GIL DE MURO, Eduardo T. EL TRABAJO DE MIS MANOS. M. MARÍA PILAR DE JESÚS, O.C.D. Un apunte biográfico (Monte Carmelo, Burgos, 2004, pp.141)
José Antonio Benito
Acabo de leerme de un tirón este sabroso libro escrito por uno de los sacerdotes periodistas más célebres de España y que deja constancia de su buen hacer como escritor, sacerdote, misionero, teresiano.
Presenta la obra Monseñor Rafael Palmero Ramos, valorando la atractiva personalidad de la nueva santa Teresa en el Perú de nuestro siglo XX y la facilidad de lectura.
La obra discurre de modo cronológico y geográfico en 14 capítulos: Entrada, Valladolid a la espalda, Llamando a la puerta, Las rejas que no se ven, El Cuzco a la vista, A golpes de plegaria, Nuestro Perú, La cosa empezó en Abancay, El valle del Chumbado, Los caminos de la selva, Florecer en el Carmelo, Chiclayo al atardecer, Y no quería dejarlas, Ya en Chiclayo para siempre.
Me impresiona la sencillez y abandono espiritual de la protagonista Madre Pilar, su gran parecido con santa Teresa (mujer de fe y esperanza, exquisita caridad, espíritu reformador, organizadora, chispa para el trato, alma de poeta y escritora, madre y maestra), y el gran aporte de los externados que tanto han ayudado al florecer vocacional. Gracias a su labor el Perú ensantado se ha enriquecido de nuevos palomares carmelitanos: Abancay, San Jerónimo, Yurimaguas, Lircay (Huancavelica), Chiclayo, Callao, Chachapoyas, así como el apoyo a Cuzco, Ica, Juliaca
Me ha sorprendido gratamente la acogida de las autoridades civiles, la proyección social (al lado del Carmelo, comedor popular, atención médica, residencia con educación para jóvenes), así como el apoyo permanente de su familia desde Valladolid.
Comparto el magistral párrafo final: "(Y ésta es, muy modestamente relatada, la historia de una monja de hoy que parece aratos una monja de ayer y que sigue siendo modelo para mañana. Una mujer de todo tiempo y para todos los tiempos. De este terreno y de todos los terrenos. Nació en Valladolid, murió en Chiclayo, pisó la tierra y se enterró en ella para fecundarla. Vale) p.139