La España de geometría variable describe la idea de un modelo de integración entre partidos políticos reconocible hoy en la Unión Europea
Es una de las expresiones más repetidas hoy en la política española. Existe una evidente imposibilidad de alcanzar mayorías absolutas, lo que conduce a la necesidad de pactos. El PSOE ha ganado las elecciones, pero su mayoría es relativa, por lo que deberá optar por un pacto de legislatura o por pactos de geometría variable, es decir, podría buscar en cada momento el aliado parlamentario más adecuado según la materia o, también quizás, el más asequible.
Pedro Sánchez quiere gobernar en solitario, eso lo ha dejado bastante claro. Lógicamente piensa que si pudo hacerlo con 84 diputados, con 123 y habiendo ganado las elecciones sería mucho más legítimo. De ahí, que no entre ahora en los planes del presidente conformar un Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos. Y por supuesto, mucho menos apoyarse en Ciudadanos. La opción es ensayar la geometría variable.
¿Qué les anima a tal hecho? Muy claro, Iglesias nunca se alinearía con la derecha, lo que al PSOE le complicaría un poco ese querer estar en el centro, porque aunque hayan jugado con el lema de “somos la izquierda”, en realidad no lo son tanto. El pacto con Ciudadanos, a Sánchez tampoco le conviene. Menos ahora que Albert Rivera está enfrascado en disputar el liderazgo de la derecha a Pablo Casado. Así el espacio de centro queda libre para el PSOE.
Si Ciudadanos pactara con Sánchez, Pablo Iglesias sería el verdadero ejemplo de la izquierda española. En Cataluña, el PSC puede salir beneficiado de ese giro a la derecha del partido de Rivera, la prueba es que en estas elecciones no ha subido allí tanto como la media española, probablemente por su discurso extremista e incendiario.
De todas formas, parece que a Pedro Sánchez todo le está yendo con viento favorable, de hecho tiene varias opciones de pacto, en estos momentos, es más sencillo sumar entre la gran cantidad de partidos regionalistas, nacionalistas e independentistas. Pero, también parece surgir a su favor un nuevo elemento inesperado que acerca la mayoría absoluta más aún, bajándola de los 176 a los 174 escaños, dada la probable suspensión de los diputados independentistas electos Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull. En el Congreso de los Diputados no se contempla la delegación de voto, por lo que si los cuatro electos tomaran posesión en el Congreso y fueran suspendidos después, el tribunal tendría que decidir si les permite salir de prisión para acudir al acto de constitución de las Cortes.
Lo único que está claro hasta ahora es que Pedro Sánchez desea tener las manos libres para llegar a acuerdos en una postura con la izquierda y en otra con la derecha. Debería, no obstante, saber que eso no le funcionó en el pasado y que lo más sensato es elegir entre Rivera e Iglesias. Geometría variable.
El PSOE no posee los votos en propiedad. Debe entender que el ciudadano sólo se lo ha prestado durante un tiempo, a cambio de unas ideas e intereses particulares, o de una visión de conjunto y futuro colectivo para su sociedad. El votante tiene un criterio pragmático, impuestos, política territorial, internacional, inmigración, trabajo, educación, etc. Se trata de un comportamiento social lógico y natural donde el individuo tiende a buscar su beneficio porque sabe muy bien lo que quiere. Y así se lo han gritado desde el primer instante: “sí se puede”, “no es no”, “con Rivera no”. Ahora la decisión es sólo suya, y suya será la responsabilidad de lo que después ocurra.