Todo fue real, inconcebiblemente real, infinitamente amado.
Todas estas y otras cosas empezaron siendo nada, algo latente en el seno de un enorme caldo de energía, pero luego les pusimos nombres y las amamos, y de esa forma las hicimos aparecer.
Y ahora tenemos que perderlas.
Os mando esto, queridos amigos, antes de marcharme con esta ráfaga instantánea de pensamiento, desde un sitio donde el tiempo se ralentiza y después de detiene y podemos vivir eternamente en un solo instante.
Adiós adiós ad
roger bevins iii"
![Portada de la edición española de 2018 en Seix Barral George Saunders, Premio Man Booker, novela experimental](https://m1.paperblog.com/i/585/5855427/george-saunders-lincoln-el-bardo-L-0ixhl5.jpeg)
Solventada esta primera dificultad entramos de lleno en la novela. Vemos a un presidente Abraham Lincoln, que tiene a su hijo Willie de doce años enfermo en la cama, celebrando una fiesta en su residencia a propuesta de su esposa Mary Ann Todd. Es 5 de febrero de 1862 y en la puerta de la mansión presidencial a donde van llegando los coches con un montón de invitados hace un frío atroz. Él y su esposa Ann estuvieron tentados de suspender la recepción por la enfermedad de Willie pero el doctor les aseguró que estaba mejor. Confiados en su dictamen atendieron a sus invitados hasta altas horas de la madrugada. El destino quiso que el niño al día siguiente y los posteriores no mejorara muriendo finalmente el 24 de ese mismo mes.
La tarde del día de la muerte del chico desde la casa del presidente carruajes llenos de personas acompañaron a la familia hasta la Capilla del Cementerio donde tras las preces quedó el cajón de enfermo en el que habían colocado el cuerpo sin vida de Willie. Al día siguiente sólo tres personas, una de ellas el presidente volvieron a la Capilla para llevar a Willie hasta su lugar de descanso definitivo en la cripta propiedad del juez Carroll, amigo de la familia. Y allí lo dejaron.
Él lleva siendo presidente desde 1861 y el país está enfangado en una guerra civil que está causando no pocos muertos. Abe Lincoln está muy preocupado. Por este motivo, además de por la enfermedad que padecía Willie, la fiesta que celebró el 5 de febrero fue muy criticada pues mientras muchos americanos morían en el campo de batalla su Presidente -decían los más críticos- se divertía en costosas recepciones.
He dicho más arriba que la novela produce al leerla cierta extrañeza. La misma se acrecienta con las notas a pie de párrafo cuya pretensión dentro del relato, en mi opinión, es la de transmitir certidumbre documental. Certidumbre de la que en un principio dudé; sospechaba que era un ardid novelesco más, o sea, que no existían esas obras de títulos altisonantes de las que extraía las citas que acompasadamente se ajustan unas con otras para elaborar un relato coherente. Pero sí, tras hacer indagaciones en los arcanos de internet pude concluir que las obras existen y que George Saunders ha realizado sobre la figura del 16º presidente de los Estados Unidos una investigación amplia y exhaustiva. Todo en esta parte documental y documentada pertenece al campo de la realidad, de las certezas (la guerra civil americana, la muerte del hijo ese día de ese año, la relación difícil con su esposa Mary Ann, el carácter introspectivo del presidente, sus sentimientos religiosos no identificables del todo...), de -empleando terminología tomada de esta novela- la vida de antes.
Los capítulos referidos al mundo de la Realidad unas veces se suceden ininterrumpidamente, otras se alternan desordenadamente con los otros -los más numerosos- del ámbito del Bardo en los que los personajes emiten sus parlamentos cual si de una obra de teatro se tratase, e incluso hay ocasiones en que ambos mundos se fusionan y es difícil deslindarlos. Dos personajes soportan el relato en el mundo de la no realidad: un tal roger bevins iii y otro de nombre hans vollman. Habrá quien al ver cómo he escrito estos dos nombres propios pensará que me he equivocado, que es error mío. Efectivamente podría serlo; pero no, es así como aparecen citados no sólo estos dos nombres -auténticos protagonistas, junto al reverendo everly thomas, de esta dimensión del relato- sino los de todos aquellos que comparten la misma ubicación en ese lugar a donde han llevado el cajón de enfermo de Willie.
Constatamos, pues, que aunque estamos en un mundo de apariencia real, sin embargo hay detalles como este de las citaciones que se apartan de su normalidad. Aquí todo está al revés, y no sólo en las citas a pie de párrafo -¡otra anormalidad!- sino en las que sólo usan el nombre de quien habla que, además de contravenir la convención ortográfica de escribir los nombres propios, en lugar de ir delante de lo dicho aparecen tras el parlamento efectuado. ¡Raro, desde luego!
Willie Lincoln ( Babelia, El Pais, 4-6-2018)
La parte mollar de la historia narrada sucede la tarde-noche del 25 de febrero de 1862, día del enterramiento de Willie fallecido el día anterior. Durante este periodo nocturno que va del 25 al 26 se cruzan dos dimensiones -la vida de antes y la vida de enfermos- en el Cementerio donde en una cripta prestada yacen los restos mortales de Willie quien ha sido animosamente recibido por aquellos que, nocherniegos, vagan por entre tumbas y criptas hasta el amanecer. Estas almas en pena abandonan sus cuerpos asquerosos que se pudren en los cajones de enfermo y hablan, recuerdan, pasean, se insultan, se pelean o se ayudan, se cuentan sus vidas y procuran por todos los medios vivir en ese limbo que es ese estar entre dos aguas: muertos para los vivos, pero aún enfermos para los que viven de este otro lado de la verja. Eso es el 'Bardo' esta dimensión irreal, inexistente, en la que "viven" equivocados todos estos seres.
Lo importante de la historia es que el principal personaje del mundo auténtico, el presidente Abraham Lincoln, penetra en esta irrealidad que viven los fallecidos debido a la gran pena, el inmenso dolor que le ha provocado la muerte de su queridísimo hijo. Hay un momento en que parece que se va a poder vencer al Destino inexorable, un instante en que Él está a punto de llevarse consigo fuera del Cementerio el cuerpo de su hijo. Pero se impone la cordura y la imposibilidad de modificar lo ocurrido; se impone en la mente de Abe Lincoln la asunción de la pena, del duelo, y la necesidad de mirar a la única dimensión -la vida real- en la que Él puede intervenir y mejorar la vida de otros: la de su hijo Tad que también estaba enfermo pero que afortunadamente mejora rápidamente y la de los cientos de miles de negros, -de "Tizones" como los llama el sudista y esclavista teniente stone- que si el Norte que Él comanda gana la Guerra de Secesión en curso conseguirán la libertad.
Una novela que temáticamente nos sitúa en el campo de la extrañeza, de la rareza..., formalmente no puede presentar los asuntos más que del mismo modo: de manera extraña, rara, o sea, entrando en el campo de la llamada literatura experimental. Sí, en efecto, hay mucho de experimentalismo formal en esta novela en la que los acontecimientos rompen nuestra idea de normalidad. Y para marcarlos debidamente utiliza recursos como los siguientes:
- Supresión de signos de puntuación cuando es Willie quien habla
- Frases inconclusas para significar la otra dimensión y entidad que es el Bardo, ese limbo en que están las ¿almas? de los fallecidos
- Se juega con el formato de las grafías usando la cursiva para marcar los intentos de intervención en el mundo real (normalmente en la voluntad de Abraham Lincoln) por parte de los habitantes de este Bardo. ¡Increíble!
- La forma teatral del diálogo entre estos habitantes y la construcción de una novela documental tipo ensayo de investigación. Literatura híbrida, que rompe los límites entre géneros.
- Pluralidad de puntos de vista en la presentación distinta y hasta opuesta de un mismo hecho. Esto se da esencialmente en los capítulos con citas al pie. Entra aquí el autor en esa corriente tan actual de considerar que escribir no es otra cosa que citar lo dicho por otras personas (Walter Benjamin llegó a decir en un momento dado: "Me gustaría escribir un libro exclusivamente con citas"). Eso es precisamente lo que en esta novela experimental realiza George Saunders en los capítulos situados en el ámbito de lo Real. También muchas veces ocurre lo mismo en el espacio límbico pues los tres personajes principales de este campo (roger bevins iii, hans vollman y reverendo everly thomas) no siempre cuentan igual un mismo hecho.
- Creaciones léxicas para significar realizaciones fuera de lo común o inefables. La fundamental es la expresión del fenómeno 'fuegosonido / materialuzqueflorece' que acompaña a cuantas salidas del Bardo suceden.
- Anulación del tiempo dada la dimensión de no-realidad en que viven los habitantes del Bardo. En este tiempo desaparecido unos y otros perciben en un no-tiempo todo lo vivido por cada uno de ellos hasta abandonar la vida de antes e incluso lo que no han vivido ni podrán vivir jamás aunque pudiera haber sucedido. Hay personajes como el teniente stone que llevan allí 20000 noches y otros como Willie que llegaron esa misma tarde pero el tiempo y conocimiento en ambos es el mismo.
Final
Acabo la reseña señalando que esta novela es la primera escrita por su autor, George Saunders, quien hasta el momento en el mundo literario norteamericano era conocido por sus cuentos y relatos breves. La novela apareció en USA en 2017 siendo muy bien recibida por la intelectualidad del país (Thomas Pynchon, Zadie Smith, Jonathan Franzen…) y recibiendo el Premio Booket.
![George Saunders recibe en Londres el Premio Mano Booker Hibridación de géneros literarios, Literatura experimental](https://m1.paperblog.com/i/585/5855427/george-saunders-lincoln-el-bardo-L-dkiokM.jpeg)
George Saunders con el Premio Man Booker 2017 (Foto: Efe)
Pienso que la novela cumple también un papel importante en la batalla política norteamericana que ha escindido el país en dos mitades irreconciliables: los partidarios de Donald Trump que llegó a la presidencia en enero de 2017 con un discurso racista, proteccionista, supremacista..., en definitiva, tradicional; y los partidarios de un país abierto al mundo, receptivo, que abandone los tradicionales raíles económicos y sociales, que proteja a los sectores desfavorecidos (afroamericanos, mujeres, homosexuales...), o sea, la sociedad por la que abogan la mayoría de los intelectuales del país.Desde luego George Saunders en "Lincoln en el Bardo" presenta frente al populista Trump a un presidente serio y comprometido como Lincoln, y se decanta claramente a través del experimentalismo literario por una sociedad avanzada y transformadora. Lo que ya no tengo tan claro es que su alegato socio-político -si es que existe- sea comprendido por esa mayoría social que apenas lee y que odia a los intelectuales porque siempre les están recriminando su falta de compromiso, su conformismo, etc. La democracia es el mejor sistema político de los posibles pero cuando va acompañado de incultura y manipulación populista ocurre lo que por doquier estamos viendo. Es el signo de los tiempos, parece. Lástima.