De un tiempo a esta parte ir a un pub y pedirte un gin-tonic es más complicado que sacarse un máster. Hay que elegir la ginebra, la tónica y luego una serie de complementos de una complejidad que ríete tú de las matemáticas. Si me sacan de bolsos, zapatos y collares no atino con los complementos, y menos si estamos hablando de lo que de toda la vida ha sido UN CUBATA. Que siiii, que el cuba-libre originalmente es un ron con cola, pero en mi época (reciente) de nocturnidad y alevosía una salía a tomar cubatas. Fueran de lo que fueran. Y sin aspavientos. Lo más sofisticado era pedir la cola light en vez de la normal. Pero punto. Ya pedir determinadas marcas era de sibarita. Y en vaso de tubo de toda la vida. Nada de copas de balón ni vasos extraños. Hombre por favor. A dónde vamos a parar. Ahora además no es un gin-tonic, ahora es un Gin & Tonic. Una locura.
¿Nos tomamos un cubata?
Venden hasta kits para hacer el gin-tonic perfecto. A ver: vaso, hielo, ginebra y tónica. Ah y una rodajita de limón. ¿Qué más necesitas chiquillo?. Pues de todo. Que hasta en el Carrefour venden cajitas con ingredientes. Compré una por error pensando que era para los cereales del desayuno.
¿Gin-tonic o paella mixta?
Comprendo que hay que evolucionar, que la modernidad conlleva una serie de complicaciones, pero esto ya pasa de castaño oscuro. Porque si te pides en un sitio de moda un gin-tonic te dan una carta que ríete tú del McDonald’s. No sabes por dónde tirar. Digo el McDonald’s porque nunca he sabido que pedir en uno de estos burger, todo me parece igual de plastiquillo.
Estas modas de última generación son lo que son: modas. Pero mientras duras acabas hasta las narices de ellas. El pádel, ahora correr (perdón running), el gin-tonic, el sushi (ahí confieso que he caído), que si los cupcakes, que si las tartas decoradas que dan pena comerlas. Un agotamiento profundo y vital.
¡Imposible!
Soy novelera y me suelo apuntar a todo lo que va saliendo: menos el pádel y los gin-tonic. Con eso no puedo. Buenos a los deportes en general. Y lo intento que he ido a clases de pádel y he intentado salir a correr. Pero no. Prefiero tomarme un gin-tonic normalito (beefeater-tónica de toda la vida) mientras veo la puesta de sol en la playa.
A ver cuál es la siguiente moda, habrá que apuntarse. Por probar no se pierde nada.
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