Revista Infancia
La imágenes que ilustran este post son muy deficientes pero me sirven para llamar la atención sobre un posible riesgo de un globo de una conocida "casa de comidas". Un niño pequeño vino con él a la consulta tras una fiesta de cumpleaños. Tengo un defecto profesional y es que, cualquier objeto, para niños lo miro de una forma diferente y busco o pienso, instintivamente, los riesgos que le pueden ocasionar. En el que les muestro tiene en el extremo de la varilla, de plástico relativamente rígido, una mini-bola de protección que no impide entrar en el ojo de otro niño si se les ocurre emplearlo como una espada. Las fotografías están tomada con mi móvil Nokia 6300.
Los globos siempre han sido, desde siempre, un motivo de atracción y de diversión para los niños. Fundamentalmente tienen un peligro y dos inconvenientes. El primero es debido al globo desinflado e inerte, si el niño se lo pone en la boca puede atragantarse, ahogarse e incluso morir. Sus inconvenientes, muy conocidos, dependerán del inflado: si es de los que vuelan puede perderse a los pocos segundos después de haberlo comprado y los inflados con aire pueden estallar, al reventarse, hecho que no le hace ninguna gracia a los papás por el dinero gastado al comprarlo o por el susto de su explosión junto al oído de los progenitores, porque el "nene" le ha ocurrido clavar sus uñitas en la goma.
Como colofón vean lo que ocurre cuando se conectan dos globos uno inflado y otro desinflado. Casi seguro que no lo aciertan.y la explicación, en inglés, la pueden ver aquí. Les puedo asegurar de que, navegando por Internet buscando información sobre globos, me he quedado boquiabierto. No sé nada de nada sobre globos y su mundo; es amplísimo.