La noche del 14 de mayo de 1971, Gennady se disponía a regresar a casa, desolado. Su prometida acababa de romper la relación que les unía. No se quitaba de la cabeza la idea de suicidarse, aunque sus intenciones cambiarían en breve al conocer a una muchacha mientras cruzaba los campos y huertos en los alrededores de la aldea de Ekiman, en la ciudad bielorrusa de Vitebsk. Sobre ella descargó su ira, violándola y estrangulándola con sus propias manos. Lyudmila Andaralova no fue la única víctima, sino la primera de una serie de treinta y seis asesinatos cometidos sobre mujeres jóvenes, además de ser agredidas sexualmente muchas de ellas. Las investigaciones policiales fueron nefastas. Se llegaron a detener hasta catorce individuos, de los cuales uno fue ejecutado y otro quedó ciego en prisión. El criminal no usaba arma alguna para cometer los crímenes. Asesinaba con sus propias manos, bufandas e incluso se sirvió de una cuerda hecha de centeno que él mismo elaboró. Solamente una vez, se sirvió de unas tijeras para matar a una de las víctimas. En 1985 varios testigos declararon haber visto a diversas víctimas subirse a un coche rojo, marca ZAZ Zaporozhets. La policía, auxiliada por patrullas ciudadanas (de las que formaba parte el propio asesino) interrogó a miles de propietarios de vehículos con estas características pero no sospechó de ninguno. Mikhasevich entendiendo entonces que las investigaciones podrían dar con él tarde o temprano, ideó un plan para tratar de desviar la atención, pero este plán le delató. Escribió una carta a un periódico local de Vitebsk, en la que se presentaba como miembro de una organización fascista llamada “Patriots Vitebsk”, y que la integraban hombres que se encargaban de matar a mujeres adúlteras. Una nota fue encontrada en la boca de sus víctimas con un relato similar. Cientos de miles de escrituras manuscritas fueron analizadas por veintidós grafólogos, hasta que al fin dieron con el asesino, apresándolo el 9 de diciembre de 1985. En el registro que efectuaron en su vivienda encontraron joyas y otros elementos personales pertenecientes a las víctimas. Gennady Mikhasevich fue condenado a la pena capital, y ejecutado por un pelotón de fusilamiento el 25 de setiembre de 1987.