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Vivimos en una sociedad que nos exije unos modales y una forma de pensar, sentir y actuar, adecuadamente. Demasiadas veces contradiciendo lo que sentimos por dentro! Eso, ni que decir tiene, hace que vayamos con un personaje que hemos creado a imagen y semejanza de lo que la sociedad nos requiere! Pero, como he mencionado antes, aunque logremos camuflar eficazmente nuestras emociones, éstas permanecen en nuestro interior, manifestándose de vez en cuando. Así, hemos convertido nuestro mundo exterior en un desfile de máscaras, en el que las relaciones humanas no son más que una farsa y un intercambio de falsas apariencias y personalidades, fabricadas por el Ego. Pero, como suelo afirmar, la verdad acaba por manifestarse, sin previo aviso, llegado el momento…
También suelo decir que en el día a día nos mostramos de una determinada forma, obedeciendo un protocolo personal – a veces inconsciente- que se ajusta a lo que deseamos proyectar de nosotros mismos. Ni que decir tiene que es puro miedo a mostrarse como uno es, evitando ser herido! Así, el encuentro entre dos personas no es más que un intercambio de protocolos, mutuamente convenidos. Nadie es como parece! Y seguramente es por esa razón por la que las relaciones humanas que establecemos habitualmente son algo vacío, superficial y que apenas nos enriquecen! Es solo cuando creemos vivir el amor romántico cuando intentamos entregarnos tal y como somos y exigir correspondencia en ese sentido! Y claro, creamos altas expectativas ante una relación amorosa que dificilmente se cumplen! Además -por qué no admitirlo- de que las creamos con el viejo y mal hábito de no ser ya nosotros mismos!
Gestionar las emociones es importante, como lo es reconocerlas y admitirlas, en cuanto se sienten! Todas las emociones son humanas, ya sean gratificantes o inquietantes. Solo hay que lograr que no domine ninguna de ellas nuestra vida, por entero y en todo momento. En función de qué emoción domine cada momento, percibiremos el mundo como su reflejo… o lo que sentimos dentro! ¿Alrededor nuestro hay agresividad? Pues las más de las veces significará que dentro nuestro hay dolor o miedo, lo que nos hace ver esa parte sesgada de nuestra realidad, entera! Al fin y al cabo, nuestro pensamiento construye la realidad que nos rodea, así es de potente el cerebro humano! Si, en cambio, nos sentimos bien con nosotros mismos y con lo que sentimos, seremos capaces de percibir una realidad acorde a ello, incluso en un ambiente enrarecido! Es la ya popular “botella medio llena o vacía”, que a veces vemos… y casi siempre sentimos, por dentro!
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