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Giovanni bardi, conde de vernio, más que un hombre de armas

Publicado el 28 julio 2022 por Patifs54
GIOVANNI BARDI, CONDE DE VERNIO, MÁS QUE UN HOMBRE DE ARMAS

   Giovanni Bardi, conde de Vernio, es conocido por su importancia en el nacimiento de la ópera, con la formación de la Camerata Florentina o Camerata Bardi, pero nos olvidamos de que era mucho más que esto... y su historia la iremos desgranando poco a poco en este post.

   Nació en Florencia en 1534 y murió en la misma ciudad en 1612. Durante su vida tuvo varias dedicaciones, como la militar y la cultural. 

   Dentro de sus ocupaciones militares destaca la participación que tuvo en la guerra de Siena con las tropas del duque Cosme I de Médici, en 1553 - 54. En 1565 formó parte de las tropas que el duque envió al emperador Maximiliano II para defender Hungría del avance turco, como capitán, al mando de 3000 soldados de infantería.

   Más tarde trabajó en la corte de los siguientes Médici, como eran Francisco I y Fernando I. Así que casi toda la vida que pasó en Florencia estuvo protegido y dedicado a los Médici, familia reinante en Florencia o la Toscana.

   En 1592 pasó fue requerido en Roma, llamado por el Papa Clemente VIII dándole los cargos de maestro de cámara y de teniente general de la guardia papal. Un par de años más tarde ocupó el cargo de asesor de Gian Francesco Aldobrandini, comandante de las tropas papales, contra los turcos, que atacaban otra vez Hungría. Mantuvo estos cargos hasta 1605, año en el que volvió a Florencia, donde murió en septiembre de 1612.

   

GIOVANNI BARDI, CONDE DE VERNIO, MÁS QUE UN HOMBRE DE ARMAS
   En la fotografía de la derecha tenéis el Palazzo Busini Bardi, una construcción del s. XV realizado por Filippo Brunelleschi. Fue, además de militar, músico y escritor, muy influyente en el nacimiento y posterior desarrollo de la ópera. 

   En los primeros años de la década de los 70 del s. XVI (hacia 1573) fundó la Camerata Bardi o Camerata Fiorentina junto con algunos músicos de Florencia, entre los que estaban Jacopo Peri, Emilio de' Cavalieri, Giulio Caccini y Girolamo Mei. Era un grupo que trataba de revivir el drama musical griego y realizar composiciones a la manera griega antigua. Hubo correspondencia entre Girolamo Mei, que era teórico de la música (escribió entre 1567 y 1573 su obra "De modis musicis antiquorum"). Algunas ideas apuntadas por este estudioso de la música se discutieron en el palacio del conde Bardi. Así el conde recogió las ideas más importantes defendidas por Girolamo Mei como son:

  • contraponer la polifonía (es decir una música formada por varias voces que suenan el mismo tiempo) por el "arte de cantar bien", donde se respeta el texto y la diferencia de tonos (es decir, la monodia, música formada por una sola voz).
  • La voz media expresa "tranquilidad, majestuosidad y magnificencia".
  • La voz grave expresa "lentitud y somnolencia"
  • La voz aguda expresa "lamentación"
  • Bardi decía que "el buen canto debe seguir el verso del poeta", es decir, expresar con delicadeza y claridad lo que el cantante expone con sus palabras.
  • Y, para dar más importancia a lo expresado hasta ahora, para Bardi la palabra tiene más importancia que la música.
  • Se impuso desde entonces un recitativo simplemente acompañado con un solo instrumento, es decir, recitar cantando. Este estilo será importante después para el desarrollo de la ópera.
   Durante las últimas décadas del s. XVI el conde Bardi produjo varios espectáculos que encarnaban conceptos eruditos basados en la mitología griega, todos ellos acompañados de imágenes simbólicas en tocados, escudos, etc, ya que quería transmitir ideas humanistas en ellos. Eran los intermedios, de los que los más importantes fueron los de "La Pellegrina"    La audición que traigo hoy es "Alme luci beate", de Giulio Caccini, al que el conde Bardi le escribe una carta en 1578 exponiéndole las ideas más importantes de Girolamo Mei que he enumerado antes. En esta audición interpretada por una voz soprano y un instrumento acompañante se perciben claramente lo que el conde Bardi defendía como una buena música en contraposición con lo que se realizaba hasta entonces. La voz declama con una especie de canto sin muchos saltos y acompañada por un instrumento de cuerda pulsada, dando más importancia a la letra que a la música para dotarla de toda la expresividad posible.

   


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