En la revista que estaba leyendo esta mañana en camino a la oficina, encontré un artículo sobre un estudio que hizo un equipo de investigadores de Harvard University, que consiguió demostrar (prepárate…): que los adultos se portan mejor cuando hay peluches en la misma sala. Son más generosos. Mienten menos.
Y la conclusión del estudio es que debemos poner peluches y juguetes en todas las salas de reuniones del mundo de los negocios.
Que me parece una buena idea, a mí los peluches me dan ganas de dar abrazos. Pero propongo una alternativa: ¡los globos! Seguramente hay estudios por allí que demuestran que los globos provocan felicidad. Sonrisas. Alegría. Y todos sabemos que nuestras decisiones son más equilibradas y objetivas cuando sentimos felicidad. Que nuestras acciones son más en línea con nuestros valores. Y cualquier cosa que podemos hacer para mejorar las relaciones laborales y la ética y la generosidad de los ejecutivos es una muy buena inversión.
Así que ya sabes: con más globos en las oficinas, nuestro mundo será más justo.