Ahora sí, en “Discos, música y reflexiones” afrontamos claramente un ítem que está considerado como un ep, o maxi single, pero por su importancia dentro de la trayectoria del grupo que lo creó, y porque estamos al menos ante 4 temas, con sus 2 temas en la cara a y otros 2 en su cara b, no es una obra excesivamente menor. ¿Quizás sea que esté muy vago a la hora de escribir o desbordado de trabajo? Puede, pero en todo caso me decanto por este ítem a la hora de hablar por 1ª vez aquí de Glutamato Ye-yé.
Y es que este grupo perteneciente a las autodenominadas como “hornadas irritantes” de la movida madrileña, dentro de su discografía tiene pocos ítems considerados como lp’s y funcionaron más bien a modo de singles, maxi singles y recopilatorios triples con temas en directo y aglutinación de sus canciones sueltas o editadas en formatos menores que un lp. Esto es un Ep que vale su peso en oro y si no verán cómo resultan las 4 canciones que lo integran.
Glutamato Ye-yé se distinguieron en su día y son recordados en los presentes tiempos por la imagen de su cantante Iñaki Fernández, que iba con ese bigotito hitleriano en plan de mofa y para tocar un poco las narices. Junto a él estaban Ramón Recio como principal letrista, Patacho Recio a la guitarra, Carlos Durante como batería, Eugenio Haro Ibars como guitarra también y Jacinto Golderos al bajo en los tiempos en que se grabaría y editaría este primer trabajo, que a pesar de ser un disco menor en duración y contenido, es muy relevante por ser la primera entrega discográfica de Glutamato Ye-yé.
El disco empieza con la canción que le da el título. El tema más acelerado y también el menos subversivo y gracioso de la obra. Estamos ante una canción de enfoque rock, que tampoco estaría muy lejos de vagos sonidos del post punk británico de aquellos días, pero adaptado a la española por Iñaki, Ramón y cia. No obstante, el tema lo firman Eduardo Haro Ibars y Jaime Urrutia para más señas. La otra canción de la cara a es “Holocausto caníbal”. Una composición más alegre y saltarina que desprende buen rollo y cachondeo a partes iguales.En la cara b, bajo mi punto de vista, están mis 2 canciones preferidas. Por un lado nos encontramos con la medio ska “Un hombre en mi nevera”, que nos cuenta esa historia delirante del hombre dentro de la nevera que se ventila todas las provisiones del pobre Iñaki que canta con un tono más agudo y liviano, que solamente se altera cuando advierte al cantar precisamente eso de “que hay un hombre en mi nevera”. No obstante, la mayor originalidad alcanzada llega de la mano de “Narcosis”. Este es el único tema en el que está incluida la firma de Iñaki Fernández en los créditos. Lo que te llama la atención es ese retorcimiento del sonido y esa distorsión buscando crear el efecto alucinógeno de los efectos de los narcóticos sobre los que divaga la canción. Eso del “Cuando estoy con una chica, tengo un síntoma muy raro, ¿será que Dios para que no peque me ha narcotizado?”, me suena a una historia de Carlitos Alcántara dentro de la serie “Cuéntame”; no en vano en esa serie ese personaje ficticio es de la quinta de los integrantes de Glutamato. También me tuvo un tiempo loco el discernir qué era lo que decía Iñaki al hablar de la narcosis en la mili, para posteriormente enterarte que no era nada de “porchino” ni cosas raras, sino “cochino” lo que decía. Una composición graciosa irreverente y que sumado sobre todo a “Holocausto caníbal” y “Un hombre en mi nevera” da lugar a un primer ítem discográfico de Glutamato Ye-yé realmente glorioso.
Esta formación madrileña, encuadrada dentro de las autodenominadas “Hornadas irritantes” de la movida madrileña, sector de grupos que surgió en contraposición a bandas que surgían del estilo de Nacha Pop (aunque por lo visto Iñaki, en la entrevista realizada por Paloma Chamorro en “La Edad De Oro”, salvaba en sí al grupo de Nacho Gª Vega y Antonio Vega; quizás el compadreo rojiblanco tuviera algo que ver).
Estos grupos, por lo general, no es que fueran demasiado exitosos, pero en todo caso, son de las formaciones más interesantes que tuvieron lugar en los años 80. Los siguientes pasos discográficos de Glutamato Ye-yé fueron igualmente interesantes, marchosos y divertidos, con ejemplos tales como “Comamos cereales” o “Zoraida” (siendo esta última una especie de “La Ramona” de Esteso, pero adaptada a ciertos sonidos ska, vagamente lejanos al “Night boat to Cairo” de Madness; maravillosa).
El grupo aguantó de forma firme hasta poco después de la mitad de los 80, que rubricaron su actividad permanente con un directo potente en el que se incluyó esa genialidad de readaptar el himno de la legión “Soy el novio de la muerte” a “Soy un socio del Atleti”, que como entenderán a mi me encanta, y me gusta más incluso que el himno de Sabina del centenario y dependiendo del momento incluso me gusta más que el tradicional de toda la vida (sube la moral y adrenalina).
Del ítem que hemos analizado, cuya portada incluye las letras de las canciones (ahí discerní lo de “cochino”) y una leve representación de algo que identifique a las 4 canciones, indicarles que lo pueden encontrar, sí, en formato vinilo reeditado en El Corte Inglés de Preciados y a menos de 10 euros. Merece muchísimo la pena y además tendrán en su poder una joya monumental de la historia de nuestra música. Reitero que lo pasarán muy bien escuchándolo, así que tomen nota y a ver si entre unos y otros agotamos sus existencias (en breve me haré con él).
Poco más. Esta semana en nuestro programa de radio dedicaremos la hora a revivir el coloquio que tuvimos en enero sobre Joy Division y su disco “Unknown Pleasures”. Eso será el miércoles a las 23h en RUAH y una hora más tarde en &radio. Y no pierdan de vista el sábado 21 en el que a las 16.00h en &radio, en riguroso directo, dedicaremos el programa a The Cure y “Pornography”, celebrando el cumpleaños nº 53 de su cantante y líder Robert Smith.