El objetivo esencial de los temas que vamos a conversar es llevar a los participantes a reflexionar sobre la cooperativa como una organización de personas para lograr un propósito.
Ese propósito tiene dos dimensiones que no se pueden obviar; una claramente social de los socios miembros que da cuenta del origen mismo de la cooperativa y otra económica que se traduce en que el funcionamiento debe ser rentable para poder cumplir adecuadamente la función social. Por tanto el buen funcionamiento económico es requisito para el cumplimiento del objetivo social de la cooperativa, que es su razón de ser por lo demás.
La cooperativa es una organización: en esencia, una organización se compone de dos grandes elementos que interactúan para funcionar y cumplir el objetivo de su razón de ser:
De la sumatoria de ambos elementos resulta el desempeño (que puede ser de alta, mediana o baja eficacia) y los resultados económicos (ganancias o pérdidas).
Por tanto, para que tenga éxito cualquier esfuerzo dirigido a mejorar el desempeño, los resultados, crecer en negocios, etc. necesariamente precisa comprender bien el funcionamiento de ambos elementos y necesariamente se debe trabajar en forma conjunta y articulada con ambos, caso contrario no se logran resultados sólidos ni perdurables.
Mejorar el funcionamiento: Los enfoques tradicionales en materia de desarrollo organizacional partían del convencimiento que básicamente mejorando los procesos las cosas tenían que funcionar bien, restando importancia al elemento comportamiento de las personas; la experiencia práctica misma de las organizaciones exitosas ha demostrado ampliamente como totalmente errónea esa creencia. Hoy en día es un hecho no discutible que son las personas, el capital humano de la organización, quienes aportan el valor agregado de los resultados, son las personas quienes aseguran la creatividad y competitividad del funcionamiento, interactuando y manejando procesos eficientes y eficaces.
Pero no se logran altos resultados solo con buenos procesos; hay que formar y desarrollar comportamientos de alto desempeño en los niveles de mando y equipos de trabajo. En esto los aspectos claves giran alrededor de la capacidad de liderazgo en los diversos niveles de mando, la efectividad de la comunicación conversacional entre los miembros de la organización, saber gestionar el compromiso y la motivación y promover las buenas prácticas individuales-grupales, que permita generar y consolidar una cultura interna productiva y abierta al aprendizaje permanente en la organización.
Esta forma de ver las cosas es la que está presente en todo lo que exponemos en este taller y el hecho que en una Cooperativa los cambios para mejorar y profesionalizar el funcionamiento se producen de arriba hacia abajo; del Consejo de administración hacia el resto de la organización. Jaime Torres Dujisin