Hoy no voy a contaros nada sobre las pequeñas terremoto. Hoy quiero compartir en el blog la historia de mi amiga Sil, y de su mini Thor. Ella y yo hemos hablado mucho estos últimos meses, nos conocemos hace mucho y nos reencontramos hace poco gracias a este blog (ella es la sonrisa 7 del repaso de 2015) y cuánto más me contaba sobre la crianza de su bebé, más ganas tenía de compartir su historia. Esta historia va sobre un bebé grande, muy grande, Mini Thor, y los retos a los que su madre se ha ido enfrentando en estos meses desde que el bebé nació.
Quizás os preguntéis qué es un bebé grande, o podemos pensar que bebés grandes hay muchos. Bueno, eso puede venir definido por las tan conocidas gráficas de crecimiento. Pero en este caso, creo que nuestro pequeño protagonista, que nació grande aunque no batiera un record Guiness, se sale de toda curva. Mini Thor tiene ahora nueve meses, mide 82,5 cm y pesa 14,3 kg. Creo que no necesita más explicación del tema. La historia se va a publicar en 7 posts:
- Embarazo
- Sansón llega al mundo
- De San Expedito a San Jorge
- Lactancia ¿tendré suficiente leche?
- Pañales ¿qué haces cuando a los 9 meses te quedas sin tallas?
- Medios de transporte: cuando tu hijo no cabe
- “Acéptalo, es grande”
Quizá haya detrás de esta pantalla otra mamá de un bebé grande que se esté enfrentando, se haya enfrentado o se vaya enfrentar con situaciones parecidas. No es un caso habitual tener un bebé tan grande. Le pedí a Sil que compartiera esta historia porque considero que es una experiencia digna de compartirla: cuando hablaba con ella sobre mi experiencia y ella me hablaba de la suya, me daba cuenta cómo pueden ser de distintas dos maternidades y que lo que yo pude resolver de ciertas maneras ella no podía. Por eso le pedí contar en primera persona lo que ha ido viviendo y sintiendo ella, porque no ha sido fácil, y porque quizás alguien al otro lado de la pantalla se sienta acompañado leyéndola.
Capitulo 1: el embarazo
“Hay olor a gato muerto”
Finales de Agosto 2014. Una mujer de 33 años abre la puerta de su casa tras 10 días de vacaciones. Llaves en mano recibe una bofetada de olor nauseabundo que provoca el vómito. No os preocupéis, no había gato muerto; sólo olor a casa cerrada pero ese vómito es el pistoletazo de inicial de esta historia titulada por mi host como “Criando a Mini Thor”
Esa mujer de la historia se llama Sil y fue en ese momento cuando supo, es decir supe, que estaba embarazada. En realidad corroboró mi paranoia vacacional. Despertaba a mi marido en medio de la noche, le ponía la mano en la tripa y le decía “lo oyes? Hay otro corazón palpitando”. Mi marido, hombre tranquilo, me ignoraba y seguía roncando. Y siguió roncando cuando a las 5 de la mañana del día después de vacaciones, lo agité como una maraca para decirle súper mega emocionada que había hecho pipí en un palito de la farmacia y había salido positivo antes de subirme las bragas.
Yo ojiplática cual búho insistií a las 6. Y a las 7 le arranqué un “llama a tu amiga y vamos a ver si nos confirma que estamos embarazados” Mi amiga Gini (no es su verdadero nombre), es ginecóloga y estaba de guardia esos días. Efectivamente nos confirmó embarazo y de bastantes semanas; llevaba dos faltas…No digo más. Mi marido aun lleva en la cartera la imagen impresa de primera eco. Nuestro bebé era del tamaño de una judieta.
Semana tras semana, mes a mes, el embarazo fue progresando, no sin mis continuas quejas: “no me caben los pantalones, tengo hambre, pis a todas horas, me duele la ciática, me pesa la tripa, huele a gato muerto, no te pongas esa colonia carísima que te regalé que me mareo, me canso de andar, estoy fea, no me puedo abrochar los zapatos, tengo calor…” en fin, todo lo que un hombre desea oír cuando termina su larga jornada laboral.
Ya iba a pilates 2 horas a la semana pero con tanto malestar físico me apunté a yoga. Ahí me di cuenta que yo no era una embazada común. En clase daban por sentado que estaba de más tiempo, llevaba un tripón descomunal, mi movilidad cada semana se tornaba más reducida y mis desmentidos sobre gemelos o mellizos eran diarios.
Que larga y pesada se me hacía la espera y a la vez tenía un miedo atroz de ser una madre pésima así que me apunté a un curso de maternidad que daba la matrona del centro de salud. Gracias a las clases me fui calmando un poco pero no me hacía ninguna gracia ver a futuras mamás de 39 semanas con contracciones leves y con tripas la mitad que la mía, teniendo a sus bebés en Enero cuando yo no salía de cuentas hasta Abril…
Sil con 5 meses de embarazo
Gini tampoco ayudaba…cada vez que me veía se exclamaba por mi tripa, me pesaba, me decía que controlara la comida, me mandaba a todas horas a esas pruebas encantadoras del azúcar, análisis de sangre, ecos específicas para mirar esto o lo otro. Cada mes una película, la cabeza como un bombo entre los médicos que alertaban que mi tripa era como para provocarme el parto y las vecinas que me decían que a ellas no las miraban tanto. Me pegaba unos sofocos y hartones de llorar… A Gini la amenacé con no acudir a la clínica durante el último mes para que dejaran de agobiarme.
PERO fui, mi marido me llevó por responsabilidad y porque tenía miedo de que explorara, jaja. No tuve diabetes gestacional, engordé cerca de 25kg, tenía el colesterol por las nubes, un mioma que crecía hasta que se enquistó pero mi madre se pensó que me moriría, y un cordón umbilical enorme que parecía una extremidad más de mi hijo….éstas fueron algunas de las anécdotas más sonadas.
Sin olvidar que tuve que dejar de conducir a los 7 meses porque la tripa tocaba el volante, que tienda a la que entraba tienda en la que me ofrecían una silla y me decían con voz temblorosa “no te pondrás de parto verdad?” Hasta me pararon los de la televisión autonómica en Octubre y me filmaron de lo espléndida que estaba.
Mini Thor en la barriga de su mamá, a punto de nacer
Lo peor: los olores, con diferencia. Los primeros 4-5 meses solo olía a gato muerto. A todas horas: perfumes, comida, ropa…el resto del embarazo fue intermitente, pero la sensación de sacar la ropa limpia de la lavadora y vomitar por el dichoso olor…es inexplicable.
Y así llegó Sil a un día de Abril en el que nacería Mini Thor, pero eso lo dejamos para el próximo día!
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