El Museo de la Geología de la Universidad Complutense de Madrid es modesto en sus dimensiones pero imprescindible desde el punto de vista matemático. En contraste con el Museo Geominero (enorme, edificio monumental y con gran acumulación de piezas), el de la Facultad de Geológicas es mucho más didáctico, se percibe la Historia de la Cristalografía, ciencia joven que desde el principio tuvo que hacer uso intenso de la matemática.
Una mención muy especial requiere la colección de modelos en terracota de la Cristallographie (1783) de Romé de L´Isle. Un libro pionero en la catalogación de formas cristalinas poliédricas. Romé era marino y por tanto con gran formación geométrica. La fascinación por la pureza de formas de los cristales le llevó al coleccionismo y a publicar sus observaciones, poco antes de la moderna teoría atómica de Dalton.
El descubrimiento de los cuasicristales, que presentan simetrías anómalas como rotaciones de orden 5, ha puesto de actualidad al prehistórico Romé, que sin prejuicios catalogó un dodecaedro (pieza 56) elongado entre los 448 estudiados.
Los nueve grandes carteles de Max Schwarzmann (1907), los goniómetros, los bellos elipsoides de madera (indicatrices ópticas), la platina universal y otros utensilios hacen del museo un lugar muy destacable.
Hemos de agradecer a la Doctora López-Acevedo su entusiasmo en el recate de todo el material abandonado, su cariñosa recuperación, y su amabilidad al mostrar los tesoros de su ciencia.
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