George Martin: La conciencia tras el sonido

Nos deja el productor a los 90 años

[Ricardo Portmán] @ecosdelviniloNos dejó Sir George Martin. Que si el quinto Beatle, que si el creador o la mastermind tras los acordes de los de Liverpool. Todo esto y nada a la vez: Martin ya traía tras de sí una historia muy interesante antes de la llegada de los pupilos de Brian Epstein. ¿Qué pudo más: la insistencia de Brian o la intuición del productor ante el cuarteto? Unos opinan lo primero pero me decanto por lo segundo. Apostó con precaución (venía del mundo de grabaciones de música de variedades) pero lo hizo en firme. Se habrá cambiado de corbata, a instancias de George Harrison, pero fue él quien realmente les cambió a ellos, le hizo ver más allá de sus cuatro instrumentos, respaldado por sólidos escuderos como Norman Smith y luego Geoff Emerick. Sus arreglos, cada vez con más peso dentro de la obra beatleriana, terminaron por escribir melodías dentro de las melodías. Desde el tembloroso piano de Misery hasta los vanguardistas y amenazantes arreglos de violonchelos de I Am The Walrus parece que hubieran transcurrido siglos. Martin era un estudioso al detalle de los manuales de producción de la EMI, y esto le colocó en una posición privilegiada para el desarrollo de su propia revolución dentro de la revolución. Lamentablemente a partir del Sgt. Peppers y Magical Mystery Tour el papel de Martin se fue desdibujando paulatinamente, ante el ego arrollador de McCartney y la psicodélica indiferencia de Lennon, pero el productor nunca soltó del todo las riendas del barco. Supo mantener la compostura ante las eternas e inútiles jams de la segunda mitad del 67 y el 68, regresando por sus fueros para las sesiones de Abbey Road, pero ya en un papel más discreto. En agosto de 1969 se echó el cerrojo permanente a las sesiones Martin/Beatles.

Sir George terminó sus días con los Beatles al frente de su propio estudio (los AIR), saliendo mejor parado que sus díscolos producidos de aquel convulso tiempo. El productor siguió generando éxitos (América, Sedaka, McCartney) pero nada se podía comparar a las cimas alcanzadas con The Beatles. Las décadas posteriores le vieron discurrir a la sombra de su obra con elegancia y deportividad, orgulloso de un legado que no necesita de estatuas para ser recordado y venerado. Hoy despedimos a un Señor Productor, a un maestro de la profesión y un caballero sin necesidad de títulos. 

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