Revista Opinión

Geopolítica para gilipollas

Publicado el 08 septiembre 2015 por Elturco @jl_montesinos

La vuelta al cole me está resultando compleja en lo que a manejo de mi tiempo se refiere. Iba a dejar pasar el martes pensando que tenía publicación el próximo jueves en Agora Libertaria, pero me he puesto a ver el panorama por las redes sociales, y a poco me sienta mal la comida. La verdad es que lo que me tienta ahora mismo despotricar contra ACNUR y el resto de agencias de la ONU. Lo dejaré en un anhelo y ustedes mismos piensen lo que quieran. Esto ya me pasaba esta mañana. Pero desde entonces…

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La ola de buenismo y compasión me revuelve las tripas. El juego de buenos y malos. La situación es tan compleja en Oriente Medio que puede ser analizada en dos tuits por el avispado de turno. Una entrada en facebook y se soluciona todo. Y todo se soluciona quejándose. Mirando al gobierno de turno y pidiendo. Rezando. Gritando. Análisis doctos y profundos, llenos de retórica vacía, sobre juegos geopolíticos de los que casi nadie tiene ni la mitad de las claves. Pero que importa. La gente se muere. Y la culpa es del gobierno. De los otros.

La ONU es un gobierno de gobiernos. Un pastiche. Un nido de corruptelas. ACNUR es parte de ella. Se financia con nuestros impuestos. Y piden más y más dinero sin empacho. Pero hay que ayudar. Hay que gastar. Hay que acoger refugiados. Hay que mostrar la masacre. Revolver hígados, corazones y algún cerebro. Y seguir con lo nuestro. La geopolítica. Israel malo. Palestina buena. Y cosas por el estilo. Las manos a la cabeza. Las lágrimas en los ojos. La arcada.

Yo les propongo algo concreto. Eliminen el salario mínimo. Las cotizaciones sociales. Los aranceles. Los rescates a los bancos, al carbón o a la leche. Eliminen del tablero de juego licencias y cuotas de autónomos. Permitan que los refugiados puedan trabajar. En libre competencia con los demás ciudadanos. Con las mismas reglas. Eliminen horarios marcados. Sin intervencionismo. Eliminen esto que digo. No valen subvenciones para edificar mezquitas. El que quiera una que se compre un terreno y se la monte. A costa de su bolsillo. Y por lo tanto no valen subvenciones para nada más. Por ahí vamos equilibrando el presupuesto. Reglas sencillas. Pero iguales para todos.

Ahora ya es tarde para muchos de esos refugiados. Y es quizá tarde porque los gobiernos occidentales – apoyados democráticamente en las urnas por un montón de occidentales de a pie – llevan muchos años malmetiendo. Muchos polvos son los padres de esta multitud de lodos. Pero lo que es bien cierto es que la única forma de poder acoger a tal cantidad de inmigrantes es crear un marco de trabajo que les permita generar riqueza. Incorporarse a la vida laboral del país de acogida para luego incorporarse a la vida social del mismo. Y eso solo se genera dentro de un mercado libre. Sin intervencionismo. Sin barreras ni aranceles de entrada, donde el que llega puede ponerse a trabajar desde el minuto uno. Una situación de subsidio permanente es insostenible.

Y no me sean gilipollas, coño. Que está muy bien que los manteros puedan ganarse la vida. Pero no se puede argumentar que sí pueden ejercer su venta y apoyar los derechos de autor conforme los entendemos. No se puede pedir que la poli solo pegue a los otros si todos la liamos en las manifas. Eso es de ser un malvado mentiroso o un cretino gilipollas. No se de cuales hay más en España.


Tagged: guerra, internacional
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