Revista Cine
Director: Jordan Peele
"Get Out" parece ser, hasta el momento, la película "de terror" sensación de Estados Unidos. Es ya casi un ritual elegir alguna producción relativamente pequeña y elevarla a los altares del cine por su originalidad, ingenio, etcétera. En cualquier caso había que ver "Get Out" y acá estamos, lo suficientemente satisfechos como para no maldecir el visionado. A todo esto, ésta es la opera prima de Jordan Peele, un actor conocido sobre todo por dejarse ver en comedias como esa de los Fockers y esta otra sobre un gato. Creo que el tipo tiene futuro como director. Eso sí, estos gringos se vuelven locos tan fácilmente que uno se pregunta si tienen el gusto en los pies o en el trasero.
Como es usual, no diría que "Get Out" es una película de terror. Es más bien un thriller sobre gente rara que hace cosas raras y que llega a las últimas consecuencias con tal de acabar sus negocios. Y sí, es un thriller efectivo que tiene escenas graciosas y otras tantas desconcertantes, pero que, más allá de todo el rollo discursivo que le endilgan, no deja de ser una historia que sigue parámetros narrativos ya conocidos, así que por ese lado impresionante no es, si bien el impacto que ha causado me imagino que proviene no de su estructura (inevitable y predecible) sino que de su ejecución formal, su despliegue de recursos y mecanismos dramáticos. En efecto, Jordan Peele se muestra seguro y habilidoso con la cámara y la puesta en escena en general, además de demostrar ingenio para jugar con la percepción que el espectador (y el protagonista mismo) tiene de los personajes y los acontecimientos que desfilan frente a la cámara cuando el relato aún no se ha revelado del todo (que es cuando la película se hace más interesante). Cuando llega el "giro", por inercia uno se mantiene atento, pero como todas las cartas han sido jugadas, la verdad es que Peele ya no tiene nada que aportar y a nosotros no nos queda nada concreto o interesante que extraer. Tema aparte: ¿no les parece un poco burdo que ciertos desencadenantes argumentales sean tan forzados e inverosímiles?, a saber: al protagonista le da una corazonada, abre un closet y encuentra una caja con prometedoras fotografías que expone a cierto personaje (¿podría estar deliberadamente ahí para ser encontrada?, porque si no, no me explico que un objeto tan crucial se deje ahí descuidadamente); luego, supongo que el protagonista debe ser ultra-flexible y elástico porque, con las manos y el cuerpo atado y todo, de igual forma se las arregla para ponerse algodón en las orejas; y ya al final, ¿es que sólo basta con decir "yo sé lo que hago" para explicar la llegada de un personaje que no tenía forma lógica de saber la ubicación del entuerto? Me alegro, eso sí, de que el perro no haya muerto.
Como sea, "Get Out" se trata sobre una pareja interracial, un tipo negro y una tipa blanca, que se va a pasar el fin de semana a la lujosa casa de los padres de la segunda. El tipo está nervioso porque como los padres son blancos piensa que deben ser unos paletos racistas, y ya cuando llega al impoluto hogar blanco, se respira una curiosa tensión porque todo es tan sospechosamente amable y amigable que inevitablemente uno se pregunta qué demonios está pasando, que cómo es posible que gente blanca sea tan buena con un negro. Y luego la cosa se pone más sospechosa, y todos los personajes están tan nerviosos y al borde de un ataque de pánico porque cada palabra o mirada o lo que sea parece ser un gesto discriminatorio y segregador (¿la escena del policía es ridícula o agudamente certera?)... Además, entre medio ocurren cosas raras, por ejemplo, que el jardinero (negro) se pone a correr en la noche directamente hacia el protagonista (que debe pensar "mieeeeeeerda, ¿estoy en una secuela de 'It Follows'?). Lo importante de todo esto es que una mirada simplista podría señalar que "Get Out" es una alegoría, metáfora o lo-que-sea sobre el racismo y cómo los blancos se han pasado por el culo a los negros desde hace siglos, pero también podría ser una crítica al comportamiento políticamente correcto de la sociedad, a la complaciente hipocresía de las relaciones interpersonales que, más que lazos auténticos y sustanciosos, parecen buscar la falsa amabilidad y la aceptación rápida, las palabras vanas y los principios intercambiables según el contexto, y lo primero (el racismo) se puede ligar a ciertos grupos de dudosa reputación, algo bastante fácil de hacer, pero lo segundo (lo políticamente correcto como norma) atrapa a la mayoría actualmente y muchos ni se dan cuenta (y vaya que entrarían en cólera si uno les enrostra su falsedad), probablemente porque les basta con copiar y pegar y compartir el hashtag reivindicativo de turno (en el cual no tienen que creer necesariamente, pero así pueden ganar likes o qué sé yo), hoy en día el mayor acto de solidaridad que una persona puede llegar a acometer. También me pregunto si hay algo de crítica en el comportamiento del protagonista, un tipo que le tiene mala a todos los blancos (a menos que, con el tiempo, éstos aprueben el test de "no soy racista, soy un blanco de fiar, yo"), que anda permanentemente a la defensiva y que solamente se siente cómodo estando entre negros, lo cual no es para nada racista supongo. Pero qué sé yo, habría que preguntarle a alguien que sepa, alguien como Spike Lee... "¿Por qué, porque es negro?"... Oh, no, por favor, no quise decir eso, por favor, yo... eh... ¡yo tengo muchos amigos negros, los amo, me encanta Samuel L. Jackson!
Lo cierto es que la película era mucho más interesante cuando se movía en el ámbito de la sospecha y el desconcierto, la incomodidad, porque todo el rollo de "horror" y ciencia ficción es algo rebuscado, y lo que es peor, no termina de explotar ni potenciar ninguna de las posibilidades que sugería tan desasosegante arranque. En el fondo es tirar la casa por la ventana y entre medio vemos cómo le explicamos el entuerto a la galería, mira que ellos se tragan cualquier cosa, además con el rollo del racismo deben haber quedado felices y tranquilos.
En fin, "Get Out" no deja de ser una película efectiva en tanto thriller de despistado protagonista en manos de gente rara, que promete a un director de buenas ideas y notable capacidad formal, pero que tampoco es para perder los estribos y mearse en los pantalones. "Get Out" es de esas películas que tienen buenos momentos, algunos excelentemente logrados, pero que como conjunto no alcanzan una calidad descollante y consistente durante todo el relato. Pero oye, se puede ver.Y aparece el adefesio de Caleb Landry Jones, menos feo que de costumbre.