Ojito lo que se viene.
En la lección que publicaré en unas horas hablaré del asesino silencioso.
El enemigo camuflado que te hace salir con callos en el corazón de una reunión que ha ido perfecta.
La cara que grita sin abrir la boca.
El olor que desprende no cumplir objetivos.
Dime si esta situación te resulta familiar…
Todo ha salido como salen las cosas que salen.
Nervios bajo control, discurso impoluto y respuestas concisas a cada maldita duda…
Pero algo no encaja.
En breve deberías estar hinchando tu bolsillo con billetes frescos.
Pero no te puedes engañar, sabes que no lo harás. No sabes qué ha pasado, pero algo no ha pasado.
Bien…
El problema está claro y te lo voy a decir ahora, prefiero que te enterés por mí:
Credibilidad. Falta de.
No has hecho cosquillas en el cerebro de tu cliente potencial.
Será tu cara, será tu voz, será tu olor…
Pero ese tío al que solo le has dado motivos para gustarle se va a ir con otro más caro y más problemático.
Lo perdiste en el primer minuto, que es donde se pierde la credibilidad.
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