
Giacometti, que comenzó a dibujar y esculpir a temprana edad, cursó estudios de arte en París, en donde entró en contacto con los principales artistas e intelectuales de la época. Experimentó con el cubismo y se aproximó al surrealismo, hasta que en los años 30 volvió a descubrir la figura, sobre todo la humana, en su búsqueda para representar la realidad. Sus esculturas filiformes están entre las más reconocidas de este artista suizo, esculturas a partir de las cuales evolucionó hacia otras integrando el espacio que las rodea. Durante este proceso, Giacometti continuó asimismo pintando, dibujando y escribiendo. A finales de los años 50, Alberto Giacometti era ya una celebridad y expuso en Europa y Estados Unidos, reconocimiento del que disfrutó hasta su muerte.
La exposición está coproducida con la Fondation Alberto et Annette Giacometti de París.