Según recientes estudios publicados por el Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona, las personas que sufren de glaucoma son mucho más proclives a sufrir caídas, con el consiguiente aumento de casos de golpes y fracturas en distintas partes del cuerpo. Este aumento está directamente asociado a la pérdida de visión que caracteriza al glaucoma como enfermedad ocular. Como los diagnósticos de glaucoma suelen llegar cuando ya es demasiado tarde para tomar medidas correctivas los especialistas recomiendan efectuar controles cada dos años después de cumplir 40 años de edad.
El glaucoma se define como uno de los problemas oculares en los que se manifiesta una pérdida gradual y progresiva de las fibras nerviosas ubicadas sobre la retina. En la aparición de glaucoma puede entrar en juego, además, la presencia de presión intraocular demasiado alta. La variedad de casos de glaucoma que podemos encontrar, por lo demás, va desde casos de glaucoma crónico simple (el más común) hasta distintas formas de la enfermedad desatadas por causas externas. La mayoría de los pacientes suelen detectar esta enfermedad cuando comprueban que tienen una visión limitada hacia los lados (lo que se conoce como síndrome de visión de túnel).
La mayoría de las formas de tratamiento que existen en la actualidad para el glaucoma se basan en la administración de medicamentos. Solo en casos excepcionales (cuando se manifiestan complicaciones demasiado graves) se debe recurrir a una cirugía ocular. La medicación que se recomienda en la gran mayoría de los casos de glaucoma está compuesta por colirios que ayudan a reducir la presión intraocular de los dos ojos. A pesar de que la pérdida de visión que se produce en un caso de glaucoma es irreversible, utilizando alguno de los tratamientos aconsejados por los especialistas se puede reducir en gran manera el impacto de esta afección.