George cree que jamás podrá decirle a nadie que, en realidad, es una chica.Gracias a Penguin Random House por el ejemplar.
Un día, su profesora anuncia que la clase va a representar una obra de teatro. Y George desea con todas sus fuerzas el papel de la protagonista, Charlotte. Pero su profesora le dice que ni siquiera puede hacer la prueba para el papel... porque es un chico.
Con la ayuda de Kelly, su mejor amiga, George idea un plan. No sólo para poder ser Charlotte en la obra, sino para que todo el mundo sepa, de una vez por todas, quién es ella en realidad.
Qué importantes, pero qué importantes son estos libros en la literatura. Qué importante es la representación y la identificación en la literatura, qué lo parió. Y qué importante es tener una lista de libros que quiero que mi(s) futuro(s) hijo(s) lean en el futuro.
La sinopsis dice mucho (más de lo que debería decir, en realidad), ¿para qué explicar? George nació con el sexo equivocado y sabe en su interior que, en realidad, es una chica. No sólo eso, sino que no se lo puede decir a nadie, porque ¿quién le creería? ¿Quién no se va a burlar de "él"?
George-- perdón, Melissa, quiere ser Carlota en una obra de teatro escolar, el famoso personaje del libro y película "La telaraña de Charlotte", pero no puede porque hey, es un chico. Y Melissa no sabe cómo decirle a su madre que no, que no es George, que no es chico, que no quiere ser un buen hombre. Melissa quiere ser una mujer, quiere usar maquillaje y polleras, quiere poder ver las revistas femeninas que tiene escondidas en el armario sin tener que estar encerrada en su habitación para que nadie la vea.
Creo que es el primer libro que leo sobre este tipo de temas que no me hace gritar de frustración por las actitudes de los personajes. Creo que cuando uno crece va experimentando cosas y va cambiando, para bien o para mal; va entendiendo mejor el cerebro de los adultos (o lo más horrible de la cuestión: se va convirtiendo en uno), cómo funciona y el contexto en el que lo hace.
Entendí a los personajes en su contexto, y por lo tanto entendí el porqué de esa transfobia e ignorancia (lo cual, antes de que se me tiren a la yugular, no tiene nada que ver con justificarla o compartirla). Entendí a Melissa mucho antes de entender a George, lo cual hizo que, antes de enojarme por lo que le sucedía a George, luché porque Melissa saliera a la luz.
Como dije al principio, qué importantes son estos libros en la literatura, y la literatura en sí. George comienza a sacar a la luz a Melissa a través de la admiración hacia un personaje de un libro, lo cual, a mi parecer, es un mensaje clarísimo para las diferentes generaciones de lectores: la literatura es clave, y aún más en nuestros tiempos, donde la sobreoferta de información nos hace creer que sabemos todo, cuando en realidad sabemos muy poco de muchas cosas diferentes. Muchos sabemos (o creemos saber) qué es ser transexual, qué es ser intersexual, e incluso sabemos que ser heterosexual u homosexual no son las únicas inclinaciones sexuales que puede tener una persona. Pero... ¿qué mejor que leer estas cosas de parte de alguien que realmente sabe del tema?
-Kelly. -George tomó a Kelly por los hombros, pasó por alto el cosquilleo que sentía en el estómago u habló muy seria-: Por si no te diste cuenta, tu padre es un poco raro.
En el fondo, lo que a George le preocupaba era que seguramente ella lo era todavía más.
El autor (y uso el masculino porque es la forma que utilizamos en el español para nombrar grupos cuando hay hombres y mujeres, ya que Alex Gino prefiere they/them, pero en español decir ellos para nombrar a una persona singular no se utiliza) sabe de qué habla. Es transgénero y forma parte de "We Need Diverse Books", el movimiento que busca más representaciones en la literatura juvenil y no sólo las white hipster chicks with a Starbucks cup. ¿Quién más que autores de diferentes colectivos para hablar, justamente, de esos colectivos? Si bien le puedo hacer varias críticas a la historia (la no resolución del tema Jeff-Rick, el final muy precipitado, la no-tan-presente presencia real del problema familiar, el personaje muy poco desarrollado de la directora...), creo que eso desviaría la atención de lo que realmente importa, y por eso quiero hablar de esto más que del libro: el libro pueden ir a comprarlo, leerlo de una biblioteca o bajarlo online (¡no estoy fomentando la piratería, eh!), leerlo y ponerlo en su biblioteca para mostrar ese lomo bonito, bonito que tiene. Pero si no existe una reflexión, si no nos interpela de otras formas, entonces no sirve.
George es un libro que espero abra los ojos a muchísima gente, y que también les dé valor a muchos que lo necesitan. Me impresionó (positivamente) la utilización de los pronombres femeninos a lo largo de la novela, y quise llorar en el momento en el que el narrador (omnisciente) comienza a llamar a Melissa por su nombre, ya que antes la llamaba George: es exactamente el momento en el que George deja de aparentar ser George para demostrar quién es Melissa. Es el momento donde ella encuentra a alguien que la entiende y apoya, que le permite ser quien realmente es y que comprende que lo único que necesita entender de aquella persona que conocía como George es que ser quien realmente es, es lo que la hace realmente feliz. ¿Y quién es uno para negarle la felicidad a una persona?
Déjenme citar a Alex Gino: "Quería asegurarme de no dejarle a la gente una sensación de 'mejora en el futuro', porque eso no es suficiente. Tiene que ser ahora. A veces los resultados de mostrarte como realmente sos no son tan buenos, y a veces sí, y cuando esto pasa puede ser de la gente que menos esperas". A esto me refería cuando hablo de entender a los personajes: entiendo a la mamá de Melissa, entiendo a su hermano (¡más que al resto! Y me van a disculpar el cholulaje, pero qué tipo con el que me gustaría salir por más vagoneta (¿?) que sea), entiendo a Kelly, entiendo a la profesora, entiendo a la directora... los entiendo a todos, a los que tuvieron una reacción positiva y a los que reaccionaron negativamente. No se pone en la onda "okay, esta persona reaccionó para la mierda cuando te mostraste como realmente sos, pero tranqui que seguro después te tratan de forma muy piola". No. Ser transgénero y las otras variedades de trans (e incluso me animaría decir que ser cualquier palabra terminada en -sexual que no comience con hetero-) es una mierda en este mundo heteronormativo y de mente cerrada, pero siempre va a haber gente que te entienda y te apoye, y puede que esa gente al principio reaccione de otra manera, y también va a haber gente de mierda con fobias inentendibles y una estupidez más grande que el Océano Atlántico, y es así. Se acabó. No hay con qué darle. Estamos en el siglo XXI, pleno 2016, y la gente sigue haciendo el chiste de "atracción por los panes" cuando les hablo de pansexualidad, así que imagínense.
"Ser quien sos", el lema de este libro, no sólo tiene que ver con lo transgénero, en mi opinión: tiene que ver con realmente ser quien uno es, y no importa si eso para una persona es, no sé, aparentar que le gusta un género de música sólo porque es la norma. Ser quien uno es va más allá de las etiquetas o de la caracterización que uno tenga: muchos quizás se sientan identificados con la liberación de Melissa, a pesar de no ser transgénero. Al respecto hay una frase de Sara Hines, bibliotecaria que incluyó este libro en su espacio de lectura para chicos, que me gustaría mostrarles: "'George es un libro ventana/espejo que envuelve una historia excelente. Me alegro que haya un libro como 'George' para que los chicos transgénero puedan leero. Para los chicos que no son transgénero, 'George' ofrece una ventana a una nueva experiencia. He visto a la gente de varios contextos identificarse con la frase 'Sé quien eres' [el lema de 'George']".
Una de nuestras tantas labores como personas, y más como parte de una generación que constantemente genera cambios por la maravillosidad (¿?) de la globalización, es hacer que Melissa y el resto de las personas que no entran dentro de lo determinado por lo heteronormativo no sea "lo anormal". También es enseñarles a nuestros hijos que ser quienes son es lo correcto, y que pretender ser alguien más para ser "normal" es lo que está mal; que los vamos a recibir con los brazos abiertos, que los apoyamos, y que no deben tener miedo de rebelarse en contra de lo establecido en búsqueda de su felicidad (excepto que sean cosas como, no sé, matar gatitos o pisar a gente con el auto... no nene, eso no se hace (?)).
Hablando en serio y jurándoles que mi lado madre sale cuando hablo de personajes de la edad de Melissa o de August (R.J. Palacio) pero que no tengo ningún pibe en mi haber biológico (???), creo que nuestro deber como generación, como personas que nacieron con el poder de cambiar el mundo entero en la mano, es ser felices. Y ser felices implica dejar que otra gente sea feliz. Y si todos somos felices, si todos comprendemos algo tan simple como que alguien puede tener un género diferente al biológico, si entendemos que se puede tener otra creencia religiosa diferente a la nuestra, si entendemos que la política implica mejorar la calidad de vida de la gente y que no es una lucha de a ver quién mea más lejos... si entendemos que todos tenemos el derecho y el deber de ser felices, entonces creo que vamos a poder mirar a los ojos a nuestros futuros hijos con dignidad y la frente bien en alto.