Glamour a pie de calle

“Cosas de los estrenos y otras tonterias…”

Me encanta el centro de mi ciudad. No sé que tiene, creo que han echado un perfume adictivo sobre cada uno de los lugares que lo forman, desde las fachadas de los edificios, hasta las salidas del metro, pasando por los bancos o en cada uno de los rostros que veo cada tarde-noche por sus calles. Cada día tiene algo distinto, voces diferentes, rostros extraños, ropas estrafalarias, olores intensos, olores que recuerdan a navidad como las castañas… Y sonrío siempre, porque me acuerdo cuando me dio por la fotografía, y le hice posar al vendedor de castañas con su risa nerviosa y su aire ausente. Observo las tiendas, el ir y venir de la gente, el bullicio en cada momento, las tiendas a pie de calle, los tenderetes que siempre venden lo mismo alegando que son: “ferias de artesanos”, lo plasmo en mi mente y sigo caminando.

Cada tarde me dejo caer por allí para estudiar, y cada tarde al salir me encuentro con un estreno en el cine mas cercano. Siempre con dos entradas: “el público” y “la prensa”, los periodistas se agolpan en uno de los lados con cámara y objetivos en mano, mientras el público se aplasta unos contra otros para poder observar a las celebridades que suben las escaleras y posan con arte, cosa que siempre me hace gracia, porque ellos no ven que en realidad en ese instante aún no hay nadie ahí arriba pero los fotógrafos se están preparando para hacer su trabajo, así que se siguen golpeando para ver a alguien que en realidad no está. Siempre hago el amago de pasar por allí para acortar camino, y siempre acabo por darme la vuelta para girar por la esquina de atrás.

Allí siempre me encuentro con un par de chicos con su chaleco a juego con pantalones y sus zapatos bien brillantes. Ya me conocen, últimamente siempre sonrío al pasar. Siempre se encuentran allí como soldados, a veces hablan entre ellos, se encuentran cerca de una puerta trasera del cine en frente de una furgoneta que a veces se convierte en camiones. En ocasiones me he encontrado con grupos de fans chillando histéricas alrededor de un “supuesto actor” de apenas 10 años, el cual sonríe torpemente y se hace fotos. Como no conozco a la mayoría, la televisión y yo a pesar de alguna excepción, no es que seamos realmente amigas… Siempre esquivo llegado el momento, y paso al ras de los acomodadores de butacas, nos intercambiamos una mirada significativa y sigo mi camino en dirección a mi casa.

El caso es que el glamour se respira en todas partes del centro, y a pesar de que un día no haya estreno… Se siente en cada momento. Curioso lugar el centro de mi ciudad.