Revista Cultura y Ocio

Globalización de valores y principios multiculturales ( 3 min.)

Publicado el 20 agosto 2014 por Jblor8

En una economía global los efectos se extienden sobre las fronteras geo-políticas. , en lo que Habermas califica como " des-limitación " . En realidad, las fronteras clásicas quedan sustituidas por espacios de influencia económica.

La globalización causa alteraciones culturales por las interacciones entre multinacionales y la sociedad del país receptor. Implica procesos de innovación tecnológica y reforma social, participando de nuevos valores, reglas y conductas. Pero conlleva pérdida de soberanía en comercio exterior, telecomunicaciones y transacciones financieras, principalmente.

O, si se prefiere, genera " espacios compartidos ": en la economía, la política, la tecnología, las comunicaciones y el Derecho, que cabe decir, no pertenecerán, desde entonces, a nadie completamente.

Limita el poder legítimo de los Estados nacionales débiles, enfatizando la competitividad y persiguiendo el modelo de excelencia para maximizar la eficiencia económica.

Algún autor la ha calificado como " mundialización de las relaciones sociales": la intensificación de las relaciones sociales en todo el mundo por las que se enlazan lugares lejanos, de tal manera que los acontecimientos locales están configurados por acontecimientos que ocurren a muchos kilómetros de distancia.

Si el "valor " se define por Giner y Lamo como creencia acerca de que algo es bueno, malo, mejor o peor que otra cosa, la globalización tiende a crear y modificar valores en las sociedades debido a las interacciones inmediatas entre los diferentes estado-nación. Cohesionando si no todos, sí una parte importante y asumiendo la sociedad otros diferentes.

En esta coyuntura Velasco Arroyo declara que con la globalización de los intercambios humanos, la supervivencia de una determinada cultura, incluso aunque sea mayoritaria en un Estado, no está asegurada.

Para Inglehart los valores de la sociedad contemporánea son los propios del postmaterialismo producto del bienestar material y seguridad física. En los expuestos concurren valores clásicos junto a principios de nuevo cuño forjados a la sombra del desarrollo económico y social.

Esta variable cabe explicarla mediante la aplicación de la teoría de la motivación de A.H. Maslow que fundamenta la teoría del comportamiento. Defiende que las necesidades humanas se encuentran organizadas en niveles en una jerarquía de importancia y de influencia.

La jerarquía se visualiza como una pirámide en donde las necesidades primarias (fisiológicas o vitales) constituyen la base y en la cima en encuentran necesidades más elevadas (necesidad de autorrealización)).

1. Necesidades fisiológicas.

Nivel básico de las necesidades: supervivencia del hombre y la preservación de la especie.

2. Necesidades de seguridad.

Protección contra el peligro. Se busca estabilidad, previsibilidad. La búsqueda de la seguridad opera como modo organizador de la conducta.

Abarca la necesidad de asociación, de participación, de aceptación por los compañeros, la amistad, el afecto y el amor.

4. Necesidad de estima.

La necesidad de autoconfianza, de aprobación social y de respeto, de estatus, de prestigio y de consideración.

5. Necesidad de autorrealización.

Debe advertirse que si bien los valores clásicos han permitido alcanzar un grado de civilización admirable también ha provocado un postmodernismo de marcado carácter económico (hedonismo, consumismo, libertad sin responsabilidad, relativismo), al prescindir del valor persona sucumbe ante una cruenta insolidaridad que atomiza la sociedad.

En el tránsito de la globalización estas alteraciones fueron percibidas. Carlos Berzosa aduce que la dimensión económica de la globalización produce estancamiento económico, aumento de la desigualdad, precariedad laboral y progresivo desmantelamiento de los estados de bienestar. Esta consecuencia no es diferente a otro hecho: las distintas culturas y religiones que cohabitan.

Y con ello diferentes principios y valores, que concurren en una labor impuesta para alcanzar una maximización económica al menor coste. Se trata de gestionar un multiculturalismo que en muchos casos erosionará los derechos alcanzados - que no adquiridos- por Occidente y que sólo Occidente tiene como referente civilizador.

Karl Lorenz lo vaticinó en 1973 cuando dice que el diabólico ciclo producto constituido sobre el crecimiento de la producción y el crecimiento de las necesidades acarreará el desastre, tarde o temprano, a los países occidentales y sobre todo a los EEUU en donde su población no podrá seguir compitiendo ventajosamente con los países orientales, menos mal acostumbrados y más sanos. Y sobre todo, con sociedades jóvenes con capacidad para asumir retos, no sociedades envejecidas precisadas de atenciones.

Conservar lo que poseemos dependerá de una economía que recupere su dimensión social y ética y promueva un Estado de Derecho construido sobre la protección de la persona.

Se ha sugerido la creación de un organismo internacional de control sobre los procesos globalizadores. Hoy es inexistente. Quizás algo utópico: todo progreso social precisa de unos valores coherentes y compatibles que no siempre acompañan a un progreso económico.


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