El Monasterio Real de Brou en Bourg-en-Bresse es un lugar de obligada visita para admirar el gótico florido flamenco en Borgoña. El ambón, la Capilla de Margarita en alabastro, los vitrales y el coro son obras maestras insuperables.
Francia durante dos siglos se vio rodeada por la corona de los Austrias hispanos. Un paseo por el oeste del país galo nos trae una y otra vez recuerdos del imperio, Borgoña y el Franco-Condado quedaron junto con Flandes como patrimoniales desde Carlos V a Carlos II.
Brou fue encargado por Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano I, regenta de los Países Bajos y educadora del futuro emperador Carlos V, para tumba propia y de su esposo Filiberto el Hermoso de Saboya. El aroma de la corte española se respira en el ambiente.
Desde el punto de vista matemático, Brou conserva el considerado primer reloj solar analemático construido. Delante del impresionante portal de la iglesia se encuentran doce mojones que forman la elipse, la proyección ortogonal de la circunferencia del plano de los equinoccios sobre el plano horizontal. El reloj inicial es del siglo XVI, durante el XIX se añadió el analema (lemniscata) de la ecuación del tiempo. El reloj analemático utiliza como gnomon el cuerpo humano erguido que debe colocarse en una posición móvil marcada sobre la piedra.
En el claustro encontramos otro reloj solar donado por la familia del relojero: uno múltiple del siglo XIX con horas marcadas a oriente, occidente y varias al sur.
Al adentrarnos en Bourg-en-Bresse nos encontraremos un pequeño museo con encanto: el museo de la escritura y el cálculo mecánico. La exposición de maquinas se hace acompañado por el técnico especialista, una especie en extinción. Se visita los miércoles y previa reserva para grupos cualquier día.