Genio, ya eres libre

Mi capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
El barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho;
De un viaje temeroso, el barco triunfador, entra con su objetivo realizado;

Exultamos, ¡oh costas y tañidos, oh campanas!
Pero yo, con triste pisada
Camino en cubierta donde está mi Capitán
Caído muerto y frío.

Por favor, despierta. Ya se han ido todos. Las cámaras se han apagado. El regidor se ha dejado la claqueta. Los de sonido se han quedado sin trabajo, porque no dices nada. Habla. Es tu turno, nadie mira. Hay descanso ya. Tómate algo y cuéntame qué es lo que te impide respirar, porque la escena en la que te suicidas la has bordado. Pero ya está. Vuelve. Vuelve a nosotros con tu sonrisa carismática y tu forma de ver la vida a través de los papeles que escogiste.

“You are only given a little spark of madness. You must not lose it.”

Las palabras se quedan atascadas en el nudo de mi garganta. Mi profunda admiración se queda reducida a cenizas, en paro y sin razón de ser cuando aquello que admiraba ya no está. Se ha ido. Y no volverá a despertar.

Robin Williams (21 de julio 1951 – 11 de agosto 2014)

Vivirás eternamente, Oh Capitán, mi Capitán. Genio, ya eres libre.

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