Hay que entender la geografía, y la historia, de un lugar, para entender el presente. Un ejemplo al azar, leído en el aeropuerto de Lisboa. Lo cuenta Pedro Ballesteros en XL Semanas. Los vinos de la Ribera tardaron en darse a conocer porque no había comunicación entre Castilla y Madrid (el alto del León lo abre el marqués de la Ensenada, ¡¡a finales del XVIII!!). Castilla miraba al norte, al Cantábrico -como la mi tierra miraba a Galicia-, porque no podía mirar hacia Madrid Muy interesante la entrevista para cualquiera interesado en le mundo del vino. y en efecto, el terroir es condición necesaria, pero no suficiente: váyanse a cultivar vino a Afganistán y hagan la prueba...