Revista Deportes

技巧 Giko (La Excelencia Técnica)

Por Cuervo

Introducción

Este capítulo pone punto final a estos Cuadernos Técnicos.
La Escelencia Técnica va más allá de la simple Maestría, es un concepto superior, puesto que no hay nadie que lo certifique, sino que es el objetivo de cualquier persona que practica cualquier vía de conocimiento: Artes y Letras, Deportes y Aficiones.
Hoy, en nuestros días, se prefiere el Diploma o Certificado de Cinturón Negro o de Shihan o superior, incluso figurar en el Hall of Fame, entrar en una lista de "Grandes Maestros", sin embargo, en muchos casos, es solo cuestión de marketing, de saber venderse y vender aunque sea humo. Sin embargo no hay muchos (y los que hay son desconocidos para el gran público) que dominen verdaderamente la Técnica, sino que visten sus conocimientos de una gran palabrería dogmática y maniquea que, en la realidad, está muy alejada de los planteamientos iniciales de las Artes Marciales.
Por poner tan solo un ejemplo:
Es muy popular la frase "Vencer sin luchar", "El guerrero primero obtiene la victoria y después se prepara para la lucha" u otros axiomas similares. ¿Qué significan exactamente? Nadie da una respuesta clara y racional, aunque estén investidos de los más altos grados. Sin embargo, en pequeños gimnasios y dojo, orientales y occidentales, hay grandes maestros y practicantes que llevan esa frase a su más alto significado.
Algunos piensan o pueden pensar que se trata de una de esas frases semi-místicas tan orientales, pero lo cierto es que la mentalidad japonesa es eminentemente práctica, poco dada al misticismo. Sus condiciones sociales y geológicas impulsan al pueblo nipón a dejar de lado todo aquello que no se rija por elementos, llamémoslo, materialistas y prácticos. No sirven de mucho las frases bonitas cuando un tifón o un terremoto de gran magnitud asola la ciudad, no hay mucha filosofía en ello.
Por tanto, ese pretendido "Camino" (Do 道) no es más que la búsqueda constante de la Excelencia Técnica y el resto son consecuencias naturales de esa búsqueda. Más claramente: Alguien puede obtener (por el medio que sea) el grado o título de Gran Maestro, pero las lagunas técnicas seguirán ahí, sin embargo, alguien que tenga una técnica absolutamente depurada será considerado Gran Maestro con o sin un título que lo respalde.
Ese camino no puede ser enseñado, no en el sentido occidental de la palabra, es decir, explicado con palabras o mediante la enseñanza de habilidades y destrezas. El Arte, en mayúsculas, va mucho más lejos, es algo "interior", habilidad innata o aprendida a través de la experiencia directa, del estudio sincero y crítico.
Por tanto, en este último capítulo, se proponen diferentes experimentos que rozan la psicología, el comportamiento, más allá de la técnica pura basada en Principios Físicos, pero igualmente empíricos. Del mismo modo que el cuerpo humano obedece a las Leyes Físicas, el comportamiento es estudiado por la Ciencia en distintas disciplinas relacionadas todas ellas con la Psicología y hoy, a diferencia de tiempos pasados, estamos en condiciones de ofrecer respuestas científicas a determinadas actitudes que, en el lenguaje tradicional del Budo, se revisten artificialmente de conceptos espirituales.
Imagen

Shin (心)

Como ya se apuntó en su momento, la primera premisa de cualquier arte marcial y actitud vital es La Seguridad.
La seguridad, o su falta, es un sentimiento que determina la actitud con la que cada quien se enfrenta o afronta una situación de conflicto, agresiva, difícil o de cualquier otro tipo. El miedo, el estrés, son sentimientos dificilmente controlables, de modo que las personas buscan un refugio o protección ante ellos. El Budo es uno de estos refugios.
Las Ciencias del Comportamiento, han estudiado suficientemente la Victimología, una actitud que se manifiesta a través del lenguaje corporal y que define a una persona como "presa" para un "depredador" o agresor.
En el campo de las artes marciales hay dos conceptos que son extrapolables: Kamae (構) y Maai (間合), Guardia y Distancia.

Kamae (構)

Cada arte marcial, cada escuela y especialidad, tiene su propia concepción de Kamae, de guardia. Literalmente la palabra procede del verbo Kamaeru, que significa "prepararse anticipadamente", "planificar una acción", por tanto no es exactamente "estar en guardia", "prevenido", sino "preparado para la acción (de defenderse, de resolver la situación conflictiva)" un concepto algo diferente dado que implica un plan de acción en el caso de que la agresión o peligro se materialice.
Es demasiado habitual, percibir un gran estado de tensión estando en Kamae, esta actitud denota inseguridad, inseguridad en uno mismo, ya que se está atento a las decisiones que el adversario tome y por tanto, la iniciativa está en sus manos. Dado que no se puede adelantar cuál será esa decisión, en realidad se está en desventaja.
Tampoco hay que caer en una falsa seguridad por un sentimiento de autosuficiencia, ambos extremos son igualmente perjudiciales.
El Kamae cumple una doble función:
  • Una física, técnica: cubrir las zonas vulnerables, generalmente la zona central del cuerpo sin descuidar los flancos y preparar la respuesta.
  • Una psicológica, mental: proporcionar la seguridad necesaria para controlar la situación y, con ella, el estrés y sobrecarga emocional que toda situación de conflicto conlleva.
Una vez conseguido un buen Kamae, el adversario percibe (o debe percibir) una falta de "hueco", de "apertura", de oportunidad de ataque. No percibe miedo o temor, sino precisamente seguridad en la situación y, por ende, una pérdida de la ventaja inicial.
Para conseguir un buen Kamae, se debería experimentar las diferentes trayectorias de los golpes, su inercia y velocidad y la forma correcta de anular el ataque con el mínimo esfuerzo posible, reservando la fuerza y energía cinética para el contraataque.

Maai (間合)

Medir la distancia correcta no es fácil, depende de muchas variables: si hay armas, la envergadura de los contendientes, el entorno físico en el que se produce la acción... Igualmente cada escuela y especialidad tienen su "distancia ideal", aquella en la que es posible una reacción rápida y contundente.
Sin embargo conviene puntualizar que la palabra Maai, está compuesta de dos conceptos: Ma (間) que significa "momento", "intervalo", "espacio" y Ai (合) del verbo Au que significa "unión", "encuentro" y, en este caso, "adecuado", "apropiado". Por tanto Maai tiene una doble connotación, por una parte encontrar "el espacio (distancia) adecuada", pero por otra también "el momento apropiado". Con lo que vuelve a poder interpretarse de dos fomas:
  • Técnicamente: La distancia que viene definida por las condiciones de la situación, aquella que permite una respuesta apropiada. La distancia correcta suele ser aquella en la que, de un solo vistazo y sin necesidad de cambiar el ángulo de visión, se vea el cuerpo completo del oponente.
  • Psicológicamente: Las distancias se miden en diferentes formas, en este caso la que interesa es el llamado "espacio privado", aquel en que la integridad física puede sufrir consecuencias y que viene definida, aproximadamente, por la distancia de los propios brazos. Al abrazar a alguien se le permite implícitamente "penetrar en el espacio privado", lo contrario es impedir una "invasión de ese espacio".
Resulta, pues, evidente que mantener y dominar esa "Distancia Apropiada" redunda directamente en la propia seguridad y ésta en un estado de autocontrol sobre la situación y la ansiedad y estrés que provoca.

La combinación correcta (no existe una estándar) entre Kamae y Maai otorga un estado mental relajado y seguro en el que es posible anticiparse a cualquier acción del contrincante dado que por medio de estas sencillas (aparentemente) reglas es totalmente factible controlar la situación al menos lo suficiente como para responder con la técnica o táctica adecuada.
Imagen

Gi (技)

Al hablar de artes marciales no se puede obviar la Técnica, a fín de cuentas, es la base, el medio y el fin en sí mismo, puesto que es la Excelencia Técnica la que reporta una verdadera Seguridad.
El concepto Técnica es demasiado abstracto y da lugar a muchas interpretaciones, la mayoría de las veces, erróneas. Ocurre que denominamos "técnica" a una habilidad, o un movimiento en concreto, cuando lo que se necesita es una Habilidad o Excelencia Técnica en mayúsculas, dominar el cuerpo, todas sus facetas, sus más mínimos detalles, físicos y psicológicos.
Se suele achacar al Budo, que se necesita mucho tiempo en dominar sus técnicas, es cierto, aunque no exacto. Esto ocurre porque existen millones de variaciones de un mismo movimiento o, dicho de otra manera, infinitas formas de aplicación de una sola técnica. Ocurre que la mayoría de los métodos didácticos están anticuados, basados en la repetición automática de "ejemplos", una deformación del sistema tradicional japoneses, por tanto carecen de un sistema ordenado metodológicamente y adaptado a la mentalidad occidental y a los tiempos modernos.
Básicamente, la técnica se puede clasificar en grandes grupos:
  • Ashi-Waza (足技), literalmente, técnica de pies o "forma de andar sin comprometer el equilibrio".
  • Uke-Waza (受技), técnicas de defensa o "recepción del ataque", que a su vez tiene diferentes variantes según escuelas y especialidades.
  • Geki-Waza (撃技) o técnicas de ataque en las que se distinguen técnicas de puño, de mano, de pie o patadas y diferentes variaciones según el método de ataque: entrando hacia adelante, esquivando en círculo (tai-sabaki), etc..., rectilíneas, circulares...
  • Atemi-Waza (当身技) literalmente "técnicas de golpeo", es decir, lo mismo que la anterior definición, varía según escuelas, aunque se puede decir que ésta es una parte de aquella.
  • Nage-Waza (投技) o técnicas de proyección, difieren según la escuela y especialidad, generalmente es el aprovechamiento de la inercia del ataque para, generando una fuerza cinética centrífuga, proyectar al adversario al suelo. Se subdividen, según el arte marcial que se trate, en "técnicas de pie, de hombro, de cadera..." dependiendo de la parte del cuerpo o el concepto sobre el que base la proyección.
  • Katame-Waza (堅技) o técnicas de inmovilización o control del adversario, generalmente por luxación.
Además de esta clasificación general, cada escuela, arte marcial y especialidad introduce las suyas propias, según a qué parte se le dé más énfasis. Sin embargo, no son más que recursos técnicos, cuanto mayor sea el bagage que se posea, mayores posibilidades de aplicar uno u otro se tienen. Esto es lo que hace que parezca difícil.
Sin embargo se puede hablar de una única técnica: evitar la derrota y conseguir la victoria.
En toda situación de conflicto o agresión, se pueden tomar dos actitudes: pasiva o activa. Por definición, quien asume el rol activo es quien suele ser el "agresor", quien inicia la agresión. Esto no quiere decir que la defensa sea pasiva, en absoluto, es solo un rol.
El agresor está (suele estar) dominado por la idea central de agredir, causar un daño, por tanto y hablando de Excelencia Técnica en Artes Marciales, la técnica a emplear es anular esa idea. Para lograrlo hay diferentes tácticas, desde la simple huída hasta la derrota del agresor inhibiendo su agresividad por dolor o desequilibrio.
Sin embargo, la más difícil es lograrlo mediante la disuasión, es decir, una actitud y lenguaje corporal que lleve al agresor al convencimiento de que su idea de dañar no conducirá más que a la derrota.
En este sentido existen dos conceptos imprescindibles en las artes marciales:
  • Shisei (姿勢) la actitud. En realidad tiene que ver con el lenguaje corporal. Mostrar una actitud defensiva, lleva al contrario a tomar una ofensiva y, por tanto a manifestar su agresividad; sin embargo, una actitud resolutiva, de estar dispuesto a "presentar batalla", una actitud de seguridad y sin temor, disuade de esa agresividad.
  • Metsuke (目付), es esta una palabra de difícil traducción. Se refiere a la mirada, pero a una mirada inquisitiva, escrutadora, expectante. Proviene de los antiguos censores e inspectores del antiguo Japón. Se trata de una mirada relajada pero atenta a todo movimiento, complementaria de la actitud corporal que denota resolución a vencer no importa la situación de la que se trate.
Es obvio que esta resolución solo puede obtenerse cuando se confía plenamente en una técnica que se domina y esa seguridad que se obtiene mediante la Excelencia Técnica se transmite y percibe de un modo instintivo, animal. Para ello, no bastan las repeticiones automáticas, sino la autocorrección y la búsqueda constante de esa Excelencia.
Imagen

Tai (体)

Hay un hecho físico irrefutable: No todos los cuerpos son iguales. No todos tienen la misma fuerza ni condiciones físicas. Ahora bien, esto no puede significar el dominio del fuerte (físicamente hablando) sobre el débil.
Cada persona, cada cuerpo, tiene sus propias características físicas: velocidad, agilidad, peso, fuerza..., lo verdaderamente importante no es conseguir ser el más poderoso (Citius, altius, fortius), sino aprovechar al máximo las posibilidades y recursos que se poseen, compensando la falta de unas características con la maximización de otras.
Dicho de otra forma, una persona lenta y pesada, tendrá una estabilidad mayor que una persona ligera y saber utilizar esa estabilidad en su favor es la característica, la Técnica, del Budo.
En realidad, aunque los sistemas didácticos al uso, inciden en que todos aprendan lo mismo, las mismas técnicas y los mismos recursos, esto no es más que una falacia, un error conceptual. Ni los músculos ni los nervios reaccionan de la misma manera en un individuo que en otro. Ni siquiera a la hora de evaluar al adversario y establecer la táctica adecuada.
Dado que las variaciones son ilimitadas, no es posible analizar o estudiar cada caso concreto, por tanto, la idea de aprender técnicas o movimientos concretos adaptados al entorno de un gimnasio o dojo es altamente perjudicial para el sentido y aprendizaje correcto del Budo puesto que automatiza reacciones que, al encontrarse con circunstancias y un entorno diferente, crean el efecto contrario al que se pretendía degenerando en una situación de total inseguridad y un fracaso técnico.
De ahí que la práctica tradicional de las artes marciales, se base en principios abstractos, Técnicas en el sentido de "grupos de recursos" que el practicante debe adaptar a sus características físicas y psicológicas individuales.
Este concepto se ha perdido o, más bien, olvidado y pervertido, por mor de la práctica deportiva que tiende a establecer categorías en las que los contendientes son de características (peso concretamente) similares, algo que no ocurre, por ejemplo, en el Sumo, un deporte en el que no cuenta el peso, ni siquiera es un factor decisivo aunque lo parezca desde el lado del espectador, sino, precisamente la habilidad y destreza. Es decir la Excelencia Técnica.
Esa Excelencia Técnica reside, sencillamente, en estudiarse a sí mismo y perfeccionar aquellas habilidades, destrezas y recursos que son resultan más idóneas a cada individuo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog