Sir Ridley Scott es uno de los pocos directores legendarios que quedan en activo y que nunca ha ganado el Oscar a mejor dirección. De hecho, para aquellos que como yo, seguimos la carrera de los premios de la Academia, es bien sabido que Scott rara vez se calla lo que piensa y que a menudo despotrica sobre el tema. Es fuerte pensar que él sea el único de los directores prolíficos que debutaron en los 70 y que pese a haber tenido varias ocasiones para premiarlo, la Academia aún siga sin conceder tal honor. La vez que estuvo verdaderamente más cerca de conseguirlo fue en 2001 cuando Gladiator ganó 5 Oscars incluyendo el de mejor película y el de mejor actor para Russell Crowe. Para el director de Alien, el octavo pasajero, Blade Runner o Thelma & Louise, Gladiator supuso no solo su mayor éxito comercial (la película recaudó en todo el mundo 457 millones y medio de dólares) sino también se conviritió en un fenómeno inaudito que volvió a poner de moda el cine de romanos y gladiadores de la época dorada de Hollywood (Ben-Hur, Quo Vadis o Espartaco) anticipándose y propiciando éxitos como los de 300 o Troya.
Quizá principalmente por ésta razón, el bueno de Ridley Scott lleva nada más y nada menos que 24 años tratando de volver a la arena del Coliseo y dar vida a una secuela de su película reciente más aclamada. La tarea no era fácil, pues Gladiator marcó a toda una generación de cinéfilos y cambió por completo la carrera de Scott y la de su estrella Russell Crowe, pero cuando hay ganas las cosas acaban por salir y en honor a la verdad Gladiator II no es solo la secuela perfecta a efectos prácticos, sino que es un megalomano blockbuster adulto con la fuerza y el honor de su predecesora que seguro encantará al gran público. Han pasado 24 años desde que se estrenase su predecesora, pero narrativamente Gladiator II se ubica 18 años después de los sucesos de la película anterior, cuando el gladiador Máximo Décimo Meridio murió en la arena del Coliseo después de acabar con la vida del despiadado emperador Cómodo, hijo del gran emperador Marco Aurelio.
Ahora, Lucio (Paul Mescal) hijo ilegítimo de Máximo, fruto de su relación con Lucilla, hija heredera de Marco Aurelio e interpretada por la actriz Connie Nielsen (la única del reparto protagonista del film original que regresa) se ve forzado a entrar en el Coliseo tras ser testigo de la conquista de su hogar por parte de los tiránicos emperadores que dirigen Roma con puño de hierro. Con un corazón desbordante de furia y el futuro del imperio en juego, Lucio debe rememorar su pasado en busca de la fuerza y el honor que devuelvan al pueblo la gloria perdida de Roma y el sueño de su abuelo. Narrativamente Gladiator II es la secuela coherente y perfecta de su predecesora, pues pocas cosas más cinematográficas hay que un hijo luchando por vengar el legado de su padre, luchando a vida o muerte en la misma arena en la que él dejó esta vida. La elección del actor irlándes nominado al Oscar Paul Mescal no ha podido ser más acertada, el joven intérprete llena unos zapatos casi imposibles de llenar gracias a una sensacional interpretación muy física y a un carisma de estrella que nunca antes se había puesto tan altamente a prueba. Él tiene el papel y la esencia para hacerte creer fácilmente que es el hijo de Russell Crowe en una sorprendente secuela que nadie pedía y que estoy seguro agradará a muchos fans de la original.
Ridley Scott da un paso más allá en su estilo visual y conforma una segunda parte que es más larga, más excesiva y sobre todo más sorprendente que su predecesora. Aunque ésta continuación no hace más que referenciar a su antecesora no solo en las líneas más representativas del guión, sino en tratar también de explotar su épica. Aunque ahora es otro momento histórico, es el legado de los despiadados hermanos emperadores Geta y Caracalla (interpretados respectivamente por Joseph Quinn y Fred Hechinger) quienes tienen a la ciudad de Roma sumida en el caos y la pobrez, mientras ellos viven despilfarrando el dinero del pueblo en una existencia opulenta llena de excesos en donde el oro y las joyas brillan más que nunca en un paleta de colores resplandeciente, que poco o nada tiene que ver con aquellos tono tierra y azul deístas de la primera película. Algo que se traslada de cierta manera a la dirección y al guión, exponiendo una película con momentos incluso cómicos (involuntarios) que dan rienda suelta a una trama telenovelesca y más soap opera que en su predecesora, llena de intrigas palaciegas y traiciones dignas de la antigua Roma, en donde el oscarizado Denzel Washington es la estrella de función como el cruel Macrinus, un antiguo esclavo al servicio del reinado de Marco Aurelio y que ahora ha ido escalando socialmente gracias al tráfico de esclavos y gladiadores. Probablemente su descarada interpretación sea junto con los hermanos emperadores lo que establece el tono de una secuela que intenta replicar todo lo que engrandeció a su predecesora, pero llevándolo a un intento de adaptar para todos los públicos el lenguaje y las formas del decadente imperio de la Antigua Roma bajo el poder de sanguinarios líderes en la línea de Calígula.
Gladiator II es realmente entretenida y es un espectáculo de nivel muy bien orquestado por un Ridley Scott mucho más distendido y divertido que roza el camp, pero sin llegar a convertirse en una parodia de su película insignia. Ésta continuación está francamente bien rosada con una soltura y un impresionante despliegue visual que por momentos te devuelve la apabullante grandeza de la Antigua Roma sin necesidad de salir de la sala de cine. Una película tan excesiva como disfrutable que entretiene y emociona gracias a su atinado reparto protagonista y a una conexión legado con su predecesora que no podría ser mejor de otra manera. Preparaos para un festival de cine clásico que nunca ha sido objetivamente más moderno y poderoso en donde en el Coliseo incluso recrean una batalla naval en un foso atestado de tiburones.
Ridley Scott ha hecho realidad una segunda parte de la que es su película más popular dentro del público heterosexual, dando rienda suelta a la épica entendida ya no desde la emoción solemne de su predecesora, sino desde otro estética y otro sentir que caza con lo establecido en la primera entrega y que establece las bases para una posible saga que nadie quería y que ahora en honor a la verdad, a nadie molestaría. Hay elementos que hacen de ella la secuela perfecta, en todos los apartados técnicos y artísticos la película eleva todo lo expuesto en la anterior película y demuestra la insólita capacidad de un director nonagenario que se niega a retirarse y que promete dar mucha guerra todavía. Gladiator II tiene más fuerza y más honor y sobre todo a un protagonista como Paul Mescal que en tiempo récord se ha convertido en una gran estrella, ya solo por él bien merece la pena ver esta secuela, pero es que además es un entretenimiento adulto de esos que cada vez escasean más en un Hollywood empeñado en hacer blockbuster familiares.
Título original: Gladiator II Director: Ridley Scott Guión: David Scarpa Fotografía: John Mathieson Música: Harry Gregson-Williams Reparto: Paul Mescal, Fred Hechinger, Denzel Washington, Pedro Pascal, Connie Nielsen, Djimon Hounsou, Joseph Quinn, May Calamawy, Lior Raz, Derek Jacobi, Peter Mensah, Matt Lucas, Rory McCann, Fred Hechinger, Tim McInnerny Distribuidora: Paramount Pictures Fecha de estreno: 15/11/2024