Una transformación impresionante...
Lo que antiguamente fue una cochera con 150 años de historia, se ha convertido en un hermoso salón de belleza de estilo industrial en la Princess Street, en pleno downtown de Charleston, en Carolina del Sur .
Los propietarios de Gibson Hair & Makeup no querían una franquicia "tipo clon" de su primer salón de belleza, por lo que el objetivo principal del diseñador Spencer Gibson fue proyectar un espacio que fuera coherente con el local original de Hasell Street, pero manteniendo su individualidad, sin dejar de parecer único ni perder su .
La solución pasó por aprovechar y resaltar la del edificio de la cochera y darle una nueva la vida en el diseño de este espacio. Fue así como la historia se convirtió en un elemento de gran importancia en el desarrollo de , el planteamiento del diseño, y a la hora de construir elementos personalizados hechos a medida, donde se utilizó materiales recuperados llenos de .
El proyecto de reforma está lleno de representaciones de la del lugar, a través de su arquitectura y diseño interior. Gibson Concepts + Design utilizó madera de granero de más de 100 años de antigüedad para crear la mayor parte del mobiliario hecho a medida, desde los marcos de los espejos con módulos de almacenaje laterales, hasta el mostrador de recepción, pasando por las estaciones de trabajo de los estilistas. Incluso las puertas que fueron construidas para ajustarse al espacio están hechas con madera recuperada.
Por si esto fuera poco, y para seguir aprovechando el "elemento nostalgia" , la madera blanca de los marcos de los espejos proveniente de un antiguo establo.
Los expositores de producto, colocados en medio del espacio, han sido construidos con madera contrachapada de arce. Las estanterías de doble cara almacenan el producto y ayudan a particionar el espacio, manteniendo la continuidad y el flujo del área de trabajo.
A fin de mantener la coherencia del nuevo salón de belleza con el original, Spencer Gibson aprovechó algunos elementos presentes en el local de Hasell Street para vincularlos. Un ejemplo de ello es la puerta de entrada de color rojo, o los sillones de piel negros que se pueden encontrar en ambos salones, así como el una estética que genera un ambiente rústico e industrial.
Para resaltar el espíritu industrial de su arquitectura, se optó por no colocar un falso techo. El techo tiene un acabado minimalista, dejando al descubierto las instalaciones de aire acondicionado, las luminarias, lámparas y vigas de soporte, que fueron pintadas especialmente para que combinen con el pavimento.
Por último, los grandes ventanales de la fachada se han colocado en el que fue el lugar de las puertas de acceso de los caballos.
El resultado final es un salón de belleza con la estética industrial de un loft, moderno y con toques minimalistas, que no sólo se ha adaptado perfectamente a su entorno, sino también al su "local hermano", sin dejar de perder su identidad. ¿Qué les parece?