Revista Comunicación
Georg y su hermano, el Papa. Georg Ratzinger, hermano del Papa, ha salido al paso de los escándalos de abusos físicos y sexuales en ciertas escuelas católicas de Baviera, alegando que no era consciente de la brutalidad con que se ejercía. Tres años mayor que su hermano, el Papa actual, el actual canónigo de la catedral de Ratisbona, explica, a sus 86 años: “Los alumnos me contaban lo que sucedía en los viajes para dar conciertos. Pero no caí en la cuenta de que debía hacer algo. No era consciente del alcance de estos métodos brutales”. Al parecer, el hermano de Benedicto XVI, sufría de un despiste monumental. Claro que a él, director del coro oficial “Regensburger Domspatsen” (coro oficial de niños cantores de Ratisbona) entre 1964 y 1994, también se le escapó alguna que otra bofetada. Eso sí, siempre “con mala conciencia”. Y de ello pide perdón a las víctimas. No especifica si se refiere a las víctimas de sus tortazos y guantazos o de los abusos sexuales.
Georg Ratzinger realizó estas declaraciones en un periódico alemán. Los hechos ocurrieron en la diócesis de Ratisbona, en donde el entonces cardenal, Joseph Ratzinger, enseñara teología entre 1969 y 1977. En el mismo lugar, en 1958, un sacerdote que abusó sexualmente de dos niños, fue sentenciado a dos años de cárcel. Ex alumnos confesaron que, a principios de la década de los años sesenta, sufrieron abusos sexuales, palizas excesivas y humillaciones por parte de maestros no identificados. Y otro clérigo, en 1971, cumplió 11 meses de cárcel por abusos. Paralelamente, varios medios indicaban a finales de enero que diversos sacerdotes católicos abusaron sexualmente de más de 100 niños en el colegio de Ettal, con detalles de actitudes sádicas de varios educadores. Y el arzobispo Robert Zollitsch, presidente de la Conferencia Episcopal alemana, emitía una disculpa pública y viaja hoy al Vaticano para discutir el escándalo.
Las autoridades eclesiásticas alemanas, austriacas y holandesas (en Holanda, más de 200 católicos han denunciado abusos sexuales por parte de sacerdotes) han terminado por afrontar los casos de curas pederastas. Pero el Vaticano advierte que la pederastia también se da en otros ámbitos y que acusar sólo a la Iglesia católica es falsear la realidad. Balducci, principal imputado en el caso de millonarios contratos de la Protección Civil y presidente del consejo de Obras Públicas del Gobierno de Berlusconi, es, desde 1995, Gentilhombre del Papa. Pero la Santa Sede no reaccionó al conocer la acusación de los jueces de corrupción continuada, y sólo cuando supo que tenía también aficiones homosexuales, le despojó inmediatamente de su cargo honorífico. Porque, ya se sabe, para la Iglesia, robar es pecado venial, pero la homosexualidad es pecado mortal
De igual forma, el aluvión de denuncias contra miembros de la Iglesia ha obligado al Vaticano a reaccionar. Federico Lombardi, portavoz vaticano, precisa que la Iglesia está, “por supuesto”, dispuesta a participar en las iniciativas de los Estados para afrontar estos casos, para que nunca se repitan. En una nota sobre los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes en Alemania, Austria y Holanda, Irlanda y EEUU, Lombardi asegura que las conferencias episcopales de las tres naciones europeas han dado prueba de “voluntad de transparencia”. Todo para que, en el futuro, hechos similares no vuelvan a repetirse. “Pero –advierte, a modo de autojustificación–, todas las personas objetivas e informadas saben que el tema es mucho más amplio y concentrar las acusaciones sólo contra la Iglesia lleva a falsear la perspectiva”. De ahí que Lombardi salve a su manera los muebles y se atreva a asegurar que, aparte de los casos de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia, hubo otros muchos casos de pederastia en otros ambientes de la sociedad.
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