narra las aventuras de un cortador de césped que es feliz con su trabajo, basicamente. La versatilidad de la voz de Gabriel es patente y es de notar la consistencia del sonido del bajo de Mike Rutherford, que lidera el tema, y la instrumentación de la última parte, una especie de collage cercano a la psicodelia, con uso de sitares y un toque un tanto oriental.
La peor letra de la historia del Genesis sinfónico (mitológica, pero chorra) adorna otra de sus mejores canciones. "Firth of Fifth", obra de Banks, se alza regia con una introducción de piano y una parte vocal solemne bajo la marcha de la batería de Phil Collins y la sempiterna vigilancia de los teclados que posee una fuerza apreciable. Gabriel hace un gran trabajo en la primera parte del tema, y su puente de flauta hacia la parte instrumental es sencillamente sublime, quizá la mejor melodía del disco. Tras una progresión de piano Banks desencadena sus teclados en un solo potentísimo con el grupo a su merced, uno de los momentos más intensos del disco, donde la banda funciona como un reloj de precisión y tras ello una base atmosférica da pie a Hackett para hacer que su guitarra literalmente llore la misma melodía que sirvió de introducción con la flauta. Una obra maestra del rock progresivo sinfónico con una sección final que nos devuelve la marcha y solemnidad de los primeros compases y consigue emocionar al oyente.
"More Fool Me" es una balada blandita con guitarra acústica y falsetes cantada por Phil Collins y representa el momento más flojo del disco.
Una marcha guerrera abre lo que sería el tema central del disco, aunque se ha visto eclipsado por otras canciones. La historia de una rivalidad entre bandas de Londres nos ofrece de nuevo un sonido más pastoral, en una canción plena de cambios de ritmo y ajustes de tempo que la convierte en compositivamente muy compleja. Gabriel interpreta a diferentes personajes y de nuevo hace gala de su inmensa versatilidad vocal, uniendo diversos pasajes sinfónicos en una única historia con momentos cercanos al rock hasta una progresión central con melodías que se cruzan y crean unos matices muy interesantes. La narración musical y la voz de Gabriel hacen que se puedan incluso establecer algunas similitudes puntuales en la composición con "Supper's Ready", de su anterior disco, aunque ésta es claramente más luminosa que aquella obra maestra y no posee una parte sinfónica tan acusada, la canción sorprende por sus contínuos cambios y su forma "feliz" de contar sucesos violentos, más en la línea de discos como "Nursery Cryme".
Obra principalmente de Hackett, "After the Ordeal" no era una canción elegida para el disco, pero el guitarrista presionó para incluirla y empezó a no encajar con el rumbo del grupo a partir de este momento. Y habría sido una lástima, porque estamos ante cuatro minutos instrumentales llevados de la mano del piano de Banks y la bellísima guitarra clásica de Hackett, que entrelazan una melodía delicada y en la que dejan claro su virtuosismo que, de nuevo, vuelve a estar perfectamente justificado y en su sitio (algo que a un buen puñado de bandas progresivas parece costarles entender). El grupo luego le sirve de base para un solo atmosférico donde la guitarra alcanza un sonido notable hasta ser sepultada por la flauta de Gabriel. Un tema reconfortante y delicado.
La obra de arquitectura musical más retorcida de Genesis se despliega en "The Cinema Show". Un tema complejo que eleva la rutina de dos amantes para una cita en el cine a la historia de amor de Romeo y Julieta para concluir que las mujeres disfrutan más del sexo e incluye algunos pasajes del poema "Tierra Baldía" de Eliot y referencias explícitas a la cultura clásica. Las guitarras de doce cuerdas se despliegan en un delicado duo vocal de Gabriel y Collins, que deja paso a una progresión de fuerza contenida con un excelente trabajo de Collins a la batería y el poderío absoluto de Banks y sus sintetizadores. Una parte instrumental intensa y etérea, con momentos de tempo jazzistico, donde Banks vierte un sonido rompedor para la época que se acabaría convirtiendo en marca de la casa del grupo. Un solo magistral de teclado que sube y baja de intensidad la canción a su antojo, con el grupo desarrollando acompañamientos en constante evolución y cambio, que de nuevo muestra dónde ralla el nivel compositivo de Genesis y la calidad de su interpretación. Una nueva versión fue grabada en 1977 para el directo Seconds Out donde sube varios enteros la agresividad del tema, despojándolo en cierto modo de su simple delicadeza, con un resultado más que interesante.
"Aisle of Plenty", herencia directa de "Dancing with the Moonlit Knight", cierra el disco con la amargura presente en el primer corte, anunciando precios de mercado y dando un final más que sosegado a este trabajo.
Un disco complejo, brillante, con un sonido compacto lleno de detalles y experimentación, una portada artística y un paso adelante en la evolución musical del grupo. Para mí, una llana obra maestra del rock sinfónico, cinco cuernazos.
"Vendiendo Inglaterra por su peso" o tambièn conocido como "Vendiendo Inglaterra por una libra" de Genesis. Esta placa es una gema del rock sinfònico/progresivo y del rock clàsico de todos los tiempos.Un rock sinfónico que iba a marcar caminos y que iba a hacer escuela, influenciando al llamado "neosinfònico" en los años 80`s y 90`s.Alvaro Beasi
Es el quinto trabajo de estudio de la banda grabado en el año 1973. Su elenco fuè el màs glorioso y destacado sin duda alguna: Peter Gabriel voz y vientos, Tony Banks teclados y guitarra de 12 cuerdas, Steve Hackett guitarras, Mike Rutherford bajo, guitarras y coros
y Phil Collins batería, percusión y voz. Asimismo fuè su mayor èxito comercial (sobre todo en Italia), llegando a ser disco de oro en EE. UU. en 1990.
1973 encuentra al conjunto en la quintaescencia de su carrera, al igual que en su siguiente doble Lp: THE LAMB LIES DOWN ON BROADWAY (1974), que marcarìa el fin de la era Peter Gabriel.
"Can you tell me when my country lies..." (puedes decirme cuando mi paìs miente...) reza el comeinzo de "Dancing With The Moonlit Knight", cantada dulcemente y a capella por Peter.
Esta suite inicial comienza con unos pasajes de un panfleto de el Partido Laborista Britànico, el cual se le fuè entregado un dìa casual por un joven a Gabriel que caminaba por la calle en plena epoca electoral. Estas lineas cuestionan la posiciòn conservadurista del gobierno de turno
de por aquel entonces, todo esto aprovechado por Peter y llevado hacia un terreno fantasioso y hasta con un gran sentido del humor. En medio de semejante concepto , la riqueza musical del esta canciòn es exquisita. Se compuso a partir de un teclado de Peter y de un potente riff de Hackett, añadiéndole otra composición acústica. Este tema es uno de lo temas màs memorables de la banda. Al interpretarla en vivo Peter se disfrazaba de "Britannia", una especie de guerrero griego o romano con yelmo , capa y lanza.
Cierto mediodìa, en el transcurso de aquellos meses en que Genesis componìa y ensayaba esta magistral obra, algunos de los integrantes se detuvieron a almorzar. Stephen Hackett y Phil Collins seguian encerrados ensayando. El guitarrista desde hacìa varios dìas no podia dejar de ejecutar un riff muy pegadizo, pero no le lograba dar una forma definitiva. Phill estaba muy enganchado con el ritmo del riff de su compañero . Mientras tanto los demàs los llamaban a almorzar , pero ellos seguían ejecutando este riff sistemàticamente, hasta que un furiozo Peter Gabriel abre la puerta de la sala y les dice: Es la 1 en punto , es hora de comer!!... y Collins lo mira y le contesta: Que gran frase para comenzar una canciòn!!... tienes razòn le contesta Peter , entonces esto se transformò en el comienzo de "I Know what i Like ": "It`s one o`clock it`s time for lunch...!". Fuè el primer exito comercial que logrò Genesis. La letra estaba caracterizada por el típico humor ingles , tan utilizado por Gabriel en sus letras, las mismas nos dan claras imágenes de lo que nos expresa la ilustraciòn de la tapa del disco.
Narra con mucha ironìa la historia de un cortador de cèsped quien no necesitaba nada mas que ser eso para ser feliz. Un muchaho que ignora las recomendaciones de las señoras de la aristocracia que lo veian durmiendo en algun banco de una plaza. Musicalmente notas netos cortes pop , unos buenos ritmos de percusiòn manual y algunos aires orientales brindados por Rutherford al emplear una citara elèctrica .
"Quinto de quinto" o "Designada al quinto rio de cinco" ("Firth of Fifth") compuesta en mùsica y letra por el señor Anthony Banks, es una canciòn descartada de "Foxtrot", el anterior disco . Aqui Banks retoma la canciòn modificandola y agregandole muchos cambios de ritmo que era una de las razones por la que no se habìa incluido en el anterior album de la banda. Dos de los momentos inmortales de esta pieza son sin dudas : el bello y melòdico solo de guitarra de Steve Hackett, que imita a la parte de flauta de Peter y la introducciòn de piano clasico. Esta ultima muy pocas veces se ejecutò en vivo ya que era muy dificil de ser tocada. Este tema tambièn ha producido muchas peleas en la banda, por que Gabriel queria comenzar la canciòn con la parte vocal, tal como la presentaban en vivo. Banks se enojò mucho al enterarse que no querian incluir esa parte , pero finalmente logrò convencerlos y lograr grabarla tal como la conocemos.
Entre las introducciones que hacia Peter en vivo , una de las màs comunes era la de esta canciòn, decìa: "Habìa cinco rios: uno , dos, tres , cuatro y el quinto rìo no podìa verse en absoluto. Podìa ser oido en la noche, fue entonces que pusieron mentes para atrapar al rìo y en la mañana, al levantarse, encontraron un rìo nuevo, limpio y azul. Este era el quinto rìo y en la desembocadura es donde esta canciòn comienza...".
Una de las pocas canciones que cantaba con la voz principal de Collins en la era Peter Gabriel (otras son "Happy the man" y "For Absent friends") es "More fool me". Basicamente una canciòn melancólica y de amor. En lineas generales acústica, compuesta por Mike Rutherford y con letra de Phil. La canciòn la compusieron en el unmbral del estudio de grabaciòn Island , mientras esperaban a los demàs miembros de la banda que demoraban en presentarse.
La épica suite "La Batalla del Bosque de Epping" con mùsica de todos los integrantes y letra de Peter Gabriel encierra otra particular historia. Gabriel se inspirò en una noticia que habia leìdo en el periòdico Times, sobre una batalla entre dos bandos juveniles provocando destrozos. Esta batalla tuvo lugar en el propio bosque de Epping, que es un bosque de la campiña inglesa donde los estudiantes se juntaban a hacer pic-nics y demás divertimentos. Todo esto acompañado
por un tono por demàs irònico propio de sus letras. Crea y emula con la voz y sus cambios de tempo, a un sinumero de personajes grotezcos implicados en esa contienda y parodia a algunos de los personajes de la historia de Robin Hood.
La estructura musical de la canciòn es de lo màs compleja. El nùcleo de la misma habà sido de nuevo una composiciòn descartada de "Foxtrot", a la cual le fueron agregando distintos trozos de composiciòn de cada uno de los integrantes. La mùsica fuè compuesta primero y luego la letra. Banks y Rutherford manifestaban su inconformismo con respecto a la uniòn de la musica con la letra. Argumentaban que esta ultima era demasiado intrincada y era dificil ajustarla a la mètrica de la canciòn.
Sinembargo es una de las mas geniales e interesantes suites de la banda ya sea por el histrionismo de la voz de Peter o por la diversidad de la composiciòn de cada integrante.
El bello instrumental de Hackett "After the Ordeal", nos demuestra su madurez compositiva a esta altura de su carrera . Hay muchas traducciones en cuanto al nombre de esta canciòn algunas de ellas son: "Luego del sufrimiento", "Despuès de la mala experiencia" o "Despuès de la prueba".
Finalmente la suite culminante dividida en dos partes "The Cinema Show" y "Aisle of Plenty" ("Pasillo de la abundancia"). Es obvia la recurrencia de Gabriel ante "Romeo y Julieta" de Shakespeare, pero imaginado a travès de una pantalla de cine. La cual dice:"De regreso a casa del trabajo nuestra Julieta recoge los restos de su desayuno de la mañana. Retoca suavemente su piel con preciosos perfumes, que ocultan para atraer. Haré la cama, ella dijo, pero se diò la vuelta.
¿Iba a llegar tarde a la función del cine, la función del cine?. Romeo cierra su apartamento subterráneo, y corre escaleras arriba. Con la cabeza bien alta y una corbata floral, un millonario de fin de semana. Haré mi cama con ella esta noche, él grita. ¿Puede fracasar armado con su sorpresa de chocolate?..."
Musicalmente es una bellìsima melodìa compuesta por Mike Rutherford desde su principio, que va derivando en una zapada de estudio de Tony , Mike y Phil, no es raro entonces que en la etapa post Gabriel sea varias veces ejecutada en directo. La coda de "The cinema show ", tiene algunas repeticiones de guitarra acùstica que desenvoca en el principio de "Aisle of Plenty" aportandole un sutil hilo conductor entre las dos partes. Està concebida de lo compuesto por Peter en "Dancing with the Moonlit Knight" con una letra que se transforma en una especie de juego de palabras, inspirada por una visita al supermercado.
En su final podemos notar que Peter tararea la lista de productos de supermercado con sus respectivos precios.
Otro elemento de esta excluyente obra es sin lugar a dudas, el arte de la portada a cargo de Betty Swanwick y llamada "El Sueño", por encargo de el mismo Peter Gabriel en una expocisiòn de pintura . Si se le presta especial atenciòn a la ilustración, encontraremos algunos elementos y motivos referentes a las letras de "Selling England By the Pound".
Señoras y señores, de pie. Y no se sientan hasta que termine la reseña. Estamos ante el que es, en mi opinión, el mejor disco de rock progresivo jamás concebido, uno de los mejores álbumes de la historia, y mi disco favorito quizás junto con Ok Computer y Abbey Road. Selling England By The Poundes un disco perfecto, realmente perfecto. Tal vez es el álbum más perfecto jamás grabado. Es así, y no me quedan dudas de eso. Es una obra hermosa, colosal, sublime, sin fisuras. Una experiencia pasmosa que deja al oyente sangrando los oídos de tanto placer. Ahora pasaré a explicar mejor el porqué de todo esto, pero sólo quería dejar en claro que esta revisión contendrá puros halagos y lisonjeos.Strauss_14
Luego de esta pretenciosa introducción, pasemos a hablar del disco. Para empezar, creo que es el punto máximo del rock progresivo y sinfónico. Para mí, este género fue el más perfectible de la historia del rock. Era un género con tantas influencias, tan variado, tan complejo, tan rico en matices, tan innovador, tan virtuoso, que sin lugar a dudas sus mejores discos debían ser también los mejores del rock en general. En la teoría, a un buen disco de prog no hay con qué darle: tiene tantas características buenas que debería ser un derroche de gozo para el oyente. Pues bien, esto no funcionó tanto en la práctica. Obviamente no conozco todo lo que se hizo en el rock progresivo, pero creo que siempre hubo fallas que no le permitieron al género desarrollarse en su plenitud. Las mejores canciones de rock progresivo son por lo general obras excelsas, pero desgraciadamente hay muchas otras canciones que se pierden en una complejidad vacía y sin sentido. Quizás haya sido por pretenciosidad, la cuestión es que nunca se terminó de redondear todo lo bueno que podía dar el género, y así, por más que haya tenido todo para ser EL género, tuvo que contentarse con ser un género más, como todos, con sus puntos altos y bajos.
Pues bien: todo lo que acabo de decir no se corresponde con Selling England By The Pound. Es el único (o uno de los pocos) discos de rock progresivo que logra una unidad perfecta, etérea y brillante, sin ningún tipo de fallas, excesos o puntos débiles. Es un caso paradgimático: aquí no hay nada de extensos solos virtuosos y aburridos, secciones experimentales o suites innecesariamente largas. Genesis se limita a recoger lo mejor, lo más sublime del género sin desperdiciar ni una nota. Cada canción dura lo justo y necesario. Ninguno de los instrumentistas se pierde en divagues inconducentes: simplemente se abocan a su tarea, a tocar lo que deben tocar de la manera en que lo deben hacer.
Compositivamente tampoco hay fisuras: cada canción es una joya, las diferentes partes son todas brillantes en sus distintas formas y no hay ningún exceso. Esta es la principal, y quizás única razón de mi devoción por éste disco: cada segundo es glorioso. Todo el tiempo asistimos a un espectáculo brillante de música, rebosante de maestría. Primero tenemos una melodía preciosa, luego pasamos a un solo devastador de guitarra, más tarde hay una sección avasallante con las mejores líneas de sintetizador jamás oídas, luego florece de la nada una sección de piano etérea, una melodía de flauta por aquí, una coda acústica por allá. A cada instante hay algo nuevo, todo encaja de manera perfecta, todos los elementos fluyen con especial naturalidad, no se notan secciones forzadas. Uno nunca puede aburrirse escuchando Selling England By The Pound. Siempre hay algo nuevo pasando, algo que antes no habíamos captado.
Cada instrumentista está en su pico: Phil Collins toca como jamás había tocado; Steve Hackett ejecuta solos majestuosos, seductores y misteriosos; Tony Banks no se conforma con lanzar melodías sublimes de sintetizador sino que, además, ejecuta líneas de piano tan hermosas que harían llorar a cualquier mortal; y Peter Gabriel llega a su pico como vocalista, cantando de manera preciosa unas veces y divirtiéndose histriónicamente en otras.
El disco es variadísimo: son cuatro extensas suites intercaladas con cuatro canciones menores. Cada suite es una cascada de sensaciones en sí misma: tenemos secciones casi hard rock, baladas de piano, misteriosas flautas medievales, líneas de sintetizador bien progresivas, oscuras secciones acústicas, divertidas piezas teatrales, todo maravilloso, todo excelso. Y las canciones "menores" son en rigor menores pero no dejan de ser geniales y también muy diversas: hay un delirante pop pegadizo, una tierna balada acústica, un pequeño instrumental atmosférico y un reprise de Dancing With The Moonlit Knight que sirve de cierre.
El concepto tiene sus devaneos, pero me gusta mucho en general. Son letras muy inglesas, que hablan de viejas costumbres británicas, historias cotidianas de personajes folklóricos, todo plasmado en letras algo extrañas y rebuscadas, misteriosas y crípticas, que esconden muchos secretos. Cuando entiendo de qué va la cosa, me atrae. Y cuando no, simplemente disfruto de estas delirantes líricas.
En fin, Selling England By The Pound es una obra maestra. El disco más perfecto jamás realizado: escucharlo es una experiencia liberadora, una orgía de placer y gozo, un manantial inagotable de matices, detalles e ideas. Una obra para nada pomposa, para nada excesiva: una obra que entrega pura belleza y no se detiene en virtuosismos inútiles. Un disco atmosférico, capaz de generar sensaciones impensadas, proyectar imágenes en la cabeza. Una lujosa cascada de creatividad y talento. Una experiencia cuasi religiosa.
Perdón por tantos elogios. Vamos a las canciones. El disco comienza con un misterioso y etéreo canto a capella con una voz maravillosa de Gabriel, que abre la maravillosa suite Dancing With The Moonlit Knight. De a poco se agregan líneas sutiles y embriagadoras de guitarra y sintetizadores, y luego Peter canta "The note he left was signed / "Old father Thames" / It seems he's drowned / Selling England by the pound". En ese momento, un potente piano nos mete de lleno en la atmósfera seductora de la canción. Después se agrega la batería, en un ritmo quedado, acompañada de una genial línea de guitarra. Todo parece a punto de estallar, y lo hace. De la nada aparece un trasfondo de coros sintetizados devastador, avallasante y tétrico, y todo desemboca en un estribillo arrebatador y furioso. Y mientras Collins martilla su batería con rabia, Hackett se lanza con un riff potentísimo, devastador y furioso que preanuncia la sección instrumental. Los sintetizadores barren con todo, y en el punto cúlmine de la pesadez, Hackett lanza un solo magnífico que desemboca nuevamente en los siniestros coros. El estribillo vuelve a arrasar con todo, y cuando nadie lo espera, Gabriel nos sorprende con una inclusión brillante de una melodía casi infantil (You'll play the hobbyhorse / I'll play the fool) antes de retornar al majestuoso estribillo. Luego Banks irrumpe con unos sintetizadores fulminantes, y luego todo se desvanece para dejar el paso a una extensa coda con guitarras acústicas, que configuran un pasaje majestuoso, atmosférico y evocador que mueve a las lágrimas. Una canción enorme, frenética y furiosa. La letra se trata de una especie de crítica a la sociedad inglesa de la época, y Gabriel se pone en el lugar de la "vieja Gran Bretaña", que llora y se pregunta "Can you tell me where my country lies?". La lírica se queja de que se está vendiendo el verdadero espíritu británico "por libras", es decir, por el capitalismo, por el consumismo, con líneas irónicas como "Chewing through your Wimpy dreams / They eat without a sound", refiriéndose a Wimpy, una cadena de hamburguesas inglesa, y está cargada de referencias a la cultura inglesa, como "The Queen Of Maybe" (quien en la antigua Inglaterra, solía representar el comienzo de una buena temporada y la esperanza de una buena cosecha), "Old Father Thames" (el espíritu del río Támesis, representado por un anciano) o la frase "You'll play the hobbyhorse, I'll play the fool", que se refiere a dos personajes del baile de Morris, un baile tradicional inglés.
Pero recién estamos empezando. A continuación llega I Know What I Like (In Your Wardrobe), un maravilloso tema pop con una melodía insanamente extraña y pegadiza (¡ese estribillo!), percusiones africanas, efectos como de xilófonos de trasfondo, partes habladas y hasta flautas. Una gran canción. La letra habla del personaje de la tapa (gran tapa, por cierto), un joven que corta el césped para ganarse la vida. Se trata de un conformista, que se levanta tarde, reniega de sus tareas y rechaza las ofertas que le hacen de trabajos mejores en la ciudad, ya que se siente cómodo donde está.
Sin embargo, el tema anterior no es nada comparada con la sublime Firth Of Fifth. Comienza con una línea clásica de piano, tan hermosa que me dan ganas de llorar. Un simple mortal como yo no es digno de tanta belleza. A los treinta segundos todo se disuelve en una balada épica y majestuosa, que alcanza un pico de belleza cuando Gabriel canta "An inland sea / His symphony" e irrumpen unos preciosos coros de ángeles. Poco después, una pequeña sección de piano interrumpe la balada y da paso a la sublime sección instrumental. Una flauta medieval entona una melodía ancestral, preciosa, enigmática, etérea. Luego el piano vuelve a aparecer repitiendo una línea melódica que va creciendo en intensidad hasta desembocar en una masa avasallante de sintetizadores imitando la melodía de la introducción. Y cuando parecía que no podíamos soportar tanto deleite, aparece Hackett de la nada tocando un solo esplendoroso, con un tono muy enigmático y fantasioso. Luego repite la melodía de la flauta, y mientras nuestro cerebro se derrite de tanta atmósfera etérea, de a poco todo se va callando para retornar a la balada inicial. Todo se hace más épico, la batería se hace más pesada, y Gabriel concluye todo con la majestuosa frase "The sands of time / Were eroded by /The river of constant change". Fantástico. Ni una nota desperdiciada, todo es hermoso, todo es plenitud. La letra fue muy criticada, pero para mí no está tan mal. Es una simple descripción de un río, cargada de las alegorías, misticismo y pomposidad habituales en los grupos progresivos de la época.
A continuación la banda nos da un respiro con la inocente baladita acústica More Fool Me, cantada por Phil Collins. Es la única canción que podría ser considerada relleno, pero no me molesta para nada. Al contrario, me gusta mucho, con una melodía en el estribillo francamente sensacional. La letra habla de un joven muy dependiente cuya novia lo deja, y él sabe que no volverá, pero sigue implorándole al menos que se siga burlando de él.
Y así llegamos a la tercera suite del disco, la más extraña, la menos digerible, la más extensa. Se trata de The Battle Of Epping Forest, una larga representación teatral de una lucha entre dos pandillas en el bosque. Es realmente apasionante, y tiene una locura tan evidente, tan disparatada, que no puedo menos que aplaudir. Comienza con una especie de marcha militar que alcanza una cierta intensidad y luego se apaga para que aparezca Gabriel con una melodía acelerada y un estribillo antémico y fulminante, siempre acompañado por unos geniales sintetizadores y un piano que aparece después del estribillo que me hace acordar a los viejos saloons de las películas de cowboys. Luego de una extraña sección hablada, Peter susurra "Here comes the cavalry" y los sintetizadores ejecutan una línea brillante y maquiavélica. Inmediatamente después aparece una melodía instantáneamente pegadiza que repite "Picnic! Picnic!", seguida de un riff de sintetizador realmente estupendo. Peter se divierte imitando las voces de los protagonistas: primero con una voz chillona y muy aguda (Said Mick the Prick / Fresh out the nick) y luego con una voz grave y grasosa que parece de un ogro (I'm breaking the legs of the bastard that got me framed). En el medio tenemos una sección divertidísima, con Peter entonando una melodía genial (I'm a man of re(puuuuuuute)) y luego volviendo a imitar las distintas voces, en una de sus mejores performances, cargada de histrionismo y teatralidad. Todo va subiendo de volumen, hasta que vuelve el viejo estribillo con toda su potencia. Después tenemos una sección de rap (!), rap hecho y derecho (supongo que habrán sido de los primeros rockeros en hacer algo así), luego vuelve la melodía del "Picnic!" y finalmente todo termina haciéndose más lento, más sutil, en un final realmente fantástico (So the Blackap Barons toss a coin to settle he score!), con un solo de guitarra eléctrico incluido. Genial.
Luego llega el único instrumental del disco, llamado After The Ordeal. Comienza muy atmosférico, con un dúo de piano y guitarra acústica tocando melodías volátiles y apacibles, en uno de los momentos más hermosos del álbum. Luego se produce una transición, y la canción desemboca en un solo majestuoso de Hackett, uno de esos típicos solos emotivos, lentos y cargados de feeling. Sobre el final aparece una flauta, y el cuerpo ya no aguanta tanto placer junto. Todo se desvanece en un mar de lágrimas por parte del oyente.
Y así llegamos a la suite final, llamada The Cinema Show. Comienza de manera brillante, con una etérea (¿cuántas veces dije esta palabra?) guitarra acústica que introduce a la canción, una balada maravillosa con una melodía trascendental y hermosa cantada de manera celestial por Gabriel. Luego todo explota y nos vemos envueltos en un genial estribillo cargado de energía, pero rápidamente se desvanece y volvemos a la atmósfera de misterio, acentuada por una suave flauta que toca de fondo. Salen sonidos que no sé cómo carajo se hicieron, de instrumentos que no conozco, pero no necesito realmente conocerlos. Y como si esto fuera poco, Peter prorrumpe de la nada en un coro celestial, prodigioso, sublime de "na na na nas". Es díficil describir tamaña belleza. Todo esto produce una sensación de inmortalidad. Uno siente que nada malo le puede pasar si está escuchando algo así. Bueno, tal vez sea sólo yo. Las letras de esta parte están inspiradas en el poema "La tierra baldía" de T.S. Eliot. Trata de la igualdad entre los dos sexos y de sus intentos por seducirse. Primero presenta a Julieta, que llega del trabajo, se perfuma y va al cine con un hombre. Luego aparece Romeo, un "millonario de fin de semana", se promete que llevará a Julieta a la cama esta noche y se pregunta si de verdad él podría fallar con su "sorpresa de chocolate". Y luego aparece el viejo Tiresías, un antiguo ser mitológico griego que se había dado el gusto de ser mujer y luego hombre. La canción aconseja que escuchemos lo que él tiene para decir, y éste es su consejo: "Una vez fui un hombre, como el mar rabié / Una vez fui mujer, como la tierra di / Pero de hecho hay más tierra que mar". Nos está diciendo que, a pesar de la inseguridad de la mujer, a pesar de los métodos materiales por los que el hombre intenta seducirla, siempre la mujer será el sexo dominante. El estribillo se repite y nos vemos arrastrados con ímpetu a la sección instrumental final, el último tour-de-force del disco. Un sencillo y formidable solo de guitarra nos conduce hacia la exposición de Banks, pletórica de riffs macabros de sintetizador y melodías realmente majestuosas. ¿Cómo alguien puede tocar algo así? ¡Escuchen por ejemplo el riff del 6:45! Es demoníaco. Los sintetizadores suben y suben, y ya vamos sintiendo que son una masa que arrasa con todo lo que se le interponga. Hay otro riff genial a los 8:26, y luego la masa de sonido sigue y sigue, inundando de satisfacción nuestros oídos, liberándonos de todas las cadenas, haciéndonos olvidar de nuestras penas y renaciendo nuestra fe en la raza humana.
Todo se va desvaneciendo, y de pronto, como en un efecto cíclico, aparece nuevamente el riff de Dancing With The Moonlit Knight, más sosegado esta vez. Se trata de Aisle Of Plenty, que es una especie de reprise que termina de convencernos de que esta es una absoluta obra maestra. ¡Después de tanta belleza, después de tantos pasajes excelsos, después de haber presenciado la perfección musical, retornamos al lugar de comienzo! ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo lograron que todo fluya tan armoniosamente? ¿Acaso estuvimos en un sueño? ¡No! Fue una experiencia real, aunque no lo crean. Sólo queda rendirse ante Genesis. El disco termina con unos extraños coros, pero ya no los escuchamos. Ya no escuchamos nada en realidad: quedamos sumergidos en las deliciosas deSelling England By The Pound, olvidando quienes somos, tratando de retener algo de lo que acabamos de oír. Es imposible: Selling England By The Pound es una experiencia volátil, una paloma que se aleja del nido. La única manera de volver a sentir lo mismo es escuchándolo nuevamente. Las letras de esta última canción son una locura total. Cuenta con un sinfín de referencias a tiendas inglesas de la época (Safeway, Fine Fair, Tess Co), una velada idea de que los mercados modernos son un infierno, y al final enumera una lista de alimentos para comprar en el supermercado. Por cierto, recordarán que en Supper's Ready, había quedado una pregunta inconclusa: ¿Cuál es la cena? Pues bien, aquí Genesis responde: son huevos revueltos.
No sé si lo entendieron realmente: Selling England By The Pound es perfecto. Si no lo tenés, compralo. Si lo tenés, escuchalo. Si lo escuchaste, vas a quedar igual de enamorado que yo. Uno de los mejores tres discos jamás grabados. Un 10+ absoluto.
Lista de Temas:
1. Dancing With The Moonlit Knight
2. I Know What I Like (In Your Wardrobe)
3. Firth Of Fifth
4. More Fool Me
5. The Battle Of Epping Forest
6. After The Ordeal
7. The Cinema Show
8. Aisle Of Plenty
Alineación:
- Peter Gabriel / lead vocals, percussion, flute, oboe
- Steve Hackett / electric guitar, nylon acoustic guitar
- Tony Banks / keyboards (piano, Hammond, Mellotron, ARP Pro Soloist synth), 12-string guitar
- Mike Rutherford / bass, 12-string guitar, electric sitar
- Phil Collins / drums, percussion, lead (4) & backing vocals