Revista Cultura y Ocio

Ghenhis Khan

Por Joaquintoledo

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Ahora bien, uno de los grandes objetivos del gran Kan fue China, aquel gran país en decadencia unido en cuatro reinos. Primero cayeron los chin y luego dirigió su atención hacia los yurchen. Muchos pueblos abrazaron la causa mongola, por conveniencia o por sumisión. Así llegaron a Pekín en el año 214. Pese a sus éxitos, Gengis pasaría estos años sometiendo a pueblos en su propia tierra natal, citados ya más arriba, y otros naturales de China que resistían. Fue difícil pero no imposible. No obstante hay que tener en cuenta que tal resistencia de muchas etnias en todo el camino de sus campañas, lo llevaron a negarse a continuar más allá, y no tomó China por completo.
Pasó el tiempo y Gengis se percató que debía vencer definitivamente a los naimanos, cuyos últimos remanentes se habían unido a los del Kanato de Kara Kitai (un imperio ubicado en el Asia central de entonces). Sin embargo allí, el líder naimano Kuchlug se hizo fama de corrupto y malvado pues mandaba a asesinar a todo el mundo, víctima de paranoia. Esto hizo que los mongoles sean recibidos como libertadores y no como enemigos, resultando Kuchlug, muerto.  El imperio o reino de Kara-kitai dejó de existir como entidad política y fue adherido a los dominios de Gengis. A partir de aquí es cuando el gran Kan toma contacto con los musulmanes, algunos incluso eran turcos que gobernaban en algunas zonas de Kara-kitai.

Si bien en un principio los contactos con los hijos de Alá fueron buenos, todo terminó por disputas comerciales. Gengis, como era de esperarse, contaba con tropas mucho más salvajes y experimentadas en el combate y entró en guerra contra el Imperio Corasmio, al cual también venció. Corría ya el año 1223-1224.
Gengis otra vez tuvo que detenerse para poder reorganizar sus extensísimos dominios. Pero, ¿a qué se deben todos estos progresos y rápidas conquistas de los ejércitos de Kan? Pues bueno, al parecer nuestro héroe tuvo sus estrategias. Tenían caballos recios, con fuertes genes debido a que eran criados por un pueblo casi nómade. Esto les permitió a los mongoles desde siempre, vivir en condiciones limitadas y hasta infrahumanas. Por lo demás, todo su ejército siempre se transportaba a caballo, de forma que casi siempre llegaba bien descansado a los lugares de batalla.

Los cuales por cierto eran totalmente arrasados. Los mongoles no perdonaban a nada ni a nadie. Una vez consumidos la mayoría de recursos volvían a marcharse hacia otros lugares llevando la destrucción a su paso, cometiendo múltiples genocidios contra los civiles. Volviendo a la vida de Kan, en el año 1220 sus fuerzas se dividen, más que todo debido a que su general Subutai se negó a retirarse. Gengis aceptó que éste continuara las conquistas en nombre de su ejército y así marchó hasta Georgia arrasando el país por completo.

Así fue como llegaron las primeras noticias a Europa, acerca de los mongoles, si bien Gengis personalmente se iba hacia el sur de Asia, para retornar a Mongolia a través de la India. Mientras tanto, las campanas de las iglesias cristianas de Europa del este ya sonaban en son de pésame, ¿Es que acaso los mongoles estaban siguiendo los pasos de sus antepasados los hunos y Gengis era la reencarnación misma de Atila? Los planes de Subutai así parecían confirmarlo porque luego de invadir Bélgica llevando la destrucción a su paso, tenía pensado marchar hacia Hungría y el resto de Europa. Empero Gengis lo llama y juntos los ejércitos emprenden el regreso a Mongolia, pasando por parte de Persia, país que también devastaron indescriptiblemente llevándose algunos rehenes y un gran botín de guerra.
A llegar a China Gengis encontró que la dinastía Jin se había rebelado contra ellos, de hecho ya lo habían hecho tiempo atrás, al negarse a enviar refuerzos en la campaña de Asia del oeste. Los ejércitos mongoles entonces toman ciudad tras ciudad. Los Tangut, eran otra etnia de China, y al igual que los Jin, se negaron a someterse, por lo cual Gengis arremetió contra ellos a diestra y siniestra, viéndose obligados entonces a  retirarse y a rendirse.

A esta altura, Gengis parecía no tener parangón alguno en la historia. Ahora, ya podía volver tranquilo a Europa para someterla también. Sin embargo, en el año 1227, cuando los cristianos ya parecían tener echada su suerte, Gengis murió en extrañas circunstancias. Nunca se supo exactamente qué fue lo que le pasó. Tal vez enfermó y no se pudo curar, o se enteró demasiado tarde, aunque esto nunca podrá ser comprobado. Su cuerpo fue llevado a su tierra natal, y al parecer quemado cerca al río Onon. Sus hijos de sangre y de su propio pueblo, se encargarían de expandir el imperio, habiendo dado él en vida, el paso inicial.


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