A pesar de que ya la mayoría de las televisiones que tenemos en casa ya no son cajas, sino más bien una especie de sobres aplanados, a la televisión se le sigue llamando la “caja tonta”. Y mejor asi, porque si algo he podido sacar en conclusión de visitar el programa “Twision” en “Veo7“, es que esa caja está llena de gente. Eso si, de nadie tonto.
Gente que te recoje en casa y te hace el viaje ameno. Gente que te recibe y aplaca tus nervios con una sonrisa, o dos, o las que hagan falta. Personas que te dan la mano y te reciben ayudando a que la sensación de vacio no sea demasiado evidente. Profesionales que han debido trabajar en Lourdes para intentar mejorar la cara que la señora naturaleza ha tenido a bien darte. Y más sonrisas. Y una Coca.
Y piensas que aún puedes escapar, que lo mismo no ha sido buena idea. Pero en eso ya estás abajo, en un estudio.Y durante un rato te dejas llevar por la magia de la tele. La magia y sus magos. Todos a una, muy deprisa, pero cada uno a lo suyo. 15 min. Y hay focos, y cámaras. Y más gente. Y micrófonos, y cables, y cámaras. Y últimos ensayos. Y otra sonrisa, por si acaso. 5 min. Y los nervios se esconden tras la curiosidad, tras la emoción de estar “detrás”. Ya.
Y ves la tele “detrás” de la tele. Y mezclas nervios con sorpresa, con curiosidad. Y disfrutas. Como los niños chicos. Pero sabes que va llegando el momento. E incluso ves el mundo boca abajo en un “gadget”, que debe ser como llaman a los potros de tortura en el mundo 2.0. Maravillas habría hecho Torquemada con el aparatito. Y durante un par de segundos te viene a la cabeza que vas a hacer el ridículo más espantoso, y que seguro que dices una tontería. Pero amigo, ya estás ahí. No puedes ir a ningún lado. Respiras. Pides agua y te dan agua, y una sonrisa.
Ponte aquí. “Tienes 5 seg para sentarte”. Me caigo. Seguro, me tropiezo y me caigo….
Pero todo termina. Ya. Tienes la sensación de haber estado como en dos sitios a la vez, pero sin haber estado en ninguno de los del todo. Y vuelves a casa con todas las sonrisas, pero sin estar seguro de haber dejado las suficientes como agradecimiento. Pues que vayan como adjuntas a estas letras. Gracias a todos aquellos que me hicistéis pasar un rato tan divertido y agradable este viernes, con mención especial a Melchor y Javier. Mis nervios os han cogido miedo.
Y gracias a todos los que desde el patio de vecinos que es Twitter os habéis preocupado de tuitear sonrisas, apoyos, abrazos y palmadas hacia mi. Muchas #gracias
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