Revista Diario

Ginecólogo y zapatitos

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Traigo buenas noticias. O bastante buenas, al menos.
El ginecólogo opina que, de momento, no es necesario quitar el mioma. Dice que se puede considerar que se ha mantenido sin crecer (quizá un pelín pero es tan poco que puede ser un error de medición en la ecografía) y que si se estanca como está no ve necesario quitarlo porque está en una zona donde no me impediría un nuevo embarazo. Me explicó que el mioma me crece hacia fuera, no hacia dentro del útero, lo cual parece ser que es bueno, al menos pensando en un futuro embarazo.
Eso sí, tenerlo ahí requiere control cada 4-6 meses. Dice que entre los 3 y los 4 centímetros está el límite máximo donde los ginecólogos deciden quitar los miomas. Si crece, me lo quitará. Si no crece, ahí se quedará. Porque mi marido le preguntó si pensaba que podría reabsorberse y dijo que a estas alturas probablemente no, pero que quedarse estancado, sí. 
No es que me agrade la idea de ir por ahí con 3.5 centímetros de mioma en el útero pero menos me agrada la idea de pasar por quirófano. Así que rezaré para que se mantenga ahí sin crecer y sin molestarme. Mi preocupación fundamental es que pudiera causarme problemas de cara a otro embarazo, si él considera que por el sitio que está no es preocupante, entonces yo me quedo tranquila. De hecho, si crece con otro embarazo y hay que quitármelo, pues pienso que ya se verá. Lo importante para mi ahora es no tocarme más mi pobre útero y cuando decida cerrar el chiringuito reproductivo, pues ya veremos, ¿no?.
Lo del Rh queda confirmado que son buenas noticias. El test de Coombs indirecto ha dado negativo. Así que su teoría de que a principios de año daba positivo como consecuencia de la vacuna que me pusieron para evitar la inmunización era cierta. ¡Por cosas como esta confío yo en este hombre!.
Como os podeis imaginar, salí contenta de la consulta.
Y eso que me ha dado una noticia ligeramente mala. Sanitas le ha rescindido el contrato, por lo que el año que viene ya no podrá admitir pacientes de Sanitas. Ni qué decir tiene que voy a mirar otras compañías con las que sí trabaje porque no estoy dispuesta a cambiar de ginecólogo porque los de Sanitas sean así de bordes. Casi me viene hasta bien porque no estoy nada contenta con el servicio y no es que sea barato. ¡El día que llame para darme de baja van a escuchar cuatro cosas!.
Después del ginecólogo teníamos que ir a hacer unas cosillas a Plaza Nueva (Leganés) y me acordé de que  me habíais recomendado Merkal Calzado. ¡Depresión total!. Lo más pequeño que encontré con suela fueron varios zapatos Pablosky de un 19. ¡Le sobraban unos 3 dedos! (para que os hagais una idea, sus deditos llegaban al comienzo de las punteras). Me parecieron enoooooooooormes. Tenía que haberle sacado una foto con esa pinta para que quedara constancia (nota mental para el futuro).
De todas formas, tampoco me enamoraron. Los modelos que vi me parecieron feos, sobre-tallados, y, como ya me habíais dicho, bastante rígidos.
En un rato me voy a las rebajas. Empiezo por El Corte Inglés y seguiré pateando zapaterías del barrio de Salamanca, que me han comentado que hay bastantes. Ya os contaré qué encuentro.

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