Revista Cine
Director: Pascal Laugier
Impresiones escritas de acuerdo al correr del metraje...
Llegamos a ver "Ghostland" más por curiosidad que por otra cosa. Me entero, antes de comenzar el visionado, de que el director es el mismo de "Martyrs". Nota mental: he pensado continuamente en hacer un breve pero contundente ciclo dedicado a eso llamado nuevo extremismo francés, para ver qué tal.Película que comienza con una especie de dedicación a H. P. Lovecraft. No he leída nada de él hasta el momento, ergo, a lo mejor nos perdemos una forma de entender la película.Durante la primera media hora "Ghostland" es una esquemática seguidilla de tópicos que más que terror llega a dar risa, y que más que una película de terror parece una comedia involuntaria (con estética de terror). Una madre y sus dos hijas (una rebelde, la otra rarita) llegan a la casa que la señora heredó de una tía. Al poco rato llega a la casa un camión de helados con dos asesinos en su interior, quienes comienzan a atacar y aterrorizar a esta familia. Elipsis: la hermana rara es una famosa escritora de novelas de terror y su más reciente título es Incident in a Ghostland, novela basada en aquel macabro episodio de su pasado (aunque no sea autobiográfica, según expresó en una entrevista concedida en televisión abierta). Todo va bien hasta que recibe una llamada de su hermana, la rebelde, que quedó con un tornillo suelto al cuidado de su madre, precisamente en la casa de tan macabro episodio de su pasado. Como la madre no responde las llamadas, la hermana rara viaja a esa casa para averiguar qué sucede. Nada sucede: la hermana rebelde sigue loca, la mamá está bien. Por qué la hermana rebelde/loca no está internada en un hospital psiquiátrico, en su lugar viviendo encerrada en un cuartucho del sótano, es algo que uno debe aceptar. La hermana rara comienza a experimentar extraños sucesos (a pesar de que sólo fue a comprobar si todo estaba bien, decide alojarse su buen par de días), y he acá las alternativas:1: ¿La protagonista también está loca, no quería aceptarlo pero ahora que volvió a su casa su mente caerá definitivamente en un pozo de demencia sin retorno, consumida por alucinaciones provocadas por semejante trauma? 1.2: ¿Podría ser, entonces, uno de esos relatos alegóricos o simbólicos, en donde los objetos que tanto muestra la cámara signifiquen otra cosa, en otro plano de la realidad?2: ¿Será que la protagonista está sana, quizás algo nerviosa, pero todos los sucesos extraños son provocados por la hermana rebelde/loca, resentida con el éxito de su hermana? ¿Quiere revivir la pesadilla que ella, la rebelde, ha soportado durante tantos años, para que la hermana rara pero exitosa se ponga en sus zapatos y se sienta mal por su éxito? ¿Estamos, entonces, ante un enfermizo drama familiar sobre hermanas?3: ¿Será que simplemente se repite el pasado, ahora con otros hijos de puta asesinos, como si la casa o la hermana rara acarreara una maldición?4: Similar, pero no exactamente lo mismo, al punto 1.2. ¿Será que la hermana rara pero exitosa comienza a vivir los acontecimientos de su más reciente novela, dadas las similitudes y la tensión provocada por los exabruptos de su hermana, como si su novela se replicara y representara en su realidad? A lo mejor sucede lo mismo que con "Nocturnal Animals": que la novela representada es mejor que la película misma.
5: ¿Todas las anteriores?
No se enojen conmigo: a medida que corre el metraje, todas estas interrogantes importan un pepino. Si bien están los típicos jump scares y las casi-casi muertes salvadas por la campana, "Ghostland" poco a poco, pero con firmeza y con desaforado desenfado, se transforma en otra cosa: un auténtico relato de terror, más o menos (manteniendo las distancias y las proporciones, claro) como "La masacre de Texas". Más allá de los estrambóticos giros del retorcido guión, el director Pascal Laugier concentra sus energías, simplemente, en esta intensa y ultraviolenta y grotesca historia de muchachas enfrentadas con un par de asesinos de lo más extravagantes (como si fueran parientes del Leatherface), apelando al espanto y al mal gusto, al frenético ritmo de atrocidades y asquerosidades que las muchachas deben sortear sin respiro alguno. Es curioso, porque, aunque comienza como esa esquemática comedia involuntaria de terror, "Ghostland" pasa a ser un verdadero relato de terror, más cercana al brutal y sanguinario exploitation que al intento de suspenso (algo en lo que el director fallaba en su primera fallida hora de metraje), y es ahí en donde triunfa: en la gratuidad de su violencia y demencia, en la exageración de su estética, en apostarlo todo al impacto por sobre la verosimilitud narrativa (qué importa el drama familiar o la herencia de la casona o el juego con las realidades: ¡matar, matar, matar!). Y en este terreno, Laugier se mueve con holgura y seguridad: esa media hora está de lujo, rodada con pulso, tensión y ritmo.
Aunque la mejor parte corresponde a apenas media hora, pienso que ese lapso salva por completo la película. Si aguantan los primeros sesenta minutos, al menos los esperará (y recompensará) una tercera parte bestial y extrema. Disfrútenlo, depravados...
Qué sorpresa, ¿no?
En realidad me ha gustado.