Se está gestando una nueva aventura de mi vida. Es casi literal lo de ‘gestar’ porque es algo que va surgiendo poco a poco hasta que se materializa y se convierte en otro sueño más cumplido.
Muchos conocisteis de mis historias con este blog que se estrenó cuando ya andaba yo revoloteando por Marruecos y alguna vez me han preguntado que cómo llegué a parar allí. Pues os iré contando la preparación de la próxima aventura de mi vida, que está siendo similar.
Vamos, que os voy a contar mi ‘modus operandi‘. Os adelanto que mi próximo destino será algún lugar en algún país del la región del sureste de Asia. Puede que ya sepa a qué ciudad pero por ahora no lo voy a adelantar (como decía ayer, hay veces que me gusta ser una persona misteriosa que se guarda grandes secretos).
Para empezar, y por quien no lo sabe, yo trabajo por Internet todas las mañanas de lunes a viernes. Esto se traduce a que puedo desarrollar mi trabajo tanto en la casa de mis padres en Asturias como en la ‘cochinchina’, siempre y cuando tenga mi ordenador y una conexión a Internet medianamente decente, algo que, la verdad, no siempre es fácil teniendo en cuenta los países que a mí me gustan.La idea de vivir en esa zona surgió casi de repente hace un año. Casi porque sí, se me metió en la cabeza que, tras Marruecos, tocaría el sur de Asia… y como algo se me meta a mí en la cabeza… Y desde que volví ya sabía que, tras unos meses en España, me iría, aunque no tenía ni idea de a dónde o haciendo qué. Como no paré en todo el verano, no tuve tiempo de mirar con detenimiento las opciones.
Y ahora, un año después, estoy procesando cómo hacerlo real.
Para empezar, tenéis que saber que aunque me mude a otros países sola, esto es, más que nada, porque si tuviera que esperar por algún amigo nunca habría salido de España, porque llevan otra vida distinta, lógicamente, pero a mí me gusta estar siempre con más gente. Por tanto, me gusta ir, al menos para la toma de contacto de un lugar nuevo, a alguna ciudad donde haya extranjeros, viajeros como yo, con los que poder compartir piso, salir a tomar algo, compartir impresiones, hacer amigos… La mejor manera de conocer a este tipo de gente es gracias a esa adorada página de Internet, mi mejor aliada, de la que ya os he hablado varias veces y que es el COUCH SURFING.
Lo de contactar a extranjeros no es por discriminar, me encanta tener amigos locales, pero es, más que nada, porque la gente de fuera que se muda a una nueva ciudad suele ser más activa, más dispuesta a conocer sitios nuevos (lugares que probablemente los locales ya conocen), a irse de excursión…
Simplemente mirar los usuarios de este site en una determinada ciudad y contactar a gente. La gente que viaja de este modo suelen ser personas muy abiertas, generosas, ‘buenrolleras’ y habituadas a conocer gente y alojar viajeros en sus casas. Gracias a Couch Surfing, compartí piso en Sarajevo con un chico francés que hacía unas prácticas allí, y que se convirtió en un gran amigo de aventuras, y en Essaouira con una chica italiana y otra china, también viajeras y con gana de descubrir Marruecos.
Desde hace dos días creo que sé a qué ciudad me mudaré, al menos para mis primeras semanas por el sur de Asia. Contacté con un par organizaciones de la región en las que se pueden hacer proyectos de voluntariado. Me pareció una buena opción para comenzar a conocer gente, la cultura y hasta la lengua. Ambas me han respondido y hay una que pinta muy bien, llevamos tres días charlando a diario y creo que me convence. Además, ya he contactado a otros viajeros que viven en la ciudad donde se sitúa tal organización, pidiendo consejo y he recibido muy buenas palabras de la ciudad y sobre las impresiones que les da ese proyecto, que me han convencido aún más. Además que ya me han ofrecido alojarme en caso necesario o tomarnos algo para conocernos. Lo de quedar a tomar algo con gente nueva, lo haré sin duda, como hago siempre. Hacer amigos es fácil. Sobre todo, con personas así.
Ya os iré contando. Es siempre difícil ese momento en que compro el billete de avión. Aunque no lo parezca, me entran unos nervios terribles en esos días que transcurren entre que compro el billete para mudarme a otro país y el día en que me tengo que ir. Así que intento dejar ese momento para muy adelante, pero esta vez mejor sería no arriesgar, porque el precio podría subir demasiado.
Tic Tac…. Tic Tac