En el deporte, la gestión de las derrotas y en la vida en general, los fracasos o el no cumplimiento de las expectativas es algo tan sumamente importante que una mala praxis hace que todo se derrumbe o por el contrario sea el punto de inflexión para futuros éxitos.
La única certeza es que las decisiones no pueden ser tomadas de inmediato, en caliente, sin hacer análisis a lo largo de un tiempo prudencial para estudiar causas y consecuencias. Una mala gestión a este respecto puede llegar a generar un conflicto y unas secuelas difíciles de encauzar. En suma, para no llegar al extremo de una mala gestión lo primero será asumir que en el deporte se dan victorias y derrotas por lo que una buena asunción de tal hecho y una buena preparación de los "gestionadores" mitigarían, sin duda, los posibles efectos.